Algunos virus, como es el caso del virus varicela-zoster -origen de la varicela y, en ocasiones, del herpes zoster- son capaces de quedar acantonados en el organismo humano y volver actuar años después tras haberse "curado" la enfermedad causante. Sin embargo, aunque no son mayoría, algunos pueden llegar a causar estragos si se reactivan.
Ese parece ser el caso del virus del Ébola, un microorganismo que encendió todas las alarmas y continúa causando problemas en diversos países de África. Ahora, según un reciente estudio publicado en The Lancet, se ha descubierto que una mujer de 33 años de Liberia que logró sobrevivir a la enfermedad ha llegado a contagiar el virus a toda su familia tras un año sin síntomas.
La resistencia del virus del Ébola
Según Jason Ladner, profesor del Instituto de Patógenos y Microbiomas de la Universidad del Norte de Arizona y coautor del actual estudio, ya se sospechaba que el virus del Ébola era capaz de "esconderse" en algunas zonas del organismo humano, como el sistema reproductivo masculino o los ojos. Además, algunos trabajos habrían sugerido que el virus puede reaparecer incluso tras contener el brote, a través de fuentes como la leche materna o mediante transmisión sexual.
Si bien es cierto que también se sospechaba que los supervivientes masculinos eran capaces de hacer reaparecer el virus con el tiempo, hasta el momento no se había detectado un caso de estas características en una mujer.
El caso en particular se remonta a los últimos meses de la epidemia de Ébola en África Occidental, entre diciembre de 2014 y mitad de 2016, donde se contabilizaron 28.000 individuos infectados y hasta 11.000 muertes. La familia de esta mujer fue vigilada por los servicios de salud hasta seis meses después de que el brote de Liberia se hubiese dado oficialmente como controlado. Fue dos meses después de que hubiese otra alarma por un pequeño brote en la misma zona, en noviembre de 2015.
Además de esta mujer, hubo tres miembros más que sufrieron una infección por Ébola: un niño de 15 años que falleció a causa de la enfermedad, su marido de 40 años y un hijo de 8 años, ambos recuperados rápidamente con tratamiento. Su hijo mejor, de 5 años, no sufrió la infección. Hasta 120 personas tuvieron contacto con la familia y fueron vigilados y sometidos a pruebas, incluso recibieron la vacuna contra el Ébola que distribuyó la OMS, pero ninguno de ellos sufrió la enfermedad. Tanto sus dos hijos como su marido sufrieron un contagio del Ébola por parte de esta mujer, tras haber pasado un año libre de enfermedad.
Por el momento, los científicos no saben cómo el Ébola fue capaz de sobrevivir tanto tiempo en el organismo de esta mujer. Además, se desconoce por qué en algunos individuos el virus pasa de estar latente a ser letal, aunque en este caso se sospecha que se reactivó tras el embarazo de la mujer. Durante el verano de 2014 se produjo el brote de Ébola en el cual se infectó la paciente mientras cuidaba a su hermano, estando ella embarazada y experimentando posteriormente un aborto. Tras el paso de 13 meses, en septiembre de 2015, dio a luz a su tercer hijo. Dado que en ese momento Liberia estaba libre de virus, no se les hizo las pruebas ni a ella ni al recién nacido, pero su familia empezó a enfermar.
El embarazo y la reactivación del Ébola
Durante un embarazo normal, el organismo suprime de forma natural las funciones del sistema inmune para evitar que el cuerpo "rechace" al bebé. Por ello, según sugieren los investigadores, es posible que esta madre de Liberia acumulase partes del virus inactivas tras su infección inicial en 2014, que posteriormente se reactivaron tras el paso de 13 meses cuando su sistema inmune cedió terreno.
De hecho, ni la madre ni el recién nacido tenían el virus en su sangre, por lo que ninguno de ambos enfermó cuando sí lo hizo el resto de la familia. Sin embargo, ambos poseían anticuerpos contra el virus, lo que sugiere a su vez que la madre sufrió y combatió la infección con éxito, pudiendo así transmitir sus anticuerpos a su bebé a través de la lactanca materna.
Por el momento se trata de múltiples hipótesis aún por confirmar, pero los investigadores opinan que estos hallazgos ayudarán a prevenir, tratar y gestionar de forma más efectiva futuros brotes de Ébola.