Gracias a las múltiples investigaciones y el exponencial avance en ciencia y tecnología de las últimas décadas, no son pocos los remedios médicos que han ido cambiando o incluso suprimiéndose de los manuales por su peligrosidad. Hace un siglo, por ejemplo, se recomendaba la cocaína contra el dolor de garganta o el whisky mezclado con agua para frenar la caída del pelo. Entre el siglo XVII y el siglo XIX el alcohol se usaba como medicina con total seguridad; hoy sabemos que está relacionado con múltiples enfermedades.
Algo similar le sucedió a Jing Lee, un habitante de Corea del Sur que falleció en 1642 con 63 años. Recientemente su cuerpo momificado, preservado según la tradición de la cultura Joseon, ha podido ser analizado tras el paso de 375 años desvelando la extraña y macabra afección que pudo causarle la muerte: la primera infección por parásitos en el hígado jamás conocida, provocada por el consumo de marisco crudo.
¿Cómo la contrajo?
Según el extraño caso, publicado en el Journal of Parasitology, dicho consumo de marisco crudo podría haberse debido a un consejo médico. En aquella época, el jugo de cangrejo crudo se consideraba un tratamiento eficaz contra el sarampión, y además el plato era una auténtica delicatessen.
El cuerpo momificado de Lee se encontraba en muy buenas condiciones cuando fue desenterrado por los arqueólogos en 2014. Con la autorización de sus descendientes, el equipo de investigadores dirigido por Min Seo de la Facultad de Medicina de la Universidad Dankook de Corea del Sur escaneó la momia, detectando una extraña protuberancia en su hígado.
Tras analizar dicha tumoración, los investigadores encontraron huevos de color marrón-dorado, de aproximadamente 85 micrómetros de largo, los cuales se habrían producido por una infección por Paragonimus westermani. En otras palabras, esto significaría que Jing Lee sufrió paragonimiasis hepática cuando murió, convirtiéndose en el caso más antiguo conocido de esta dolencia.
Una infección que hace escupir sangre
Los casos de P. westermani son típicamente originados por el consumo de marisco crudo de agua dulce. En muchas ocasiones esta infección no muestra ningún tipo de síntoma, y aún hoy en día se descubre por casualidad en muchas ocasiones, sobre todo en el sudeste de Asia o America Central y del Sur.
Sin embargo, según los investigadores, Jing Lee pudo experimentar durante años síntomas tales como dolor o fiebre equivalentes a los de "una pneumonía o una gastroenteritis". El suyo no fue un caso aislado: en las otras 18 momias inspeccionadas por el equipo han aparecido restos de parásitos.
Por otro lado, cabe destacar que P. westermani suele penetrar a través de la pared del intestino, pero tiene predilección por infectar los pulmones, aunque no es raro que acabe afectando al hígado como fue el caso, formando quistes llenos de huevos.
Al reventar esos quistes, si se produce una afectación pulmonar, uno de los síntomas más comunes son los esputos con sangre, de forma similar a lo que ocurre en otras infecciones pulmonares o en el cáncer de pulmón.