Los más de mil profesionales sanitarios e investigadores que han firmado una 'Carta abierta a la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo' denunciando que "las pseudociencias matan" cometen un error de concepto: "No todas son iguales", acusaba Carles Francino en La Ventana de la SER este martes. "La [nueva] medicina germánica es una cosa muy rara [pero] la homeopatía, la acupuntura y la osteopatía son cosas absolutamente serias"- llegaba a afirmar el periodista.
El espaldarazo de Francino a las autodenominadas 'terapias naturales' resulta especialmente chocante en el contexto que se produce: tras el caso relatado en El País de Rosa, la economista de 41 años que murió por rechazar la quimioterapia para tratarse con homeopatía. En la conversación que mantiene el periodista en antena con un representante de los practicantes de estas pseudoterapias, la responsabilidad termina desplazándose sobre las autoridades por no validarlas e incluso sobre el propio paciente, denuncian desde la iniciativa #SaludSinBulos.
Esta plataforma vertebra a los especialistas y divulgadores involucrados en la lucha contra los falsos mitos y supercherías que suponen riesgos sanitarios. El pasado verano alertaban sobre la responsabilidad de los comunicadores a la hora de hacer de altavoz de bulos: la teoría conspirativa que vincula a las vacunas con el autismo, difundida por Javier Cárdenas, está en directa relación con el descenso de vacunaciones. "Hay combatir los bulos identificando a los creadores de noticias falsas y formando a la población y a los profesionales sanitarios"- instaban entonces.
En la entrevista, Francino arrancaba considerando que la carta a la Ministra metía "a todas en el mismo saco" y que algunos de estos "tratamientos no ortodoxos" ni son "dañinos" ni fuerzan el "abandono" de la terapia médica convencional. A continuación continuaba hablando de lo que llega a calificar de "utopía": la inclusión en Suiza, refrendada en un referéndum, de las terapias alternativas en la cobertura de la Sanidad pública. Dos argumentos habituales de los defensores de estas teorías: el "puede que no cure, pero no mata" y el "es porque lo pide la gente".
En la entrevista, Roberto San Antonio, presidente de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales, defiende que la Administración es la "única culpable" por "no regular" de que haya "supuestos profesionales que incitan al abandono de las terapias". Antes, sin embargo, había aludido a las sentencias en favor de los pseudoterapeutas a los que han absuelto de responsabilidad en la muerte de sus pacientes y a las que los medios, afirma, "no hacen caso".
Es entonces cuando interviene Francino, recordando un caso que habían tratado en La SER 24 horas antes: una mujer que abandonó "un tratamiento ortodoxo, digamos convencional, contra el cáncer a través de una secta de Medicina Germánica... Es una cosa muy rara, eso. Una cosa es la homeopatía, la acupuntura y la osteopatía que son cosas absolutamente serias, y otra cosa es cómo se regulen efectivamente, pero no hay meterlo todo en el mismo saco".
Prosigue la tesis de que unas pseudoterapias son absurdas y otras no, y se les causa un agravio comparativo a las "serias". San Antonio lamenta que un informe de 2011 catalogase la homeopatía junto a "los que hablan con los ángeles", y Francino saca a colación el caso de Steve Jobs como muestra de una de estas pseudociencias "raras" -sería en este caso la macrobiótica- en contraste con las "serias": "Le detectaron un cáncer, que además era de los relativamente curables. Él tomó zumo de limón o algo parecido durante nueve meses, y luego ya era tarde y acabó palmando el pobre".
La entrevista termina con San Antonio insinuando que los pacientes son los últimos responsables: "Hay una cosa muy graciosa (graciosa entre comillas, claro): es decir, si una persona abandona el tratamiento del cáncer para para hacer algo que no es oficial, es culpa del profesional que la se lo ha indicado. Pero si el paciente directamente no se quiere tratar, de eso no se habla y es un problema". El periodista lo confirma: "Sí, sí, lo es".
Un estudio publicado este mismo verano, sin embargo, relaciona el uso de 'terapias alternativas' durante el cáncer -aunque sea como complemento y no sustitución de la oncológica- con un mayor riesgo de muerte. 24 horas después, Francino entonaba el mea culpa. "Soy consciente de que metí la pata, me equivoque, lancé un mensaje confuso y lo quiero aclarar (...) No soy nadie para llevar la contraria a la Organización Mundial de la Salud". Con todo, el periodista insistía en que en en el asunto de las pseudoterapias "hay matices".
Oncólogos contra la homeopatía
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) también apela a la Administración pero en el sentido opuesto, y solicita la creación de un marco normativo para acabar con el "espantoso limbo legal" en el que se encuentran los "charlatanes" que se dedican a las pseudociencias como, por ejemplo, a la homeopatía. "Están en la máxima impunidad", asevera el vicepresidente de SEOM, Álvaro Rodríguez-Lescure, durante la presentación del Congreso SEOM2018.
Y es que, tal y como ha recordado el doctor, las pseudociencias se basan en cuestiones de "creencias y no de ciencia", por lo que son "potencialmente muy peligrosas", más aún si se tiene en cuenta que han habido muchos casos de pacientes que han abandonado los tratamientos médicos por estas terapias "totalmente inocuas".
En este punto, Rodríguez-Lescure ha subrayado la importancia de no culpabilizar al enfermo, ya que se encuentra en una situación de debilidad, especialmente cuando no tiene más opciones de tratamiento médico. "En esos casos es donde los charlatanes pueden calar y hacerles mucho daño", ha avisado.
De la misma opinión se ha manifestado la presidenta de SEOM, Ruth Vera, quien ha recordado que el problema con las pseudoterapias "no es actual" sino que los oncólogos llevan "muchos años" viendo a pacientes que han abandonado sus tratamientos por técnicas de imposición de manos o, incluso, por el 'reiki'.
No obstante, ha destacado la importancia de que haya sido la sociedad la que esté sacando a la luz esta problemática porque, a su juicio, con estas movilizaciones de podrán "frenar" estas técnicas sin evidencia científica.