Ir al dermatólogo en España puede llevar más o menos tiempo -depende de las listas de espera- pero es difícil que nadie se quede sin poder ver a un especialista de este tipo si tiene algún síntoma en la piel. Como ocurre con muchas otras circunstancias muy normales en los países ricos, no sucede lo mismo en los que están en vías de desarrollo, donde acudir a un médico -en general- y a un dermatólogo -en partícular- puede ser toda una odisea. Una que ponga en riesgo, incluso, la vida.
Porque, como explicó este martes el jefe de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal y presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Pedro Jaén, tendemos a pensar que las dolencias dermatológicas son menores, pero no es así en África, donde la esperanza de vida de los albinos en Tanzania no supera los 30 años. El cáncer de piel les diezma sin que nada se pueda hacer en muchos casos por ellos.
"Cuando se dice que la patología dermatológica es banal, no se piensa en la úlcera de Burundi, en los quemados, en los albinos...", reflexiona Jaén. El especialista tiene desde hace poco tiempo una nueva aplicación en su móvil que, en cierta medida, puede ayudar a paliar esta situación. El nombre: Dermassistance; el origen, a pesar del nombre: 100% español.
El secretario general de la AEDV, Luis Ríos, es algo así como el alma mater de esta iniciativa. Confiesa que dedica casi media hora a atender consultar en su móvil relacionadas con su profesión. "La dermatología no es algo nuevo, pero el WhatsApp no es seguro, el correo no lleva encriptación de datos...", explica a EL ESPAÑOL.
Estas son algunas de las ventajas de la nueva aplicación, que requiere registro por parte de sus usuarios, divididos en dos grupos: los que consultan y los que responden. Los primeros serán, sobre todo, cooperantes o paramédicos. Los segundos, dermatólogos que estén dispuestos a donar parte de su tiempo libre para responder a preguntas o evaluar imágenes que lleguen a su móvil desde distintas partes del mundo.
Por el momento, más de 50 han mostrado interés y se han descargado la aplicación. Desde la AEDV se han enviado cartas a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y a algunas ONG. El objetivo: difundir la herramienta, cuyo desarrollo ha sido posible gracias a la Fundación Piel Sana, una organización sin ánimo de lucro impulsada desde la Academia.