El mito del acné y el chocolate: todas las verdades y mentiras
- Se suele relacionar el consumo excesivo de chocolate con la aparición de acné facial, pero hay estudios que responsabilizan a otros alimentos.
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El chocolate como alimento ha simbolizado durante años el pecado original -en cuanto a transgresiones dietéticas se refiere. Pero todo tiene matices, pues es necesario recordar que no es lo mismo un trozo de chocolate con un 99% de cacao que el chocolate con leche con un 40% de cacao, leche y una elevadísima cantidad de azúcar añadido. De hecho, el primero se asocia a diversos beneficios, siempre y cuando no se recaiga en excesos. Mientras tanto el segundo, con su exceso de azúcar, ha demostrado ser perjudicial para la salud.
Pero, ¿es cierto que el consumo de chocolate aumenta el riesgo de sufrir acné? Durante años, diversos estudios han relacionado a este alimento en general con el trastorno dermatológico típico de la adolescencia. Sin embargo, existe cierta controversia al respecto.
Durante el pasado año 2013, un estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics ya señaló a la composición de ciertos tipos de chocolate y su posible relación con el acné. Los alimentos con productos lácteos y mucho azúcar aumentan el riesgo de que aparezca. De hecho, el objetivo del artículo se centró en el tratamiento de estas erupciones mediante la alimentación.
Desde las primeras investigaciones se señaló que las sustancias ricas en grasas saturadas y azúcar tienen una relación directa con el riesgo de sufrir acné, aunque posteriormente se refutó tal relación. En estudios realizados entre 1960 y 2012 los datos sí sugerían una relación dietética con el acné. Pero no con el chocolate en particular, sino con los alimentos derivados de lácteos y con un alto índice glucémico como los alimentos ricos en azúcares libres. El chocolate con un 70% de cacao o superior no entra en esta definición, por lo que la relación "chocolate-acné" no es tan directa como se suele considerar.
Actualmente algunos estudios abogan por el consumo diario de chocolate negro, como ya sugirió el British Medical Journal en el año 2012. El chocolate negro podría prevenir problemas cardiovasculares en personas que ya sufran factores de riesgo, tales como hipertensiónm diabetes tipo 2 o altos niveles de triglicéridos y/o colesterol.
Por otro lado, como ya explicó hace un año Raúl Lucas, portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) a EL ESPAÑOL, existen trabajos publicados en 2016 que no solo no relacionan el consumo de chocolate con el acné, sino que lo hacen productos como los lácteos desnatados. De hecho, este mismo profesional recuerda que "con el chocolate negro no hay una relación significativa".
La relación entre los lácteos y el acné podría deberse a una vía metabólica en particular, la vía mTor, la cual se ha relacionado tanto con la supervivencia celular como con la producción de grasa. La vía mTor se acumula en los folículos pilosos, donde se infecta y da lugar al acné. Así mismo, otro meta-análisis de principios de este mes confirmó las afirmaciones de la AEDV: los lácteos propiciarían la aparición de acné.
Por otro lado, otro estudio que analizaba a más de 20.000 individuos daneses afirmó justo lo contrario: los lácteos no tendrían relación alguna con el acné.
Las novedades sobre el acné
Dejando de lado el chocolate, recientemente se han llevado a cabo algunos estudios respecto a la posible relación entre el acné y otros alimentos. O en este caso, suplementos alimentarios, algunos de los cuales podrían provocar acné de forma directa.
Concretamente dos trabajos han llegado a relacionar la toma de vitamina B12 con casos de acné severo. Uno de ellos, publicado en 2013, ya habló de un caso donde una mujer que consumió vitamina B12 en forma de inyecciones intramusculares desarrolló una forma severa de acné.
Posteriormente, otro trabajo intentó vislumbrar si existía realmente una relación o fruto de la casualidad. De nuevo el metabolismo tenía algo que ver: los niveles excesivos de vitamina B12 alterarían los genes de la bacteria Propionibacterium acnes, la cual provoca el acné al sobreinfectar el sebo o grasa que obstruye los folículos pilosos. La expresión de estos genes se reduciría al aportar vitamina B12 externa, e incluso podría provocar reacciones de acné en tan solo una semana.
Como se puede observar, los estudios son controvertidos al respecto, y aún son necesarias más evidencias para relacionar todos estos alimentos con el acné, aunque sí parece que el metabolismo tiene un papel clave en el desarrollo del mismo.