Pasar gran parte del día sentados o reclinados está vinculado con la muerte de unas 70.000 personas al año en Reino Unido, y le cuesta a la Sanidad británica (NHS) 700 millones de libras (815,42 millones de euros) anuales en tratamientos para las patologías derivadas, según concluyen investigadores de la Queen's University de Belfast y la Universidad del Ulster.
El trabajo, publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health, indica que gran parte de los británicos tiene trabajos sedentarios y actividades de ocio que no incentivan la actividad física. Además, las recomendaciones oficiales sobre la materia son "vagas", indican, cuando los estudios previos han demostrado que pasar gran parte del día sentado incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer y muerte prematura por cualquier otro motivo.
También se considera una carga para la Sanidad Pública, pero hasta la fecha no se había llegado a establecer un coste concreto. Para ello, se combinaron los datos de riesgo relativo asociado al sedentarismo en cinco patologías concretas (diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon, cáncer endometrial y cáncer de pulmón) y los datos de muerte prematura con la cifra de población que declaraba niveles de inactividad diaria insanos.
Esta información proviene de la Encuesta Nacional de Salud para Inglaterra de 2012, que reveló que el 30% de los adultos ingleses permanecían al menos seis horas sentados al día durante la jornada laboral. La proporción aumentaba al 37% los fines de semana. A continuación se establecieron los gastos medios del NHS para tratar cada una de las cinco patologías, ajustados a la inflación. Para el curso 2016-2017, el resultado fue de 800 millones de libras (934,14 millones de euros).
Sin embargo, es tristemente posible que los pacientes sufran más de una de estas enfermedades derivadas. Por ejemplo, señalan, un 30% de los diabéticos sufren también problemas de corazón. Por tanto, los investigadores desarrollaron una ecuación para corregir la doble contabilidad causada por la comorbilidad. El resultado final fue ajustado a los ya mencionados 700 millones de libras.
A continuación tomaron el factor calculado para la fracción de muertes causadas por cualquier causa que fuera atribuible a un estilo de vida sedentario, y lo multiplicaron por la cifra oficial de muertes ocurridas en Reino Unido en 2016. Según los autores, sus resultados indicaban que un 11.6% de todas las muertes estaban relacionadas con estos hábitos de vida insanos, y que 69.276 fallecimientos se habrían evitado en 2016 si los británicos hubiesen dejado atrás el sedentarismo.
Sin embargo, la cifra real puede ser mayor: los investigadores advierten que los malos hábitos de actividad diaria también supone un factor de riesgo para otros tipos de cáncer, problemas muscoesqueléticos y problemas de salud mental que no han podido incluirse en el estudio. Remarcan también que se trata de un estudio "observacional" en base a las respuestas a un cuestionario, por lo que existe un margen de error en lo que respecta a la exactitud de los datos proporcionados.
Leonie Heron, del Centro de Salud Pública de la Queen's University de Belfast e investigadora principal del trabajo, indica que las recomendaciones oficiales de actividad física deberían actualizarse para contrarrestar los efectos de los hábitos sedentarios. "Muchas personas en Reino Unido pasan su tiempo libre en un mismo comportamiento sedentario, cuando el ámbito laboral ya representa de por sí una proporción significativa e ineludible de tiempo sentado a lo largo de la jornada".
Así, tomar medidas específicas para incentivar la actividad física y concienciar tanto a los empleadores como a los trabajadores de los peligros de las 'sentadas', así como de la importancia de aprovechar los ratos de ocio para practicar ejercicio, no solo mejorarían la salud general y ejercerían un factor preventivo, sino que resultarían en un considerable ahorro para el erario.