La doctora Jinan Banna.

La doctora Jinan Banna.

Nutrición

Ni salchichas ni bollería: soy nutricionista y este es el ultraprocesado típico en España que no como jamás

La dietista Jinan Banna, de la Universidad de Hawái, nunca incluiría este ultraprocesado en su dieta por sus riesgos.

11 septiembre, 2024 17:24

Los alimentos procesados no deberían ser parte de la dieta habitual, principalmente porque no son saludables. Comer de una forma frecuente este tipo de productos puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como cáncer, cardiopatías o demencia, tal y como ha indicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La dietista y profesora de nutrición de la Universidad de Hawái, Jinan Banna, refuerza esta idea al señalar: "Los alimentos procesados no son sanos. Cuanto más aprendemos sobre ellos a través del estudio científico, más nos damos cuenta de lo poco saludables que son para la salud en general".

Aunque hay algunos alimentos procesados que todo el mundo identifica con rapidez y facilidad, como las salchichas o la bollería, hay otros que no son tan sencillos de reconocer como tales. Por este motivo, es importante conocer la definición de alimento procesado, que es aquel que se ha visto sometido a cualquier proceso industrial, ya sea para que sea de mayor agrado para el mercado o para retrasar su fecha de caducidad. De esta manera, son aquellos que contienen conservantes o a los que les ha agregado azúcar u otros ingredientes similares.

Es importante saber que hay diferencias entre los productos procesados y los ultraprocesados, con algunos casos en los que los alimentos están mínimamente procesados, como sucede con las verduras envasadas, las frutas cortadas o el pescado congelado, y que se pueden considerar "procesados saludables", hay otros que son mucho menos sanos, como sucede con las carnes procesadas, la bollería industrial o los refrescos.

Por lo general, se puede saber si un alimento es procesado porque suele tener un elevado contenido en sal y azúcar, además de estar elaborados con ingredientes que generalmente no se encuentran en la cocina. Más allá de esto, hay que destacar que hay alimento procesado que nunca se debería consumir y que, sin embargo, está muy presente en los hogares, que es la sopa instantánea.

Aunque habitualmente se considera que este producto es sano, o que al menos pasa desapercibido para los demás, los fideos instantáneos no deberían ser parte de una dieta saludable, siendo más conveniente preparar una sopa casera.

Los fideos instantáneos no son saludables

El ramen o las sopas instantáneas no son saludables, y la razón de ello tiene que ver con el hecho de que contienen fideos fritos antes de ser envasados, así como distintos saborizantes que suelen ser altos en grasas saturadas, sodio y conservantes. Por este motivo, el consumo excesivo de este tipo de productos puede ser perjudicial para la salud.

Más allá de la ventaja de ser una comida rápida de preparar, se encuentra llena de aditivos, colorantes artificiales y potenciadores del sabor que no tienen una buena fama, como glutamato monosódico. Los alimentos ricos en grasas saturadas o sodio pueden contribuir al desarrollo de enfermedades diversas como las cardiopatías, por lo que no conviene excederse en la ingesta de ramen o fideos instantáneos, que habitualmente contienen el doble de la sal recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la cifra en 4 gramos diarios.

De esta forma, un elevado consumo de este tipo de alimentos procesados puede estar relacionado con un aumento de la presión arterial por su alto contenido en sodio, pero también puede hacer crecer el riesgo de padecer problemas cardíacos, principalmente por el aumento del colesterol "malo" (LDL). Asimismo, una dieta elevada en procesados empeora el sistema digestivo y favorece el aumento de peso por su elevado aporte de calorías y grasa.

Cómo identificar si un procesado es saludable

Por diferentes motivos, puede no quedar más remedio que recurrir al consumo de una sopa instantánea, casos en los que se deberá buscar aquella que contenga verduras y alubias y sea baja en sodio. Un truco para conocer si son más o menos sanos unos fideos instantáneos, un ramen, un yakisoba o una sopa, habrá que recurrir a la conocida regla del 5/20. Esto significa que, si el valor diario es del 5% o inferior, se puede considerar una fuente baja de ese nutriente, mientras que si supera el 20% quiere decir que tiene bastante.

En cualquier caso, siempre será preferible hacer tu propia sopa en casa, que habitualmente tendrá una menor cantidad de sodio, además de que se podrán agregar las alubias y verduras favoritas para tratar de obtener una mayor cantidad de fibra.

Hay que tener en cuenta que no sucede nada por consumir sopa instantánea de manera ocasional. De hecho, muchos alimentos pueden ser parte de una dieta saludable, aunque no lo sean, si se consumen con moderación y de forma puntual. En caso de duda, siempre será preferible ponerse en contacto con un profesional que pueda asesorarte acerca de los productos a introducir en la dieta.

Los peores alimentos ultraprocesados 

Una vez conocido que las sopas instantáneas no son un alimento saludable, conviene recordar los que son los peores alimentos ultraprocesados, los cuales deberías eliminar de tu dieta:

  • Bollería industrial: son alimentos muy perjudiciales para el organismo por su contenido en grasas poco saludables, su alto contenido en azúcar y su bajo valor nutricional, así como por el propio procesamiento y aditivos añadidos.
  • Bebidas azucaradas y refrescos: estos productos deberían ser eliminados por su alto contenido en azúcares añadidos y un bajo contenido en fibra, además de ser una fuente de calorías "vacías".
  • Precocinados: este alimento poco nutritivo y altamente calórico se caracteriza por tener mucho sodio, hidratos de carbono y grasas saturadas. Por tanto, deberían evitarse las pizzas, salchichas, sándwiches y otros productos precocinados que afectan negativamente a la salud.
  • Bebidas energéticas: muy populares en la actualidad, convendría evitar su consumo por su alto contenido en azúcar, cafeína y otros estimulantes, que alteran el ritmo cardiaco y que contribuyen a incrementar el riesgo de infarto y a la enfermedad cardiovascular en general.