La granada es uno de los alimentos más apreciados del otoño, que alcanza su punto culmen en los meses de septiembre y octubre, extendiéndose incluso hasta noviembre o la Navidad, cuando se dan condiciones favorables. Es una popular fruta que destaca por sus numerosos beneficios para la salud, pero también por la gran versatilidad que ofrece en la cocina, pudiendo utilizarse para una infinidad de recetas que van desde ensaladas o guarniciones, hasta postres elaborados, zumos o salsas.
Sin embargo, si nos vamos al punto de vista botánico, la granada no es una fruta tradicional, ya que esta ciencia que estudia las plantas y vegetales define que la fruta debe ser carnosa y comestible. Los frutos cuentan con tres capas diferentes (epicarpo, mesocarpio y endocarpo) que envuelven o sostienen las semillas, y en el caso de los frutos carnosos se aprecia un epicarpo delgado (piel), un mesocarpio jugoso y carnoso (llamado "pulpa").
La granada, en cambio, no cumple con la definición de fruto carnoso, puesto que cuando se abre se encuentran las tres capas mencionadas diferenciadas, pero ninguna de ellas es jugosa ni carnosa. La capa más externa es la piel, que por lo general presenta una pigmentación en tornos anaranjados, amarillentos o rojos, que corresponde al epicarpo. Debajo de ella nos encontramos con un mesocarpo que es fibroso y delgado, y finalmente un endocarpo que también se caracteriza por ser fibroso, y que se extiende por el interior del fruto, dividiéndolo en distintas cámaras y sirviendo para sostener las semillas.
Así pues, la principal fuente de jugosidad de las granadas son las semillas, que podemos encontrar en el interior de una piel casi transparente y que poseen un fluido nutritivo. De esta forma, según la botánica, al no tener pulpa y ser las semillas las que ofrecen jugosidad, no se puede determinar que sea una fruta carnosa, y en su lugar, la granada es clasificada como un fruto seco. Esta ciencia clasifica a la granada como "balausta", siendo, de todos los frutos comestibles, el único que pertenece a esta categoría de frutos secos.
Propiedades de la granada
La granada es un alimento con muy bajo valor calórico debido a su escaso contenido en hidratos de carbono, siendo la mayor parte agua (80%). Destaca por su aporte de potasio (259 mg) y aunque popularmente se recomienda a adolescentes, embarazas y personas anémicas por su supuesto contenido en hierro, realmente este es mínimo (0,3 mg).
Lo que hace de la granada una fruta singular y que sea recomendable para incluir en cualquier dieta alimenticia es su riqueza en fitoquímicos como antocianinas, elagitaninos y flavonoides. La mayoría de estas sustancias son pigmentos naturales que tienen la función de proteger la planta frente a las bacterias, los parásitos y la luz ultravioleta.
Los antioxidantes que posee este alimento han sido objeto de estudio de una gran cantidad de estudios, llegando a concluirse que su zumo es un producto muy apreciado gracias a sus beneficios para la salud. De hecho, hay quienes lo sitúan a la misma altura que el té verde o el arándano. Una investigación realizada por expertos del Laboratorio de Investigación sobre Lípidos de Haifa (Israel) y de la Universidad de Nápoles (Italia) concluyó que un vaso al día de zumo de grada reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los antioxidantes que contiene, que son superiores a los que se pueden encontrar en la gran mayoría de frutas, contribuyen a la mejora del estado de los vasos sanguíneos, además de regular la presión arterial, reducen el endurecimiento de las arterias provocado por la oxidación del colesterol, y reducen el colesterol LDL (colesterol "malo"). Además, estas sustancias naturales protegen los tejidos y órganos frente a las enfermedades degenerativas.
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También hay estudios que han demostrado las propiedades beneficiosas de la granada para proteger frente a los cánceres de mama, colon y de piel, además de contribuir a evitar el cáncer de próstata en personas sanas.
Beneficios de la granada para la salud
Una vez que se tienen claras sus propiedades, conviene destacar los principales beneficios de la granada para la salud, pudiendo destacar los siguientes:
- Ayuda a prevenir el cáncer: las antocianinas de la granada reducen la acción de los receptores de estrógeno, lo que ayuda a prevenir cánceres como el de mama. También los flavonoides protegen frente al desarrollo de células tumorales.
- Ligera, depurativa y digestiva: es una fruta hipocalórica y ligera que tienen propiedades depurativas y que, gracias a su notable fuente de fibra no soluble, consigue tener un efecto saciante y favorece el tránsito intestinal.
- Protege el corazón: un consumo habitual de la granada ayuda a reducir el riesgo de sufrir riesgo cardiovascular al mejorar la elasticidad de las arterias y enfrentarse al colesterol "malo" (LDL). También beneficia al corazón y al sistema cardiovascular su gran cantidad de potasio.
- Ayuda en caso de diarrea: al ser rica en taninos hidrolizables, la granada favorece la desinflamación de las mucosas del intestino, lo que sumado a su ácido cítrico hace que sea útil en caso de diarrea infecciosa.
- Mejora la fertilidad: la granada es considerada desde tiempos de la antigua Grecia un alimento con poderes afrodisiacos, además de ser símbolo de fecundidad en muchas culturas. Más allá de mejorar el deseo sexual y el estado de ánimo, hay quienes la relacionan con una mejora de la función eréctil y un aumento de la cantidad y movilidad de los espermatozoides, lo que mejora la fertilidad.