El cerebro humano suele dar sorpresas con cada nuevo estudio o caso extraño que se publica en alguna revista científica. Sobre todo, entre todos estos casos, destacan algunos tipos muy raros de epilepsia, los cuales no siempre producen las conocidas convulsiones de las cuales suelen hacer gala las películas de Hollywood, sino que pueden provocar síntomas tan raros como volverse todo un gourmet (algo conocido como síndrome de Gourmand, el cual sufrió un niño de 10 años con un raro tipo de epilepsia), o incluso llegar a producir orgasmos tras actos tan comunes como cepillarse los dientes, como fue el caso de una mujer de 41 años diagnosticada de una epilepsia resistente al tratamiento.
En este caso, según se relata en el informe publicado en Seizure, la mujer sufría una convulsión y posteriormente un orgasmo cada vez que se cepillaba los dientes; finalmente, acababa perdiendo el conocimiento.
Sin embargo, no se detectó ninguna falta de flujo sanguíneo ni daño cerebral en esta mujer que pudiese explicar por qué se producían dichos orgasmos en relación al cepillado de dientes. Y no había ninguna otra actividad que pudiese derivar en dicha secuencia de eventos (orgasmo, convulsión y pérdida de conocimiento).
Esta mujer fue diagnosticada de epilepsia intratabable a los 41 años de edad, pero su historia clínica tenía algunas peculiaridades. A los 22 años necesitó una histerectomía total o extracción de todo el útero debido a unas lesiones llamadas leiomiomas que sangraban de forma excesiva, por lo que no podía tener hijos.
Asimismo, tras dicha cirugía invasiva, la mujer dejó de sentir orgasmos tras las relaciones sexuales ni con la masturbación. Sin embargo, dos años después de esta cirugía, mientras se cepillaba los dientes, la mujer sintió repentinamente una gran excitación sexual y posteriormente un orgasmo similar a los que había sentido antes de necesitar la extracción de su útero. Posteriormente a esta situación se produjo una alteración de la conciencia de aproximadamente dos minutos, sin convulsiones.
Durante cinco años más, la mujer refirió haber sentido de forma recurrente episodios similares al menos dos veces a la semana, y siempre durante el cepillado de dientes, aunque no lo contó porque tenía miedo por la situación. Finalmente, a la edad de 29 años, decidió consultar a su médico tras haber sufrido tres lesiones debido a las alteraciones de conciencia que sufría tras estos episodios de orgasmo por cepillado de dientes.El diagnóstico final del caso fue el de crisis epilépticas parciales complejas, por lo que se inició el tratamiento con una medicación llamada carbamazepina -un antiepiléptico-, a la cual hubo que asociar posteriormente otra medicación, el valproato, sin éxito.
Un raro tipo de epilepsia
A los 41 años de edad, la mujer fue derivada a una clínica especializada en epilepsias resistentes al tratamiento, donde detectaron que los episodios de crisis epilépticas tan solo se producían con el cepillado de dientes que incluía pasta de dientes; si no se usaba pasta de dientes y se usaba solo el cepillo no se producían tales ataques. No se pudo identificar ningún otro factor desencadenante de las crisis, ni siquiera llevando a cabo estímulos prolongados en sus dientes o encías o palillos o incluso con sus propios dedos. No había ninguna otra cosa o situación que diese lugar a la cadena situacional que incluyese excitación sexual, orgasmo y posterior pérdida de conocimiento.
Asimismo, también se comprobó que las crisis epilépticas no podían ser inducidas solo por el olor de la pasta de dientes, o por el movimiento de la mano derecha en forma de cepillado. Ni siquiera parecía que el cepillado de un determinado lado de la boca o una zona específica desencadenase las crisis. Por su parte, también se comprobó que no había ninguna marca de pasta de dientes específica que diese lugar a las crisis, o una forma de cepillarse los dientes en especial. Además, también se comprobó que jamás se habían producido convulsiones de forma espontánea, sino que siempre se asociaron al acto de cepillarse los dientes.
Según los estudios realizados, donde se incluyó el electroencefalograma, las descargas epilépticas se localizaron en una zona cerebral denominada región temporal anterior derecha, y se detectó un foco de bajo flujo de sangre en otra zona llamada uncus del lóbulo temporal derecho.
La causa por la cual se producía la crisis sigue siendo desconocida, pero los investigadores esperan que este caso pueda ayudar a seguir estudiando cómo se comporta el cerebro.
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