Ni el trabajo, ni la falta de luz natural ni el reloj circadiano de cada uno. Lo que delimita lo que cada persona duerme a nivel mundial es la presión cultural; esa que hace que, en el caso de España, nos parezca más normal encontrarnos a un selenita por la calle que a alguien joven que se acueste a las diez de la noche.
Es una de las principales conclusiones de un novedoso estudio publicado este jueves en la revista Science Advances, que supone una completa radiografía de los patrones de sueño de 20 países, España incluido.
Los autores del trabajo, de la Universidad de Michigan, aprovecharon la tecnología móvil para recopilar datos de sueño de las distintas nacionalidades. En 2014, desarrollaron la aplicación Entrain, diseñada para ofrecer consejos sobre cómo evitar el jet lag. Para ello, el usuario debía rellenar ciertos datos, como su número de horas diarias de sueño, cantidad de tiempo que pasaba con luz natural y hora de acostarse o levantarse, entre otros.
El análisis de esta información, que se enviaba anónimamente y que los autores definen como ajustada -puesto que los usuarios buscaban consejos personalizados sobre cómo evitar el desajuste horario- ha permitido desvelar algunos patrones universales. El principal: que la sociedad determina a qué hora nos acostamos, pero son los ritmos circadianos los que regulan cuándo nos despertamos.
Estos ritmos están a su vez determinados por 20.000 neuronas situadas detrás de los ojos. A su vez, estas células están reguladas por la cantidad de luz solar a a la que se exponen nuestros ojos a diario.
Según explica a EL ESPAÑOL una de las autoras, Olivia Walch, España aportó unos 200 usuarios al experimento. Los resultados demuestran que en nuestro país dormimos bien (una media de 7.84 horas) pero que lo hacemos a destiempo. "Es una de las naciones en las que la gente se acuesta y se despierta más tarde", resalta la experta.
El país más dormilón resultó ser Holanda, con 8 horas y 12 minutos de sueño, y los más insomnes Singapur y Japón, cuyos ciudadanos dormían de media 7,24 horas.
Más datos
Los cuestionarios recopilados por Entrain han desvelado algunas otras claves del sueño desconocidas hasta ahora, como que los hombres de mediana edad son los que tienen más problemas para dormir, que las mujeres se lanzan a los brazos de Morfeo con más facilidad que los varones y que la gente que más tiempo pasa expuesta a la luz solar duerme mejor.
Más allá de estos resultados, para los investigadores es importante haber demostrado que el móvil se puede utilizar para recopilar datos de sueño de miles de personas. También es clave el haber mostrado que el país del que uno es ejerce una influencia más importante en el sueño que casi cualquier otro factor y que lo hace únicamente por motivos sociales.
Así, para diseñar futuras intervenciones dirigidas a modificar tendencias de descanso, es posible que haya que centrarse más en el ambiente sociocultural del paciente que en modificar sus ritmos circadianos. "El sueño es más importante de lo que muchos creen", concluyen los autores.