Si bien diversos estudios han demostrado que el azúcar, además de provocar adicción, conlleva una serie de consecuencias nocivas si se consume en exceso, sus efectos pueden acarrear más perjuicios si cabe en las mujeres embarazadas.
Así lo ha demostrado una reciente investigación realizada por Seif Shaheen, de la Universidad de Londres, cuyo trabajo se ha publicado en el European Respiratory Journal: las mujeres embarazadas con una dieta rica en azúcar pueden aumentar el riesgo de asma y alergia de sus futuros hijos.
La relación entre azúcar, alergias y asma
Para el estudio, se analizó la dieta de casi 14.000 mujeres embarazadas, aunque finalmente solo se pudo tener en cuenta a poco más de 8.900 para el trabajo. Aunque en anteriores estudios se había intentado buscar efectos beneficiosos de la dieta durante el embarazo -como el consumo de alimentos ricos en antioxidantes-, los responsables de este trabajo han decidido buscar respuestas en el aumento de la ingesta calórica en la dieta occidental, analizando algunos de sus componentes.
Así pues, teniendo en cuenta que entre 1970 y el año 2000 hubo un aumento del 25% de azúcares refinados solo en Estados Unidos, coincidiendo con el aumento exponencial de diagnósticos de asma infantil, se ha intentado vislumbrar dónde estaba el origen de la enfermedad pulmonar y las alergias asociadas: en el consumo de azúcar durante el embarazo o en el consumo de azúcar durante la infancia.
Aunque sí hubo un trabajo publicado en Nature que relacionó el exceso de consumo de azúcar en la infancia con el aumento de riesgo de sufrir alergia o asma, no tuvo en cuenta el consumo de azúcar de las madres durante el embarazo.
En esta ocasión el estudio ha intentado dilucidar si realmente el origen de las alergias y el asma sería la madre o el niño, y sí se detectó una relación significativa: aquellas embarazadas que consumían altos niveles de azúcar durante el embarazo tenían el doble de probabilidades de concebir un hijo que desarrollarse asma alérgica en comparación a las embarazadas que consumían menos azúcar.
Si bien los investigadores no afirman claramente que el alto consumo de azúcar en el embarazo es la causa indudable de dichas alergias y asma, sí dicen haber demostrado una relación suficientemente importante como para tenerla en cuenta.
La glucosa, en el punto de mira
La teoría que manejan los investigadores es que el azúcar podría provocar asma a causa de las grandes cantidades de fructosa consumidas. Estas pueden desencadenar una respuesta inmune corporal y, en consecuencia, una inflamación pulmonar. La fructosa es el azúcar mayoritario que puede encontrarse en jarabes de frutas y maíz, y que se suele usar ampliamente en alimentos procesados y refrescos.
A pesar de las conclusiones del estudio, los investigadores piden cautela y afirman que son muchos los factores que colaboran en el desarrollo de las alergias en un bebé, incluyendo su exposición a microorganismos y contaminantes. Aún así, esperan que sus hallazgos ayuden a entender completamente la relación entre la dieta materna durante el embarazo y las posibles alergias en los futuros bebés.