En las estanterías de la farmacia de Iris Hundertmark no hay rastro de productos homeopáticos. Desaparecieron de su establecimiento por decisión propia el pasado mes de agosto. Su farmacia es una excepción en suelo germano. De hecho, la suya pasa por ser la primera farmacia de Alemania en las que la homeopatía no se vende así como así.
"Ya no hay nada más homeopático en la farmacia”, dice a EL ESPAÑOL Hundertmark, cuyo establecimiento está situado en las proximidades de la estación de tren de Weilheim, una población que se encuentra a una hora en coche de Múnich (sur germano). "Cuando un cliente pide homeopatía, yo le digo que si sabe que eso que pide no tiene ningún principio activo”, precisa. La reacción de muchos de sus clientes, al oír eso, consiste en reaccionar horrorizados. "¡No puede ser!, dicen”, según cuenta esta farmacéutica nacida hace 44 años en Hamburgo.
"Muchos clientes no saben lo que es la homeopatía. La mayoría de los clientes responde que quieren que les dé otra cosa tras recibir mis explicaciones”, aclara la farmacéutica. Eso sí, en su farmacia quien insiste puede recibir homeopatía, que llegará por encargo.
Hundertmark lidera en su farmacia un equipo de nueve personas. Todas apoyan la decisión de la jefa. "Con mis trabajadores no he tenido ningún problema. Todos comparten mi opinión. Entre mis clientes, hay muchos que dicen que es genial lo que hacemos. Porque se les da un consejo farmacéutico de verdad”, explica Hundertmark. "Y bueno, cuando quieren de verdad homeopatía, se les puede pedir el producto y vendérselo, pero siempre diciéndoles antes que no hay nada en las bolitas homeopáticas”, abunda.
No ha sido fácil dejar de exhibir homeopatía en la "Farmacia de la estación”, nombre del establecimiento de Hundertmark. La homeopatía es un sistema presuntamente curativo muy arraigado en Alemania. Lo puso en marcha, allá por el siglo XVIII, el doctor alemán Samuel Hahnemann. En ese sistema, se dice que las sustancias que causarían síntomas idénticos o parecidos a los de una enfermedad pueden curar esa dolencia si se toman en cantidades mínimas. De forma episódica, la homeopatía también es motivo de airados debates públicos. También en Alemania se critica su cuestionable eficacia, aunque no ha tenido ningún efecto sobre la salud de los germanos.
Decisiones como la de Hundertmark son aquí noticia y nutren el intercambio de argumentos de quienes están a favor y en contra de tratamientos a base de las típicas bolitas blancas homeopáticas. En el diario Süddeutsche Zeitung, una reciente caricatura se hacía eco de este debate. En el dibujo, firmado por Denis Metz, un farmacéutico dice a una cliente: "Tres veces al día cinco bolitas. De forma alternativa también puede usted enterrar un gato muerto en luna llena bajo un roble hueco. Tiene el mismo efecto”.
Pura terapia placebo
La caricatura ilustraba el conjunto de cartas al director que el diario muniqués había recibido tras la publicación de una entrevista con Edzart Ernst, médico alemán y profesor emérito de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. Ernst es un prominente y internacionalmente reconocido crítico de las terapias alternativas, incluida la homeopatía. Su último libro, publicado el pasado mes de junio, se titula "SCAM: So-Called Alternative Medicine” (Ed. Societas, 2018). El título del volumen juega con unas siglas que conforman la palabra inglesa "scam”, o "estafa”, y que abrevian "la así llamada medicina alternativa”. Al Süddeutsche Zeitung, Ernst aseguraba: "La homeopatía es una pura terapia placebo”.
Hundertmark lo sabe. Habida cuenta de lo que relata sobre su trabajo, es fácil imaginarla, casi con remordimientos, vendiendo homeopatía por encargo tras una infructuosa conversación con un cliente. "Yo tengo una ética de profesional sanitario. Aprendí en mis estudios de Farmacia todo lo que respecta a los efectos de los medicamentos, farmacología, tuve que leer estudios de todo tipo y, en definitiva, cosas que son todo lo contrario de la homeopatía”, explica la farmacéutica de Weilheim. "Yo no puedo estar en la farmacia y vender homeopatía sin decir a los clientes que no hay principios activos ni nada que tenga efectos contra una enfermedad en las bolitas”, agrega.
