La extraña relación entre ser zurdo, tener el rostro delgado y el riesgo de tuberculosis
Un nuevo estudio asocia ciertos rasgos físicos y la lateralidad con tener más posibilidades de ciertas enfermedades.
11 mayo, 2017 19:58Noticias relacionadas
Durante décadas, el hecho de usar la mano izquierda o ser zurdo ha estado rodeado de múltiples mitos y leyendas, como que son más violentos o suelen beber más alcohol. Por otro lado, algunos estudios afirman que ser zurdo tiene sus beneficios, como ser más competitivo o tener más facilidad para dominar las matemáticas. Las personas zurdas tan solo representan alrededor del 10% de todos los individuos del planeta.
Asimismo, un nuevo estudio ha descubierto que las personas zurdas también asocian determinados rasgos físicos y riesgos: suelen tener rostros más delgados, y una mayor riesgo frente a determinadas enfermedades, como es el caso de la tuberculosis.
Ser zurdo y el riesgo de tuberculosis
El estudio, llevado a cabo por los investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Washington, y publicado recientemente en la revista Laterality: Asymmetries of Body, Brain and Cognition, ha llegado a esta conclusión tras llevar a cabo una encuesta con 13.536 personas. En ella, se analizó la estructura facial de estos individuos y su lateralidad -qué mano suelen usar de forma predominante en la vida diaria-; unos datos obtenidos gracias a las respuestas de tres encuestas nacionales llevadas a cabo en Estados Unidos.
Según este trabajo, aquellos individuos con rostros delgados tenían una probabilidad de hasta el 25% de ser zurdos. Además, debido a la forma de su cara, este grupo también era más propenso a sufrir "sobremordidas" (los dientes superiores están muy por delante de los inferiores) y una mayor susceptibilidad a sufrir tuberculosis.
De acuerdo con el comunicado del autor principal del estudio, Philippe Hujoel, hace casi 2.000 años un médico griego ya relacionó las mandíbulas delgadas como un posible marcador para la susceptibilidad de sufrir tuberculosis. Posteriormente, durante el pasado siglo XX, las observaciones clínicas corroboraron esta sospecha -aunque no de forma significativa como para tenerlo en cuenta-. Actualmente, eso sí, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades -CDC- de los Estados Unidos sí tienen en cuenta el bajo peso corporal ligado a este tipo de físico como marcador de tuberculosis; es decir, tener bajo peso aumentaría el riesgo de sufrir esta enfermedad infecciosa.
Actualmente la tuberculosis, una enfermedad que afecta predominantemente a los pulmones, representa una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Solo en el año 2015 hubo 1,8 millones de muertes a causa de esta enfermedad bacteriana, la cual necesita entre cuatro y seis antibióticos diferentes tomados durante seis hasta incluso doce meses en algunos casos para poder ser curada.