Aunque existen multitud de causas para notar sensación de calambres o incluso "descargas eléctricas" en diferentes partes del organismo, las más comunes incluyen alteraciones en los iones sanguíneos, deshidratación o incluso un exceso de ejercicio físico.
Sin embargo, ese no fue el caso de una mujer de 35 años que acudió al Hospital Universitario de Dijon, en Francia. Su principal síntoma era esa sensación de descargas eléctricas, solo en las piernas, además de haber experimentado algunas caídas recientes. La causa de todos sus males sorprendió a sus médicos, los cuales han publicado su caso en el New England Journal of Medicine.
Parásitos en la médula espinal
La mujer, que vive en Francia, no había efectuado ningún viaje recientemente pero sí solía tener contacto con caballos y ganado diverso. Además de las caídas y las descargas eléctricas, la mujer también comentó que había sufrido dificultades para montar caballos durante los últimos tres meses.
Cuando se realizó una resonancia magnética a la paciente, se logró identificar la causa de todos sus síntomas: a nivel de su novena vértebra dorsal, justo en medio de la espalda, había una lesión que requirió tratamiento con cirugía.
Tras extirpar la lesión, las pruebas revelaron que se debía a una infección por un parásito llamado Echinococcus granulosus, un tipo de microorganismo que suele infestar a perros y algunos animales de granja, tales como ovejas, vacas, cabras y cerdos. Dicho parásito causa la equinococosis quística, también conocida como hidatidosis, donde las larvas del parásito son capaces de crecer lentamente dentro del organismo humano provocando ciertos problemas.
Este parásito suele afectar de forma más común a órganos como el hígado o los pulmones, aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, como los huesos o el sistema nervioso central, como fue el caso. De hecho, este caso es poco frecuente, representando tan solo entre el 0.5 - 4% de los casos de esta enfermedad según datos publicados en un artículo de PloS ONE del año 2013.
Cómo se produce la infección
Como sucede en el caso de otros parásitos, el ciclo de vida del Echinococcus granulosus es complicado: el parásito "adulto", en forma de gusano, vive en los intestinos de los perros y llega a medir 6 milímetros de largo. Sus huevos acaban en las heces de estos animales, y los animales de granja se infectan al consumir alimentos o agua contaminados por dichos huevos.
Tras infestarse, los huevos se convierten en larvas en los animales de granja, pero no pueden llegar a su forma adulta si no infestan a un perro; aunque esto puede llegar a ocurrir si los perros consumen ganado sacrificado previamente infectado.
Finalmente, el Echinococcus puede llegar al ser humano de una forma similar: consumiendo alimentos o agua contaminados con heces de perro infectadas por huevos. Por ejemplo, si se consumen plantas o frutos de campos donde han habido perros. Realmente, los humanos son huéspedes "accidentales", pero no entran en la cadena de transmisión e infección del parásito. De hecho, el parásito se queda en su forma de larva igual que sucede en los animales de granja y no llega a la etapa adulta. Pero el caso de esta mujer no es aislado.
El tratamiento suele ser la cirugía, como en este caso, además de precisar de la toma de medicamentos antiparasitarios. Tras el paso de nueve meses, la paciente dejó de sufrir síntomas y no se identificó ninguna recaída.