Entre colegas farmacéuticos, no todos comparten esa opinión. Al saber que Hundertmark dejaría de exhibir productos homeopáticos y que explicaría que son, básicamente, placebos, se ha creado enemigos. Hay una decena farmacias en Weilheim, una población de unos 22.300 habitantes. Entre sus colegas de profesión del pueblo, los hay que están dispuestos a defender la homeopatía de ideas como las lanzadas en la "Farmacia de la estación”.
Amenazas de denuncia de otros colegas farmacéuticos
"Hay compañeros farmacéuticos que han dicho que me van a denunciar y que me van a llevar a los tribunales, porque lo que hago daña su negocio y porque pongo a la altura del betún a la homeopatía y a los médicos homeopáticos”, dice Hundertmark. "No entiendo, la verdad, a mis colegas de profesión. Ellos estudiaron lo mismo que yo y saben que tenemos que dar explicaciones sobre los medicamentos a los clientes que vienen a la farmacia”, agrega.
No obstante, ella es optimista tras haber visto a políticos que se han posicionado en contra de la homeopatía en la gran coalición formada por los cristianodemócratas que dirige la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas alemanes. "Como médico considero la homeopatía totalmente ineficaz”, se ha escuchado decir a Karl Laterbach, médico de formación y vicepresidente del grupo parlamentario del Partidos Socialdemócrata de Alemania (SPD) en el Bundestag. "Por fin los políticos dicen algo así al respecto. Pienso que en Alemania necesitamos todavía tiempo, pero creo que, a la larga, la homeopatía desaparecerá de las farmacias”, comenta Hundertmark.
Ella reconoce que los alemanes, en cuanto a la homeopatía, "están chapados a la antigua”. Eso hace que, a día de hoy, quienes siguen la estela de Samuel Hahnemann continúan siendo profetas en su tierra. Actualmente trabajan en Alemania como médicos especialistas en tratamientos de homeopatía unos 40.000 médicos, según cuentas recientes del diario económico Handelsblatt.
"Existe en Alemania una industria de la homeopatía”, conviene en afirmar Norbert Aust, fundador de la Red de Información de Homeopatía (INH por sus siglas alemanas). Esa red, construida con apoyo de científicos y médicos, está dedicada a dar información sobre lo que son las terapias homeopáticas. Éstas, para Aust, constituyen en realidad "terapias simuladas”. Sin embargo, los productos homeopáticos se venden por millones en Alemania.
La Federación Alemana de Fabricantes de Fármacos (BAH, por sus siglas alemanas) daba cuenta a principios de año que, en 2017, se vendieron 53 millones de envases con estos productos. El negocio de la homeopatía es un negocio millonario. El volumen de ventas de productos homeopáticos alcanzó en Alemania en 2016 los 298,5 millones de euros en el mercado farmacéutico, de acuerdo con la Federación Alemana de la Industria Farmacéutica (BPI, por sus siglas alemanas).
País con tradición homeopática
En virtud de estos datos, Alemania es el mayor mercado europeo de productos homeopáticos. La BPI, que reivindica la homeopatía como "una opción” más del cuidado médico, cuenta más de un centenar de empresas produciendo medicamentos de este cuestionado sistema curativo. Hace poco más de un año, la BPI encargó un estudio de opinión en el que se daba cuenta de un nivel de satisfacción del 70% de aquellas persona que se habían tratado con homeopatía. En 2010 el la satisfacción era del 80% entre los usuarios de estas sustancias.
Ante este tipo de estadísticas Aust se muestra más bien escéptico. "El único dato positivo que tuvimos en 2018 es que la venta de productos homeopáticos en 2017 cayó un 7% respecto a 2016”, dice el responsable de la INH. En 2016 se vendieron 55% millones de envases de medicamentos homeopáticos. "No podemos decir que haya una evolución según la cual los alemanes estén dejando la homeopatía”, confirma Aust.
Por su parte, Hundertmark, la farmacéutica de Weilheim, no piensa revertir su decisión pese a las presiones que haya podido sufrir. "Pensé durante mucho tiempo si debía o no retirar los productos homeopáticos porque sabía que en Alemania se darían muchos gritos en contra de una decisión así. Pensé que eso podría incluso acabar con mi negocio”, asegura la farmacéutica. "Pero, en realidad, yo no soy sólo vendedora, también soy científica, soy farmacóloga, y esto fue lo que me hizo tomar mi decisión de explicar a las personas sobre los medicamentos, sobre lo que hay dentro de una medicina y lo que no hay en las bolitas homeopáticas”, concluye.