Cuando dos días después de las últimas elecciones generales el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, convocaba casi por sorpresa a una comparecencia en el Congreso de los Diputados, a mucha gente le sorprendió el anuncio: en menos de 48 horas, el PSOE firmaba un preacuerdo de Gobierno con Unidas Podemos, el mismo que no había querido rubricar apenas unos meses antes y que, incluso, había dicho que le "quitaría el sueño" de haber salido adelante.
Sánchez e Iglesias firmaron un documento de diez puntos, un resumen muy somero del programa progresista con el que pretender gobernar -si las negociaciones que están llevando a cabo con el resto de partidos y, sobre todo, con ERC, llegan a buen puerto-. El punto 5 reza: "Aprobación de nuevos derechos que profundicen el reconocimiento de la dignidad de las personas como el derecho a una muerte digna, a la eutanasia, la salvaguarda de la diversidad y asegurar España como país de memoria y dignidad".
No es algo extraño que se mencione la intención de reconocer el derecho a la eutanasia en este preacuerdo porque ambos partidos lo llevan claramente en su programa electoral. Y, por esta misma razón, la predicción de que España se equiparará en 2020 a países como Holanda o Bélgica parece este año más acertada que nunca.
Un caso conmovedor
Otro dato que apunta a este pronóstico es la indignación social que se vivió en España con el caso de Ángel Hernández que el 4 de abril de este año ayudó a suicidarse a su mujer, María José Carrasco, que llevaba tiempo pidiéndole ayuda para morir por encontrarse en una fase terminal de la esclerosis múltiple que padecía.
Él mismo avisó de lo que había hecho y, por ello, se le detuvo, aunque fue puesto en libertad poco después. En cualquier caso, su caso está pendiente de juicio y eso es algo que no hubiera ocurrido si hubiera estado en vigor una Ley de Eutanasia, perfecta para un caso como el de Carrasco.
Lo que no se sabe concretamente es cómo será la norma que se apruebe, pero algo se puede intuir tras ver las propuestas de los partidos que podrían formar Gobierno.
La propuesta de Unidas Podemos
En enero de 2017, Unidas Podemos presentó una Proposición de Ley Orgánica (PLO) sobre el asunto, que recogía con detalle cómo sería esta práctica si el Parlamento diera el visto bueno a su aprobación, cosa que no sucedió.
La persona que la solicitara tendría que formular su petición de manera "libre, informada, inequívoca y reiterada" y hacerlo dos veces: se repetirá de manera general en "al menos dos ocasiones con una separación de 15 días", aunque este periodo podrá variar "si la muerte de la persona o la pérdida de su capacidad para prestar consentimiento informado son inminentes".
Antes de decidir poner fin a su vida con la ayuda de un médico, el paciente ha de haber recibido información de "todas las alternativas de tratamiento existentes" y de los recursos disponibles en el ámbito sanitario.
La demanda de eutanasia se hará por escrito y se firmará en presencia del médico responsable y deberá quedar archivada en la historia clínica del paciente.
Dos médicos tendrán que autorizar la eutanasia: el que la practique y un consultor independiente "competente en el ámbito de las patologías padecidas por el paciente", que tendrá que realizar un informe.
La ley recoge también la objeción de conciencia, aunque ésta nunca deberá resultar en la limitación del derecho de la persona a recibirla.
La propuesta del PSOE
El pasado mes de septiembre, el PSOE presentó su propia proposición de Ley, que contó incluso con el apoyo de Ciudadanos, pero que no salió adelante por la convocatoria de elecciones.
"Regular el derecho que corresponde a toda persona que cumpla las condiciones exigidas a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir, el procedimiento que ha de seguirse y las garantías que han de observarse", rezaba el texto, menos específico que el de UP.
El pasado 11 de diciembre, la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, inauguraba la 'Jornada de debate sobre la eutanasia', organizada por el Colegio de Médicos de Madrid. En ella, la política defendió con un "sí rotundo" la necesidad de regular la eutanasia. Aseguró que "la condición humana es inseparable de la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y, finalmente, la muerte" y recordó que "la práctica médica empieza por aceptar la finitud humana".
Así, la ministra defendió una "ley que reconozca un nuevo derecho subjetivo: el derecho de los pacientes a poner fin a una situación de gran sufrimiento".
Eso sí, Carcedo recordó que se trata de "un derecho y no una obligación". Sería, además, "una decisión personal, consciente, informada, meditada, mantenida en el tiempo y libre de cualquier presión, ya sea económica, social o familiar".
La ministra avanzó entonces que la futura Ley de Eutanasia deberá regular el ejercicio de este derecho como una prestación dentro del Sistema Nacional de Salud y que, para ello, era "imprescindible el compromiso y el apoyo de los profesionales que forman parte del SNS".
Los detalles se conocerán probablemente en el año que comienza. Las quejas, seguramente, también.