El acné es un trastorno dermatológico común en la adolescencia, aunque también es posible sufrir acné en la edad adulta. Se sabe que esta dolencia no solo causa malestar físico sino también psicológico por la alteración estética que conlleva. Por ello, múltiples investigaciones buscan curar el acné o mejorar sus síntomas, de momento con escaso éxito.
Actualmente los tratamientos contra el acné dependen de la intensidad del mismo: desde lavados con sustancias limpiadoras hasta la toma de antibióticos o preparados específicos contra trastornos dermatológicos como los retinoides. Estos últimos ayudan a mantener la salud y la apariencia de la piel, aunque tienen efectos secundarios a tener en cuenta. Y, a pesar de su potencia, no siempre son efectivos.
Ahora, un nuevo estudio dirigido por Chun-Ming Huang, de la Universidad de California en San Diego, y publicado en el Journal of Investigative Dermatology afirmaría que es posible desarrollar una vacuna eficaz y segura contra el acné.
La vacuna contra el acné está cerca
Según Huang y sus colegas, sería posible combatir la toxina secretada por la bacteria Propionibacterium acnes, el microorganismo responsable de las erupciones del acné, mediante un anticuerpo específico. Además, su método no solo tendría un potencial preventivo, sino que también sería posible usarlo como tratamiento contra la inflamación típicamente asociada al acné.
P. acnes es capaz de producir una toxina llamada factor Christie-Atkins-Munch-Peterson o "CAMP". El factor CAMP es clave para la inflamación en las lesiones del acné. En sus investigaciones sobre modelos animales y con células de piel humana, los investigadores probaron sus anticuerpos contra el factor CAMP con resultados prometedores: los anticuerpos han sido efectivos contra la toxina -al menos en el laboratorio.
Sin embargo, como bien recuerda Huang, será necesario comprobar sus hallazgos en ensayos clínicos a gran escala y en humano. Por su parte, el Dr. Emmanuel Contassot de la Universidad de Zúrich (Suiza) ha publicado un editorial sobre este nuevo estudio, apoyando el uso de las vacunas contra el acné y sugiriendo que serían incluso más seguras y efectivas que los tratamientos actuales, logrando resolver una "necesidad médica no satisfecha".
Sin embargo, advierte, los tratamientos basados en inmunoterapia -como es el caso de la potencial vacuna contra el acné- deben evaluarse cuidadosamente, sin alterar la homeostasis o autorregulación natural de la piel. Alterar el microbioma de este enorme órgano corporal puede tener graves consecuencias.
Las vacunas, en este caso, deben ser a tan efectivas como seguras, no solo a nivel de evitar efectos secundarios dañinos en general, sino también en cuanto al equilibrio de las bacterias de la piel se refiere: tienen una conocida relación de simbiosis con el organismo humano, protegiendo a las células dérmicas de los peligros externos.