¿Quiere tener un hijo disléxico? Dele su semen a Richard Branson

A Richard Branson no le gustó nada leer en The Guardian en 2015 que el principal banco de semen del país, The London Sperm Bank, rechazaba a donantes con dislexia -el trastorno que él mismo padece y que era calificado por la entidad como una "enfermedad neurológica"-. Aunque las autoridades que regulan la reproducción humana asistida se apresuraron a aclarar que, como sucede en España, en sus normas no decía nada de excluir a disléxicos como potenciales donantes de semen, numerosas asociaciones de afectados se quejaron y una idea comenzó a dar vueltas por la cabeza del exitoso y multimillonario empresario, dueño de Virgin, entre otros negocios.  

La iniciativa está a punto de ser una realidad y, de hecho, entrará en funcionamiento el próximo 2 de mayo, cuando abrirá sus puertas en Londres el primer banco de esperma exclusivamente para disléxicos, según ha anunciado en una carta firmada en primera persona el empresario en la web de Virgin. 

Branson aduce precisamente a la exclusión de disléxicos antes mencionada para justificar la apertura del suyo. "Para mí, esto es absurdo [la prohibición] cuando mucha de la gente con más éxito del mundo son disléxicos. En lugar de ser vista como una debilidad, tendría que ser apreciada como una fortaleza".

"Como sé de primera mano, el colegio puede ser duro si no consigues la ayuda adecuada. Pero esto no debe dejarte atrás. Para mí, la dislexia ha sido una gran ayuda; me hace pensar lateral y creativamente, dos importantes factores que me han ayudado a convertir a Virgin en una empresa global". 

Branson ha colgado un video en su cuenta de Instagram en el que se ve la cantidad de personajes que han triunfado a pesar de padecer dislexia, una nómina que incluye desde a pintores como Picasso a genios como Einstein. 

El banco de esperma no empezará de cero. El propio Branson incluirá su semen, que congeló cuando tenía 30 años y también han anunciado que lo harán disléxicos de todos los ámbitos, desde científicos a astronautas. 

Aunque la dislexia no se puede considerar una enfermedad hereditaria, porque no se define como una patología, está demostrado que esta dificultad de aprendizaje es mucho más común en los hijos de los que la padecen.