La noticia saltaba la pasada semana. A partir de la primavera de 2018, cualquier hombre con problemas (o no) de impotencia podrá adquirir Viagra sin receta en las farmacias del Reino Unido. El anuncio fue acogido con gran expectación en todo el país excepto en un diminuto pueblo del sur de Irlanda, Ringaskiddy. Allí, los vecinos no pudieron más que esbozar una pícara sonrisa.
Pfizer, la marca que fabrica Viagra tiene una planta farmacéutica en esta localidad y, según cuentan los lugareños, los humos que emanan de sus chimeneas provocan que los hombres y los perros del pueblo sufran erecciones espontáneas cuando la fábrica se encuentra a pleno rendimiento, produciendo la famosa pastillita azul. "Basta un soplo de aire y enseguida están tiesos", asegura Debbie O’Grady, camarera de un bar en Ringaskiddy, en declaraciones a The Sunday Times. "Hemos estado recibiendo los humos del amor durante años y gratis", apunta su madre, Sadie O’Gradie.
Según la mujer, de 60 años, en el pueblo llevan cierto tiempo sorprendiéndose de la cantidad de personas que, "tal vez por curiosidad", llegan hasta allí y luego nunca se van. "La Viagra debe haberse colado en el suministro de agua", añade. "Estoy convencida de que eso es lo que sucedió al principio, justo antes de que la fábrica fuera regulada con medidas de seguridad". Lejos de suponer un problema, Sadie asegura que las singulares condiciones del pueblo "pueden ser una bendición" para algunos muchachos que tienen problemas "en ese departamento".
Algunos vecinos afirman incluso que Ringaskiddy experimentó un baby boom justo después de que Pfizer decidiese establecer allí su sede y comenzase a producir Viagra para todo el mundo. De hecho, los lugareños cuentan que los chavales acuden a las cercanías de la fábrica a inhalar el humo que sale de sus chimeneas. Como lo leen.
¿Qué hay de cierto en lo que cuentan los vecinos? Pues según Pfizer, poco o nada. La compañía farmacéutica desmiente que haya "Viagra en el aire" y asegura que se trata de un "mito divertido" que se ha extendido entre los habitantes de la localidad. "Nuestros procesos de fabricación siempre han sido altamente sofisticados y altamente regulados", apunta un portavoz al diario británico.
Lo cierto es que, si se trata de un mito o no, la anécdota no ha inspirado sólo chistes, sino también películas. Holy Water, una comedia irlandesa estrenada en 2009, cuenta cómo el robo de un camión de Viagra acaba convirtiendo un pueblo en Sodoma y Gomorra después de que los ladrones tirasen su botín y la sustancia se filtrase hasta el subsuelo. Ver para creer.