Los pescados azules son por todos reconocidos por su alto contenido en ácidos grasos omega-3, una grasa saludable que proporciona una gran cantidad de beneficios para la salud, especialmente a nivel cardiovascular. Entre estos pescados se encuentran el atún, las sardinas o el salmón, todos ellos muy populares en nuestro país.

Sin embargo, aunque estos son reconocidos como las principales fuentes de Omega-3, existe un superalimento rico en estos ácidos grasos y que tiene más fibra que la avena, una semilla que supera el aporte de los pescados azules y cuyo consumo diario es recomendado por parte de los expertos en nutrición.

Estamos hablando de la linaza, que es rica en nutrientes esenciales como los lignanos, un tipo de fitoestrógenos que puede ser clave a la hora de prevenir algunos tipos de cáncer, y que además posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, sin olvidar que es un gran aliado para combatir la diabetes.

Las semillas de lino se pueden consumir enteras, molidas o en aceite, por lo que no es de extrañar que se utilice en una amplia cantidad de productos alimentarios. Además de proteger eficazmente al corazón, ayuda a prevenir la aparición de la diabetes gracias a sus nutrientes, que son excelentes para tener bajo control los niveles de glucosa en sangre.

Beneficios para la salud del consumo de linaza

Más allá de su contribución para prevenir la diabetes, existen otros muchos beneficios para la salud aportados por la linaza, entre los que hay que destacar los siguientes:

  • Mejora la salud cardiovascular: las semillas de lino son una fuente vegetal de ácido-linolénico (ALA), un tipo de ácido graso omega-3 que es muy beneficioso para la salud cardiovascular, ayudando con su consumo a la reducción de la presión arterial y al riesgo de sufrir arritmias cardíacas.
  • Contribuye a la pérdida de peso: gracias a su riqueza en fibra, la linaza ayuda a aumentar la sensación de saciedad, lo que contribuye a reducir la ingesta calórica, favoreciendo la pérdida de peso.
  • Mejora la salud digestiva: la fibra que contiene la linaza también ayuda a promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en el colon, lo que mejora la salud digestiva a nivel global, además de a reducir el riesgo de color irritable y otros trastornos digestivos.
  • Previene el estreñimiento y reduce el colesterol: las semillas de lino poseen una alta cantidad de fibra soluble e insoluble, lo que favorece el tránsito intestinal al mismo tiempo que ayuda a prevenir el estreñimiento. Además, la fibra soluble puede contribuir a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”).
  • Propiedades antioxidantes: gracias a su contenido en lignanos, que actúan como antioxidantes, el consumo de linaza ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
  • Control de glucosa en sangre: su contenido en fibra y ácidos grasos puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en sangre, lo que es altamente beneficioso para aquellas personas que padecen diabetes.
  • Beneficios para la piel y el cabello: el aceite de linaza, que es rico en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, puede ayudar a contribuir la mejora de la salud, así como la apariencia del cabello y de la piel, haciendo que al mismo tiempo se mantengan hidratados y se reduzca la sequedad.

¿Cómo se puede tomar la linaza?

La linaza es un alimento muy versátil que hace que se pueda disfrutar de ellas por sí solas, tostadas, molidas o agregándolas a alguna receta, siendo, de hecho, un sustituto perfecto del huevo en las recetas veganas, además de tener la posibilidad de prensarlas en frío para poder obtener así aceite de linaza.

Para poder aprovecharse de sus beneficios de la mejor manera posible, lo más indicado es consumir la linaza molida, ya que así se facilita la absorción de sus nutrientes, además de que el cuerpo no suele digerirla bien cuando está entera. Además, se recomienda incorporarla de forma gradual a la dieta y mantener una adecuada ingesta de líquidos para optimizar sus beneficios a nivel digestivo.

Así pues, se recomienda incorporarla a la dieta molida, pudiendo encontrarla de esta forma en tiendas o bien haciéndolo uno mismo en casa en un procesador de alimentos, para luego agregar de una a cuatro cucharadas en las comidas diarias. Asimismo, se puede agregar en cereales, avena, licuados, panes, como aderezo de ensaladas, etcétera, siendo preferible tomarla en ayunas para obtener mejores resultados.

Como sucede con todas las grandes fuentes de fibra, lo más recomendable es consumirla con una cantidad considerable de agua, siendo en todo caso siempre mejor tostar las semillas antes de consumirlas para eliminar toxinas que hayan podido generar de forma natural. También se recomienda no tomarlas al mismo tiempo que se consumen medicamentos orales.

En todo caso, en el mercado podemos encontrar una serie de usos comunes de la linaza, como son en aceite, en harina, en leche o el agua de linaza. Si se compran las semillas enteras, se pueden almacenar como cualquier grano entero, en un lugar fresco y seco, y sin mucha luz durante un par de meses. Si se trata de linaza molida, tendrás que tener más cuidado para su conservación.

En todo caso, se recomienda comprar las semillas enteras y moler tan solo la cantidad que se vaya a utilizar de inmediato, ya que la linaza molida es muy sensible al calor y la luz solar, y esto hace que se pueda estropear rápidamente y perder sus principales propiedades nutricionales.