Que un trastorno no suponga un peligro para la salud no significa que no deba ser tratado, ya que puede causar malestar indirectamente de muchas formas diferentes. Este es el caso de las enfermedades que afectan a los pacientes estéticamente, como el famoso vitíligo. Se dice que este trastorno, caracterizado por la aparición de manchas blancas en la piel, llevó a Michael Jackson a obsesionarse con su apariencia, abusando de los tratamientos blanqueantes, con las consecuencias que todos conocemos. Sin embargo, desde que la modelo Winnie Harlow se convirtió en imagen de la marca de ropa Desigual luciendo orgullosa sus manchas, disminuyeron notablemente los casos de discriminación a otras personas afectadas por la enfermedad.
Está claro que es importante que se dé visibilidad a este tipo de pacientes como personas normales, cuya vida no tiene por qué verse limitada por un trastorno estético. Por eso también es muy positivo el caso de Larry Gómez, un ciudadano de San Bernardino que ha pasado de ser el hazmerreír de sus compañeros de clase a convertirse en toda una estrella de Hollywood. Y todo ello con una enfermedad que lo transforma en algo parecido a un hombre lobo.
Desde que era un niño, Larry Gómez tuvo que ver cómo un vello grueso y oscuro crecía por todo su cuerpo hasta cubrirlo en un 98%. Esto le valió un gran número de burlas entre sus compañeros de clase, que lo calificaban despectivamente como "el hombre lobo" y le hacían el vacío en el colegio. Aquellas críticas podrían haber hundido a Larry; pero, lejos de deprimirse, decidió aprovechar su particular físico para llegar a Hollywood, donde protagonizó películas como la famosa Agua para Elefantes, protagonizada por Reese Whiterspoon y Robert Pattinson.
La causa de su apariencia es la hipertricosis, un trastorno genético que favorece el crecimiento desmesurado de vello por todo el cuerpo. Al contrario que otros trastornos similares, su origen no está en un desajuste hormonal, por lo que no existe una forma sencilla de tratarlo, más allá del uso de técnicas convencionales de depilación.
El propio Larry se corta el pelo una vez al mes, pero termina creciendo rápidamente. De cualquier modo, eso ya no le avergüenza, porque le ha valido también la entrada en el libro Guinness de los Récords, junto a tres de sus familiares, como la familia más peluda del mundo. Uno de estos familiares es su propio hermano, que trabajó con él en un circo mexicano durante los años previos a su lanzamiento cinematográfico.
Gómez tiene también un hijo, fruto de su primer matrimonio, pero el chico no ha heredado la condición de su padre. Aun así, puede que en un futuro algún otro descendiente nazca con casi todo su cuerpecito cubierto de pelo. Afortunadamente, el recuerdo de Larry siempre estará ahí para recordarle que ser diferente a los demás no siempre tiene que ser una condena. Sólo hay que saber cómo enfocarlo.