Cuando se produce una quemadura, un tipo de lesión habitual entre los más pequeños dado que su forma de explorar el mundo suele ser con las manos o la boca) existen multitud de sustancias curativas en el mercado. Sin embargo, el gasto no siempre avala la efectividad del producto usado, y en multitud de ocasiones los tratamientos más baratos y estudiados son también los más efectivos.
Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la edición de enero de la revista Annals of Emergency Medicine, en el cual se ha llegado a la conclusión de que el mejor tratamiento contra una quemadura es usar agua corriente fría, a poder ser durante al menos 20 minutos. De hecho, este tratamiento reduciría en un porcentaje significativo no solo las necesidades de un injerto de piel posterior, sino también el tiempo de curación y recuperación.
Según comenta Bronwyn R. Griffin, miembro del Centro de Investigación de Salud Infantil de la Universidad de Queensland (Australia), y coautora del estudio, el primer recurso de tratamiento contra una quemadura en niños debería ser la exposición a agua fría durante 20 minutos. Se trataría de la forma más efectiva de reducir complicaciones sobre todo si se usa de forma inmediata, aunque sus efectos beneficiosos pueden dilatarse hasta tres horas después de la lesión.
Para llegar a tal conclusión, los investigadores responsables del trabajo analizaron el tratamiento de 2.495 niños de un hospital infantil, con una edad promedio de dos años, que habían sufrido una quemadura. La mayoría de las lesiones se debían a líquidos o vapores en brazos o piernas, siendo quemaduras leves pero comunes en accidentes domésticos.
Según sus conclusiones, aquellos infantes que recibieron como forma de primeros auxilios una exposición al agua fría durante al menos 20 minutos o más tenían hasta un 40% menos de posibilidades de requerir un injerto de piel posteriormente. Además, la exposición a cualquier cantidad de agua corriente fría redujo las probabilidades de ingreso hasta un 35,8%, y las probabilidades de requerir tratamiento quirúrgico en un 42,4%.
Por su parte, entre los pacientes que no precisaron un injerto, la velocidad de curación fue más rápida si se había usado agua corriente fría inicialmente. A su vez, como comentan los autores, dicha velocidad de curación también reduce el riesgo de producir cicatrices y todas las complicaciones asociadas a la mismas.
Por otro lado, también se comparó el uso de agua fría con otras sustancias de primeros auxilios, como aloe, geles, compresas, pasta de dientes, mantequilla o clara de huevo, entre otras usadas por los familiares de los pequeños. En cualquier caso, el agua fría era mejor opción que cualquier otro producto de primeros auxilios.
Por el momento, la duración óptima de exposición a agua fría aún es caso de discusión. Tanto la Asociación Australiana de Quemaduras como la Asociación Británica de Quemaduras y la Asociación Europea de quemaduras recomiendan los mencionados 20 minutos de agua fría.
Por su parte, la American Burn Association tan solo aconseja "cinco minutos o más", y la Cruz Roja Británica y St. John Ambulance de Reino Unido aconsejan "diez minutos o más". Los autores del actual trabajo, sin embargo, se decantan por apoyar los 20 minutos completos y no un tiempo menor.