Cuando se hallaron en la Sima de los Huesos en 1976 los primeros fósiles humanos de la sierra de Atapuerca, nadie podía imaginar el inmenso tesoro científico que yacía enterrado entre sus sedimentos. Mucho menos se esperaba en aquel momento que estos restos pudieran aplicarse para el estudio de la sordera en la medicina actual. En concreto, la clave podría estar en 10 cráneos de medio millón de años extraídos de esta sima. Estos restos se han reconstruido para, entre otras cosas, analizar las cavidades del oído a través de tomografía computarizada, un proceso en el que se realizan decenas de radiografías que posteriormente construyen una imagen completa.
La clave para llevar estos descubrimientos y la metodología de trabajo de Atapuerca a la práctica clínica la tienen HM Hospitales y la Universidad de Alcalá (UAH). Las entidades han firmado este miércoles un convenio para la creación de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología. El objetivo es que todo el estudio que se ha realizado en los restos de Atapuerca, sobre la anatomía y fisiología del oído medio e interno y su relación con cómo se originó el lenguaje humano, pueda aplicarse para investigar algunas patologías auditivas actuales como la sordera y su tratamiento en la medicina actual.
El promotor de este convenio, Juan Abarca Cidón, presidente de HM Hospitales, indica que "este acuerdo marco representa un nuevo espacio de colaboración entre la ciencia básica y clínica. A través de la cátedra se estudiará el resultado de las investigaciones de yacimientos como el de Atapuerca, en el que se constató la evolución del oído humano y su relación directa con la aparición del lenguaje, para verificar su aplicación en la posible práctica médica actual en nuestros hospitales".
"En el seno de Atapuerca ideamos estudiar la audición en los fósiles", explica a EL ESPAÑOL Ignacio Martínez, profesor de Antropología Física en la UAH, investigador de Atapuerca y codirector de la cátedra. "Fue en Atapuerca donde creamos la metodología para poder estudiar la audición a partir de un cráneo", señala el profesor sobre el comienzo de esta investigación que, gracias a la cátedra, podría llegar a paliar ciertas patologías auditivas o a la creación de nuevas prótesis relacionadas con problemas de audición.
"Con el tiempo nos dimos cuenta que estas técnicas que hacemos con un cráneo fósil se podían hacer con otras especies y que podríamos pasar a estudiar cuestiones en humanos o primates, lo cual abría una campo enorme de investigación que de igual manera rebasa el ámbito de Atapuerca", relata Martínez, que dirigirá esta cátedra junto a Cristóbal Belda.
El investigador de la UAH subraya que este acuerdo tiene tres objetivos principales: "Seguir estudiando la evolución en los fósiles, intentar usar metodología en especies actuales que tengan interés clínico y, la tercera, difundir el conocimiento para volver a hablar de Atapuerca".
Según Martínez, con este proyecto parece que se cumple "ese viejo sueño de hacer que la investigación en aspectos básicos pueda llegar a sacar cosas aplicadas o por lo menos intentarlo". "Se observa que cuando estudias asuntos como los de Atapuerca no solo sirve para un museo y que conozcamos nuestro orígenes", recalca.
Durante la firma del convenio, Juan Luis Arsuaga, paleontólogo e investigador en el yacimiento de Atapuerca, aseguró que lo primero será recuperar fósiles que conserven las estructuras anatómicas óseas y que permitan estudiar la fonación y la audición. Según Arsuaga, "Atapuerca es un caso único en esto". Así, la segunda labor será "conectar la información de la evolución del oído con la de la mente, para entender cómo se originó el lenguaje humano, que es sonido con información y significado".
Por su parte, Alfredo García, otorrino de HM Hospitales y codirector de la cátedra, explica que este acuerdo representa "la oportunidad de hacer una investigación absolutamente inédita". De hecho, según el médico, se trata de un acuerdo "ejemplar" para la investigación clínica. "Se observa como un esfuerzo en investigación básica como es Atapuerca puede dar lugar a investigaciones con vocación de ser aplicadas y tener una utilidad clínica", asegura.
Según García, "se pretende obtener toda la información posible respecto a la evolución del oído y, en función de la evolución anatómica de este órgano, tratar de cuestiones relativas a su funcionamiento".
"La validación de la precisión de los métodos empleados permitirá su aplicación a la práctica médica habitual, proporcionando al clínico nuevas herramientas de diagnóstico y planificación no disponibles en la actualidad", destaca García. "Por ejemplo, la elevada precisión de las técnicas de imagen empleadas podría permitir el desarrollo mediante impresión 3D de prótesis implantables personalizadas, más eficaces que las empleadas actualmente", finaliza.
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