Tailandia es un destino turístico que, en este momento, está muy de moda. Atraídos por la naturaleza que hemos visto en Frank de la Jungla, los españoles y otros occidentales nos hemos cargado la mochila a la espalda con ganas de verlo todo. Y también de probarlo todo. El sudeste asiático es muy conocido por su gastronomía, desde los platos con un aspecto delicioso y sano hasta los insectos y serpientes pinchados en un palo. ¡Cuántas fotos hay en Instagram de turistas mordiéndole la pata a un escorpión frito!
Sin embargo, existe una receta de la remota región de Isan que combina el aspecto healthy de una ensalada tailandesa y los parásitos más salvajes del río Mekong. Apuntad el nombre por si un día os perdéis por esa región y no queréis llevaros un souvenir mortífero: koi pla. Principalmente, lleva picadillo de pescado crudo con hierbas, especias y lima. Una especie de tartar pero con menos ínfulas.
El koi pla es una comida asociada típicamente a la gente pobre, pero muy defendida como un rasgo identificador de la zona. Como fue en el pasado el cocido madrileño o la paella valenciana, vaya. No es cuestión de crear alarmas, un koi pla cocinado con todas las normas de sanidad en regla puede ser un manjar muy exótico y seguro.
Misión: salvar Tailandia
Precisamente, Narong Khuntikeo, un cirujano hepático tailandés, está recorriendo la región de Isan para concienciar sobre los peligros de utilizar pescado crudo sin tomar precauciones. De hecho, Khuntikeo tiene una razón importante para hacerlo: sus dos padres murieron de un cáncer hepático por comer este plato tradicional. Tras este episodio de su vida, decidió convertirse en lo que es ahora, cirujano hepático, y, de esta manera, salvar a las personas con la enfermedad de sus padres.
El médico sabe perfectamente que el koi pla mató a sus padres, concretamente, a raíz de un colangiocarcinoma hepático o cáncer de vías biliares. De hecho, esta enfermedad es especialmente prevalente en esa región y se cree que al año mueren 20.000 tailandeses por este tipo de cáncer. Este hecho se ha relacionado con el koi pla porque han encontrado en los pescados un peligroso parásito que vive en el hígado y puede provocar este tipo de cáncer. Desafortunadamente, este parásito ha convertido a Tailandia en el país del mundo con más casos de colangiocarcinoma hepático.
Cocinar para desparasitar
Se sabe que si el pescado se cocinase, los parásitos morirían. Sin embargo, concienciar sobre este aspecto a los lugareños se está haciendo especialmente complicado para Khuntikeo. Las generaciones más mayores se resisten a cambiar la receta original de este plato que es muy tradicional en la zona. Cuando los mayores probaron la nueva versión con el pescado frito, dijeron que el sabor era agrio y que preferían el original. "De algo hay que morir", espetaron al médico por toda respuesta a sus advertencias.
De todas formas, el médico no se rinde. Ha reunido a un grupo científico con varios especialistas e investigadores armados con máquinas de ultrasonidos y pruebas de orina. A día de hoy, ya lleva cuatro años realizando pruebas a personas de Isan que han comido este plato desde que eran jóvenes.
El colangiocarcinoma hepático es una enfermedad extremadamente silenciosa y, si no se detecta a tiempo, tiene uno de los ratios más bajos de supervivencia de todos los cánceres. De hecho, la posibilidad de sobrevivir desciende considerablemente si no se la región en concreto no cuenta con un amplio acceso a la asistencia sanitaria y, sobre todo, a un servicio de cirugía adecuado.
Prevención
Sin embargo, lo más importante y lo que está dominando el mundo de la salud en la actualidad es la medicina de prevención. Las medidas preventivas que se están realizando en Tailandia están surtiendo efecto especialmente entre los niños. El Gobierno de Tailandia ha repartido material en las escuelas sobre higiene alimentaria y están enseñando a los niños de la región a no confiar en el pescado crudo y a buscar garantías sobre la limpieza de las piezas que se van a consumir.
Las tradiciones gastronómicas son un rasgo muy arraigado en las regiones del sudeste asiático, siendo un orgullo familiar en algunos casos. Por esta razón, cuanto más mayores son los habitantes consultados, más reacios son a cambiar sus hábitos. Implantar en esta región hábitos de higiene en el tratamiento de la comida aumentaría exponencialmente la calidad y la esperanza de vida.
Si viajas a Tailandia es obligatorio probar su comida, sin embargo, hay que tener cuidado con las comidas crudas. Incluso si pruebas una vez el koi pla, el parásito del Mekong puede entrar en tu cuerpo, anidar en el hígado y causar una inflamación en cualquier momento. A partir de entonces el cáncer podría manifestarse.