Aunque de forma constante y repetitiva se suele hablar de múltiples peligros para la humanidad, la realidad es que aún hoy en día pasan desapercibidas en su mayoría para el individuo de a pie. Todos esos peligros son importantes para la salud mundial, pero existirían tres en particular más graves que cualquier otro, y ya son conocidos como "las tres pandemias mundiales", según un comité de más de 40 expertos que han publicado un manifiesto recientemente en la revista The Lancet.
Dichas pandemias son viejos conocidos y están interconectadas entre ellas. Se trata de la obesidad, la desnutrición y el cambio climático. Aunque parezca que son peligros separados entre sí, sus sinergias son bien conocidas por los expertos, y los intereses comerciales actuales no harían más que agravar el problema. Los expertos denominan a dichos intereses como una única entidad colectiva: "Big Food".
Obesidad, desnutrición y cambio climático: La Sindemia Global
En su conjunto, estros tres graves problemas de salud serían un "desafío primordial" para la humanidad, ya conocido como la sindemia global, según el comité responsable del informe. No son problemas que se oponen entre sí, como podrían parecer a primera vista la obesidad y la desnutrición, sino más bien problemas impulsados por el mismo sistema alimentario poco saludable e incluso insalubre que gobierna tanto el mundo occidental por un lado, como el tercer mundo por otro. En ambos casos, las políticas gubernamentales se centran en el crecimiento económico, dejando de lado los terribles resultados que estas políticas pueden tener para la salud, como bien señala Boyd Swinburn, uno de los expertos de este comité, de la Universidad de Auckland.
Por su parte, el cambio climático también parecería desligado de las políticas de salud y nutrición, pero observando el contexto de forma más amplia se puede vislumbrar la existencia de vínculos entre los alimentos que consume la humanidad, y las áreas de crecimiento de los mismos: si el medio ambiente se marchita, la producción alimentaría caerá con él. De hecho, otro reciente informe publicado en The Lancet ya hablaba de la "Dieta de Salud Planetaria", un tipo de alimentación respetuosa con el medio ambiente, que a su vez evitaría millones de muertes al año causadas por la mala alimentación mundial actual.
Según este comité de expertos, la sindemia global permitiría considerar todos los factores comunes en las tres pandemias, y también las potenciales soluciones compartidas, con el objetivo de romper décadas de inercia política, o más bien mala política en cuanto a salud se refiere.
De la obesidad a la 'sindemia global'
Originalmente, hace tres años, Swinburn y el investigador en prevención de la obesidad, William Dietz, de la Universidad de George Washington, iniciaron su investigación con el objetivo de explorar todos los factores que pudiesen afectar a la obesidad como pandemia global, la cual ya se especula que podría dividirse hasta en cuatro tipos diferentes.
Sin embargo, pronto se percataron de que no podía investigarse la obesidad de forma aislada sin tener en cuenta otros graves problemas de salud global, por lo que pronto empezaron a hablar de la Sindemia Global. Según su informe, en todos los países ha aumentado la tasa de obesidad de forma progresiva, dado que el sistema y las instituciones continúan alimentando el problema en lugar de revertirlo.
Incluso cuando los gobiernos intentan respaldar recomendaciones para detener o revertir dichas tasas de obesidad, los esfuerzos no dan lugar a cambios significativos, debido a lo que los investigadores denominan "inercia política". Se trataría de un liderazgo político inadecuado, junto a una falta de demanda pública de cambio, según los expertos. Aunque, a su vez, existiría una enorme influencia por parte de la industria alimentaria, la cual denominan Big Food en su informe.
Esta influencia se llega a comparar con la industria del tabaco (Big Tobacco), la cual poco ha poco ha ido perdiendo poder en la actualidad. Para los expertos, la clave sería restringir el poder y la influencia de la industria alimentaria, a la vez que sería necesario reformular las políticas gubernamentales. Así mismo, además de cambiar de bando las inversiones económicas por parte de los gobiernos, restringiendo las ayudas a esta industria, los expertos también sugieren la creación de un fondo de 1.000 millones de dólares para apoyar a los movimientos sociales que exigen medidas políticas.
Pero, como sugerencia más importante, el comité aboga por vislumbrar el problema como un todo, y no como pandemias de salud separadas: son un problema común, interconectado, y respaldado por la industria y sus intereses económicos, cuyo objetivo no es la salud de la humanidad ni del planeta.
Según sus cálculos, publicados en un Editorial anexo al estudio, se estima que en el año 2050 la población habrá crecido un 50% y la demanda de alimentos un 70%, sin olvidar que la deforestación y la extinción de especies también habrá empeorado, acelerando así el cambio climático.
Los portavoces de la industria alimentaria ya han argumentado sus quejas respecto a este estudio, como es el caso de Tim Rycroft, Director de Operaciones de la Federación de Alimentos y Bebidas del Reino Unido, el cual sugiere que la industria debería tener un asiento en la mesa para formular nuevas políticas que mejoren la alimentación general y la nutrición. Por su parte, el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas también se ha expresado con similares argumentos.
Para los investigadores, este tipo de resistencias hacia sus conclusiones es "innecesaria e inesperada" dados los hallazgos. Según los mismos expertos, el objetivo no es eliminar a la industria alimentaria del tablero de juego, sino cambiar su forma de funcionar.