Aún a día de hoy circulan por la red, y también bajo el amparo de la cultura popular, multitud de mitos centrados en el cuidado de la piel, cabello y uñas. Se trata en ocasiones de mera estética, pero en otras situaciones puede significar la diferencia entre un beneficio o un riesgo para la salud.
Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado una lista de hasta 10 mitos y mentiras en relación a los cuidados de la piel; algunos de ellos son falsos trucos de belleza, y pueden llegar a causar perjuicios en la salud de aquel que los lleva a cabo. Otros son simplemente mitos, pero que deberían haber caído en el olvido hace tiempo.
1. Cortarse el pelo hace que crezca más rápido y más fuerte
La realidad es que el corte del cabello, o incluso la depilación de otras zonas corporales, no influye en el ciclo del crecimiento del pelo ni en el ritmo del mismo. Se trata de un efecto óptico sobre la densidad del cabello, el cual se agudiza al fijarse en las puntas del mismo, que suelen parecer más densas por estar deterioradas.
De hecho, existen varios estudios al respecto. Ya en 1928 la revista Scientific American desmintió el mito, y décadas más tarde, durante el año 2007, the British Medical Journal elaboró una lista desmintiendo falsos mitos arraigados en la cultura general, también mencionado la falsa creencia de que el pelo crece más fuerte y rápido al afeitarlo. A día de hoy, la evidencia científica al respecto es nula.
Para la OCU, el mejor consejo para mantener un cabello cuidado es lavarlo con agua templada, evitar peinarlo cuando está mojado, secarlo con una toalla sin frotar y, a ser posible, con un secador a baja temperatura.
2. Lavarse el pelo todos los días provoca que se engrase más
Otro mito muy extendido es que lavarse el pelo a diario puede provocar un aumento de grasa capilar. Antiguamente los champús contenían agentes de lavado más agresivos, los cuales retiraban en exceso la grasa natural, provocando como daño colateral que las glándulas sebáceas produjesen un exceso de grasa posterior al lavado. Sin embargo, hoy en día los champús están adaptados para un uso diario.
De hecho, el dermatólogo Sergio Vañó ya aseguró en su día a EL ESPAÑOL que la recomendación actual es un lavado diario del cabello en el caso de los hombres, y cada dos días en el caso de las mujeres.
En este caso el consejo de la OCU es lavarse el pelo con la frecuencia que se necesite en cada caso, de forma individualizada. Eso sí, también recuerdan la importancia de aclarar bien los restos del champú, y evitar el uso de suavizantes en casos de cabellos grasos para no apelmazar el cabello.
3. Un gel de pH neutro es el más suave para la piel
Teniendo en cuenta que la escala del pH va del 0 al 14, un pH neutro implicaría un valor de 7. Sin embargo, la piel humana tiene un pH ácido (4.6 - 5.5), por lo que un "pH neutro" de un gel para la piel, en realidad, debería ser ligeramente ácido. Por tanto, hablar de un cosmético con "pH neutro" puede ser engañoso y confuso.
Por tanto, el consejo de la OCU es evitar productos que resequen la piel y cumplan su función de higiene, como es el caso del gel. A pesar de los múltiples ingredientes de cualquier producto cosmético de este estilo, la realidad es que dichos productos permanecen poco tiempo en contacto con la piel, por lo que su efecto será escaso, y sus efectos adversos también si se diese el caso.
4. Los cacaos labiales son adictivos
Si bien es cierto que los protectores labiales pueden convertirse en un hábito constante, dado que dejan una capa grasa sobre los labios y combaten la sequedad, la realidad es que sus ingredientes no son adictivos. Lo que ocurre es que aquellos individuos que no toleran dicha sensación de sequedad los usan de forma más constante, llegando a sentir una sensación de "dependencia" con dichos productos, pero no se trata de una adicción física real.
Como bien recuerda la OCU, no es necesario aplicarse protector labial continuamente, a pesar de que los labios no producen grasa como sí sucede con el resto de la piel, dado que se regeneran rápidamente. En el caso de climas secos o disminución de temperatura pueden ser de gran ayuda, pero sin ir más allá.
5. El esmalte impide "respirar" a las uñas
Para empezar cabe dejar claro que las uñas no necesitan oxígeno, y por tanto no respiran. Las uñas se componen de diversas capas de queratina, y según se van alejando de la matriz ungueal, son meras células muertas, y por eso las uñas pueden cortarse sin sufrir dolor alguno.
Otro factor a tener en cuenta es que los quitaesmaltes contienen productos disolventes, que pueden debilitar la superficie de las uñas, algo que puede provocar la sensación de que es el esmalte el culpable del deterioro. Aunque, en el caso de los esmaltes semipermanentes, la OCU sí recuerda que pueden provocar más dalos que los esmaltes habituales.
