Hace casi dos años, el mundo se conmovía ante la tragedia del vuelo 9525 de la compañía Germanwings. El piloto del avión, Andreas Lubitz, estrelló deliberadamente el aparato -un Airbus 320- contra los Alpes franceses y provocó la muerte de 150 personas, incluido él mismo. Una cifra similar, 142 hombres y mujeres, son los que mueren en España todos los días por una causa tan distinguible como un accidente de aviación y tan evitable como éste en concreto: el consumo de tabaco.
El recién publicado informe Muertes atribuibles al consumo de tabaco, 2000-2014, del Ministerio de Sanidad, desvela que en el quinquenio 2010-2014 se produjeron en España 259.348 muertes atribuibles a este hábito, lo que supone una media anual estimada de 51.870 óbitos.
El vicepresidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, Francisco Camarelles, explica a EL ESPAÑOL que uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la lucha contra el tabaquismo es la baja percepción del riesgo por parte de los fumadores. "Un compañero de Pamplona solía decir que que si preguntabas a alguien si era más peligroso fumar o correr delante de los toros en San Fermín, todo el mundo te respondería que lo segundo, lo que es totalmente falso", comenta.
Recuerda este médico de atención primaria que él mismo ve en su consulta como las personas se alarman muchísimo por el exceso de colesterol -"porque lo han visto en la tele"- y se toman "los yogures que sea para bajarlo" pero después "continúan fumando". En la misma línea, rememora un concurso que ideó hace años la revista The BMJ sobre cuál era la mejor analogía para que los médicos explicaran a sus pacientes los peligros del tabaquismo. "Al final, la idea que ganó era que fumar era como tirar una moneda al aire y esperar que saliera cara o cruz y esa era la posibilidad de sufrir cáncer, enfermedades cardiovascular o patologías respiratorias".
Diferencias hombres y mujeres
El informe de Sanidad confirma que el tabaquismo sigue siendo un problema social de salud pública, a pesar de que el consumo de este producto ha disminuido en los últimos años en un 9% y España ha pasado de tener un 34,5% de fumadores en 2001 a un 25,5% en 2014, un descenso más acusado en hombres que en mujeres.
La razón es que "existe un decalaje" entre la aparición de enfermedades, y la consecuente mortalidad, y el tabaquismo en sí. Además, Camarelles subraya otro problema que no ocupa el informe publicado esta semana y es la calidad de vida más allá de la supervivencia. "A lo mejor a alguien no le importa morir joven, pero sí vivir mucho sin laringe o con una pierna amputada por un problema vascular, ambas consecuencias directas del tabaquismo", explica. "No es sólo que te acorte la vida".
Además, los datos relativos al tabaquismo son distintos según el género y las mujeres se llevan la peor parte en este sentido. De hecho, mientras que las muertes en varones disminuyeron en algo más de 3.000 anuales entre el último quinquenio analizado y el de 2000-2004, en mujeres ocurrió justo lo contrario y aumentaron en 6.485.
La razón: el sexo femenino se incorporó más tarde al consumo de tabaco y también está tardando más en dejar el hábito. De momento, al tabaco sólo se le pueden atribuir el 3% de las muertes femeninas en España -frente al 23% masculinas-, pero es un porcentaje que probablemente subirá en próximo informes.
El cáncer, lo peor pero no lo único
El informe de Sanidad también confirma lo que ya es sabido por todos: que, de todas las patologías, la más relacionada con el tabaco es el cáncer de pulmón. Una de cada tres defunciones atribuidas a este hábito es debida a esta causa. De hecho, casi se podría calificar de anecdótico el cáncer de pulmón en personas no fumadoras: cuatro de cada cinco muertes por esta enfermedad se deben a este hábito.
Pero hay más dolencias además del cáncer de pulmón. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la segunda causa de muerte con mayor porcentaje de fallecimientos atribuibles al tabaco. Las enfermedades cardiovasculares también están directamente relacionadas con esta hábito, que se asocia también a otras patologías respiratorias como la neumonía o la bronquitis.