Las patatas son una de las hortalizas más consumidas en nuestro país al ser la base de una gran cantidad de platos, como la tradicional tortilla de patata. Por ello, es habitual que siempre las tengamos en nuestro hogar, un alimento que es asequible, resistente y que, si están bien almacenadas, pueden llegar a durar sin problemas varios meses.
Por este motivo, es común que se compren a granel, si bien es muy posible que en el momento en el que vayas a hacer uso de ellas te puedas encontrar con patatas germinadas con brotes y raíces, las cuales podrían perder ese aspecto apetitoso que habitualmente las características. Además, este hecho puede llevarte a preguntarte sobre qué pasará si las consumes en este estado.
Hay opiniones diversas con respecto a este tema, ya que mientras que hay algunas personas que prefieren tirarlas, hay otras que las utilizan con normalidad. Para que veas resueltas todas tus dudas al respecto, debes comenzar por saber que las patatas suelen ser cosechadas en el suelo, aunque esto no significa que necesiten tierra para crecer, es más, para empezar a brotar solo necesitan calor y humedad. De hecho, la temperatura ideal para que comiencen a crecer se sitúa cerca de los 20 °C, que es más baja de lo que se piensa, y que puede hacer que germinen en el hogar.
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La parte de la patata que ingerimos es la raíz y su función principal es la de hacer que la planta crezca y florezca, por lo que, con el paso del tiempo y, en ambientes húmedos y cálidos, los nutrientes hacen que comience el proceso de germinación. Asimismo, hay que ser consciente de que, aunque la raíz es comestible, el resto de la planta no por ser venenosa para su consumo.
¿Se pueden comer las patatas con brotes?
Los brotes de la patata poseen un alto contenido en glicoalcaloides, que es un compuesto químico que puede ser tóxico para los seres humanos, y que podemos encontrar también en las patatas frescas, si bien en ellas la cantidad es insignificante. Cuánto más hayan germinado las patatas, más glicoalcaloides se desarrollan, tanto en la propia raíz como en los brotes.
Al existir elevadas concentraciones de estos compuestos hacen que la patata adquiera un sabor amargo y desagradable, que además puede derivar en graves problemas estomacales. Además, consumir glicoalcaloides en altas cantidades podría ocasionar vómitos, diarrea, dolores de cabeza, fiebre, dolor abdominal e incluso la muerte, en los casos más extremos.
No obstante, tampoco hay que alarmarse de manera excesiva, ya que unos pequeños brotes no suponen un riesgo para tu salud, puesto que, si la patata está comenzando a germinar y la raíz se mantiene sin arrugas y firme, será suficiente con cortar esos brotes y cocinar las patatas como siempre. Sin embargo, si los brotes miden más de 2 cm o las patatas están arrugadas, lo mejor es desecharlas, siendo mejor en ese caso tirarlas o bien darles un uso para elaborar compost casero.
Cómo evitar que salgan brotes a las patatas
La mejor forma de evitar que las patatas lleguen a germinar es hacer uso de unas adecuadas técnicas de almacenamiento, y esto pasa por mantener siempre la hortaliza en un lugar fresco y seco, que puede tratarse de un armario o una despensa, ya que de esta forma se ralentiza el proceso de germinación y hará que se encuentren en un buen estado durante una mayor cantidad de tiempo.
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Asimismo, para evitar los brotes en ellas es necesario reducir lo máximo posible su exposición a la luz del sol, por lo que, si al comprarlas están en una bolsa de malla, como es habitual, o en su defecto en una bolsa de plástico transparente, es preferible que optes por pasarla a una bolsa de papel. Esto se debe a que un material opaco servirá para bloquear los rayos del sol, al mismo tiempo que reduce los niveles de humedad y contribuye a una mejor circulación del aire.
Un consejo muy importante para su correcto almacenamiento es que, si las vas a guardar en un lugar en el que hay más verduras, no pongas cerca compuestos vegetales como el ajo o la cebolla, ya que ellos provocarán un aceleramiento en la germinación de las patatas. De esta forma, mantén las hortalizas bien separadas las unas de las otras.
Otras consideraciones sobre las patatas
Además de las recomendaciones anteriores, hay que tener en cuenta otros tips, comenzando por saber qué hacer con las patatas peladas. De esta forma, si te han sobrado a la hora de prepararlas y ya están sin piel, para conservarlas deberás introducirlas en un recipiente con agua fría y rocía un poco de zumo de limón. Si lo deseas puedes taparlas con un poco de papel film y guardarlas en la nevera. En cualquier caso, no se recomienda tenerlas mucho tiempo en remojo, ya que afectará a la hora de cocinarla.
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Asimismo, debes saber que no se recomienda congelar la patata, porque es un alimento al que no le viene nada bien la congelación, afectando tanto a su textura como a su sabor. Siempre será preferible optar por comprar patatas frescas y de calidad.
Dado el caso de que compres muchos kilogramos de patatas, guárdalas en una caja grande de cartón y cubre el interior con papel de periódico, y puedes echar un poco de pimienta negra para protegerlas de los insectos. Luego cubre las patatas con papel de periódico y conservarlas en un lugar fresco y seco.