Actualmente se sabe que llevar a cabo una dieta saludable, practicar ejercicio físico y evitar sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol y otras drogas son medidas generales que pueden disminuir el riesgo de sufrir cáncer en general.
En el caso del cáncer de próstata, del cual se desconocen las causas exactas, pero si se sabe que afecta a sobre todo a hombres mayores de 50 años -de los cuales 6 de cada 10 son mayores de 65 años según la Sociedad Americana del Cáncer-, también sirven estos consejos. Pero también se puede añadir un consejo más, según un estudio publicado en la revista European Urology: eyacular una media de 21 veces al mes disminuiría el riesgo de cáncer de próstata.
La eyaculación frecuente, un factor protector
Según este trabajo, llevado a cabo por los investigadores de la Escuela TH Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, disfrutar de este número de orgasmos al mes reduciría hasta un 33% el riesgo de sufrir cáncer de próstata. Asimismo, el método para llegar a dicho orgasmo sería indiferente; en otras palabras, da igual si la eyaculación se produce de forma manual -masturbación- o mediante relaciones sexuales.
Eso sí, este estudio no ha sido capaz de dilucidar por qué una mayor cantidad de eyaculaciones de forma mensual puede ofrecer este efecto protector contra el cáncer. Se trata de una relación, sin conocer una causa-efecto determinada.
La teoría que manejan los investigadores responsables del estudio es que la eyaculación eliminaría toxinas y bacterias dañinas que pudiesen encontrarse en la glándula prostática, las cuales producirían inflamación y, a largo plazo, cáncer en determinados casos.
El papel fundamental de la próstata en el organismo masculino es proporcional el fluido que acompañará y protegerá a los espermatozoides cuando se produce una eyaculación activa. Dicho líquido contiene altas concentraciones de potasio, zinc, fructosa y ácido cítrico procedente de la sangre.
Cómo se ha detectado la relación
En investigaciones anteriores ya se demostró que los mismos carcinógenos que se encuentran en el humo del tabaco -como el 3-metilcolantreno-, también se acumulan en la próstata. Según la teoría de este nuevo trabajo, la eyaculación frecuente evitaría dicha acumulación y estancamiento en el tiempo.
Por ello, los investigadores de Harvard llevaron a cabo una encuesta con 32.000 individuos sobre la cantidad de orgasmos mensuales que obtenían, y compararon dichos datos con el riesgo de desarrollar cáncer de próstata a lo largo de varias décadas. Se realizaron varias encuestas entre 1992 y 2010, evaluando la frecuencia de eyaculación de los hombres en diferentes periodos de sus vidas: entre los 20 y 29 años, entre los 40 y 49 años y el año antes de que el cuestionario fuese distribuido.
Según sus resultados, la masturbación diaria durante la edad adulta tenía un efecto protector sobre el cáncer de próstata. De hecho, este no sería el primer trabajo que llega a esta conclusión, ya que la misma Universidad de Harvard publicó un estudio con resultados similares el pasado año 2008, aunque en aquella ocasión el objetivo del estudio fue destacar que el exceso de eyaculación aumentase el riesgo de cáncer.
Como conclusión, por el momento sería pronto para recomendar la masturbación como forma de protección eficaz contra el cáncer de próstata, ya que estos estudios tan solo sugieren que existe una relación entre ambos y que sus efectos pueden fluctuar según la edad de los hombres. Por ello, será necesaria más investigación al respecto.