Abren en Australia la primera clínica para la resaca
Administran por vía intravenosa vitamina B y C, medicamentos antináuseas y suero hidratante. Ya se puede reservar.
15 diciembre, 2015 11:48El nombre es toda una declaración de intenciones. La clínica de la resaca (Hangover clinic, en inglés), primer centro del mundo especializado específicamente en el tratamiento de los excesos debidos al alcohol, abrió sus puertas el pasado 10 de diciembre en una ciudad dormitorio de Sidney, Surry Hills.
Por unos precios que oscilan entre 140 (92 euros) y 200 (131 euros) dólares australianos, el centro ofrece la administración por vía intravenosa de un cóctel que, aseguran, acaba con la resaca en entre media y una hora.
Como se puede ver en su página web, existen distintas terapias a disposición de los resacosos usuarios. La más económica ha sido bautizada como Impulso. Durante 30 minutos, el paciente, sentado en una sillón, recibe un suero que consiste en la mezcla de un litro de lactato de sodio compuesto, una solución isotónica, vitamina B y C y, a elegir, un fármaco para las náuseas o para el dolor de cabeza.
La siguiente oferta se denomina Vigorizante y, además de la solución isotónica, incluye medicación para los dos síntomas más comunes -náuseas y dolor de cabeza-, vitamina B y C y la administración de oxígeno.
Para los afectados por el alcohol más pudientes, la clínica ofrece su producto estrella, Resurrección. Medio litro más de solución isotónica, todos los ingredientes anteriores y un chute de antioxidantes durante una hora prometen devolverte a la vida como si la noche anterior jamás hubiera sucedido.
El fundador de la clínica, Max Petro, tiene poco que ver con el mundo sanitario. Abogado de profesión, comenta en la web que la idea se le ocurrió mientras trabajaba de instructor de esquí. Observó que sus compañeros, sin importar cuántos chupitos hubieran tomado la noche anterior, estaba frescos como una lechuga al día siguiente. T
Tras preguntarles, afirma, le fue transmitido "un secreto a voces": que los deportistas se inyectaban -siempre por personal sanitario- un suero hidratante, vitaminas y fármacos para los síntomas de la resaca que les dejaban como nuevos.
Algunos medios australianos han criticado a Petro por promover la ingesta desmesurada de alcohol, pero él se ha defendido con un argumento incontestable: "No vendemos ni una gota de licor en la clínica".
La iniciativa parece haber sido un éxito -a la hora de intentar reservar tratamiento, el sistema avisa de que están experimentando "un alto volumen de tráfico"-, pero no se sabe si a la gente normal, una vez pasada la novedad, le merecerá la pena gastar este dinero o preferirá controlar las copas que consume.