La quimioterapia oral fue un gran avance para los pacientes de cáncer que, aún hoy, preguntan esperanzados a su médico por esta posibilidad. A nadie le atrae la idea de pasar como mínimo un par de horas atado a un gotero, por mucho que sea por un bien mayor.
Sin embargo, la quimio oral no es muy frecuente todavía y sólo los pacientes de algunos tipos de cáncer se pueden beneficiar de ella. Uno de los problemas que acompaña a este tipo de fármacos es lo que se llama su biodisponibilidad; para mejorarla, se suelen administrar con otros medicamentos muy usados, los antiácidos.
Es lo que sucede con el erlotinib, una 'quimio' en pastillas muy utilizada en algunos tipos de cáncer de pulmón, normalmente en estadio avanzado, y en algunos casos de cáncer de páncreas y de un tumor cerebral, el glioblastoma múltiple.
Pero la solución no siempre es perfecta: los antiácidos más prescritos, inhibidores de la bomba de protones, interactúan con el medicamento y esto dificulta la absorción del tratamiento anticáncer.
¿Y cómo solucionar esa pescadilla que se muerde la cola? Un equipo de investigadores holandeses han dado con una alternativa que, como mínimo, se puede calificar de original.
Según han demostrado en un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology, tomar un vaso de Coca-cola junto a la pastilla de quimioterapia y el antiácido, aumenta la biodisponibilidad del erlotinib, un hallazgo que, según los autores, "puede servir para optimizar el manejo de las inteacciones entre este tipo de quimio y los antiácidos".
En un editorial que acompaña a la publicación del estudio, David Planchar, investigador del centro Gustave Roussy (Francia) advierte de que la cautela ha de acompañar a la interpretación de estos resultados. Señala, como también lo hacen los autores, que la hipótesis se ha probado en un número muy pequeño de pacientes (28) y durante poco tiempo.
Eso sí, considera que, si el hallazgo se confirma, podría afectar a otros tipo de quimioterapia oral como el gefitinib.