Por ello, la OCU aconseja usar crema hidratante tras retirar los esmaltes, y dejar las uñas sin pintar durante un tiempo, en forma de "descanso".
6. Las pomadas antihemorroidales son buenas para las ojeras
Existe un falso "truco de belleza" que asegura que aplicar cremas contra las hemorroides puede reducir las bolsas y ojeras. Un consejo que, además de ser inútil, es peligroso.
Las cremas antihemorroidales contienen fármacos vasoconstrictores y anestésicos locales, los cuales pretenden reducir el flujo sanguíneo y el dolor asociado a las hemorroides. Su uso en el contorno de los ojos puede ser perjudicial y agravar la situación, y no existe estudio científico alguno que lo avale a nivel ocular o periocular.
La OCU aconseja usar otro tipo de productos, los cuales deberían ser ricos en vitaminas C, E y K, como las rodajas de pepino, las cuales mejoran ligeramente la pigmentación, laxitud y retención de líquidos asociada a las bolsas y ojeras; así mismo, también aconsejan el uso de frío en la zona, con el objetivo de reducir la congestión.
7. La pasta de dientes seca espinillas y granos
Existe la equivocación generalizada de que el uso de pasta de dientes sobre la piel puede mejorar el estado de espinillas y granos. Y, una vez más, se trata de un "truco" sin fundamento científico, y que incluso puede empeorar las cosas, dando lugar a una inflamación de la espinilla e irritando la piel. De hecho, se trata de una situación similar al uso de la pasta de dientes en quemaduras: su uso no solo es perjudicial, sino que puede aumentar el riesgo de infecciones dérmicas.
Ante el acné, dependiendo de su intensidad, el mejor consejo es acudir a la consulta médica y pedir una valoración. Según el caso, será necesario acudir a un especialista en dermatología.
8. Beber mucha agua mejora el aspecto de la piel
La recomendación actual es hidratarse correctamente, y consumir alrededor de 2 litros de agua diarios, con el objetivo de mantener el buen funcionamiento corporal. Sin embargo, superar dichos niveles de consumo hídrico no ha demostrado mejorar el aspecto de la piel, evitar arrugas, o afectar al grosor o aspecto de la misma piel.
Por otro lado, cabe destacar que esta recomendación está algo obsoleta: la realidad es que se trata de un cálculo realizado "a ojo", como ya afirmó el Dr. Fernando Fabiani a EL ESPAÑOL, y como también ratificó el biotecnólogo J.M. Mulet en su libro "¿Qué es comer sano?". Actualmente, con lo que se sabe hasta ahora, la mejor forma de saber cuánta agua se necesita es guiarse por la sed. Y, cabe recordar, los alimentos consumidos durante el día también tienen un gran porcentaje hídrico: las frutas y las verduras son mayoritariamente agua, y si se consume una gran cantidad de las mismas a diario no existe razón alguna para forzarse a beber 2 litros de agua pura diarios.
Respecto a los cuidados de la piel, la OCU aconseja el uso de cremas hidratantes, las cuales formarán una barrera protectora, en lugar de excederse con el consumo de agua diario.
9. La piel sensible necesita productos hipoalérgicos
Se trata de un reclamo publicitario muy común, el cual lleva a pensar que los productos hipoalérgicos no llegarán jamás a producir alteraciones dérmicas, y que son completamente aptos para pieles sensibles o reactivas. Sin embargo, el término "hipoalérgico" no es una garantía de seguridad; de hecho, no existe una definición legal que apruebe el uso de dicho término, como bien recuerda la OCU.
Por tanto, el consejo principal es evitar problemas eligiendo productos libres de perfumes y conservantes, dado que estas son las sustancias que han demostrado causar más reacciones alérgicas o de hipersensibilidad dérmica. Así mismo, se aconseja evitar sustancias irritantes, como alcohol o detergentes.
10. Las pieles maduras deben usar cremas especiales
Para finalizar, la OCU también recuerda un mito muy extendido gracias a los reclamos publicitarios: que las pieles maduras necesitan otro tipo de cuidados y cremas. La realidad es que el tipo de piel no está tan condicionado por la edad como suele creerse, y no tiene por qué ser más seca con el paso de los años, igual que el acné no solo se produce en adolescentes aunque sea la edad más tipica. Las pieles secas y grasas existen a todas las edades.
Así pues, el consejo de la OCU en este caso es tener en cuenta los ingredientes de las cremas, para que sean adecuados al tipo de piel, sin tener en cuenta la edad a la cual se usan.