Los hemos sufrido en el teatro y en conciertos y casi sentimos su agobio como nuestro, sabiendo que en cualquier momento nos puede pasar a nosotros. Las estadísticas confirman que entre un 4% y un 10% de los individuos adultos de todo el mundo sufren un tipo de tos llamada tos crónica, que se denomina así si cumple como mínimo el requisito de durar ocho semanas o más.
Para tratar ese tipo de tos se ha experimentado con varias inhaladores de distintos principios activos, que ya se utilizan en enfermedades respiratorias crónicas como el asma o la enfermedad obstructiva crónica (EPOC). Sin embargo, en casos de tos crónica sin origen aparente muchas de dichas terapias suelen acabar en el fracaso.
Ahora, un nuevo trabajo publicado en The Lancet Respiratory Medicine ofrece una esperanza para el tratamiento de esta molesta afección, al demostrar resultados positivos del fármaco gefapixant en un nuevo ensayo clínico en fase 2b. Este principio activo es un antagonista del receptor P2RX3.
Sin causa conocida
Actualmente el porcentaje de individuos con tos crónica es elevado, incluso en personas sin una clara enfermedad respiratoria, aunque se sospecha que la mayoría de ellos sufren algún tipo de patología subyacente como un asma no diagnosticada, o bien una exposición a polvo o gas en el ambiente laboral.
Sin embargo, no todos los pacientes con asma sufren tos crónica, por lo que también se sospecha que se trata de un proceso separado, algo que a su vez explicaría la nula mejoría de los pacientes con esta enfermedad con las diferentes terapias con inhaladores.
Cuando una tos no tiene explicación, no responde al tratamiento, y dura un tiempo determinado, se suele diagnosticar como un síndrome de hipersensibilidad a la tos, el cual actualmente no tiene tratamiento específico. Para conseguir mitigarlo se buscaría reducir la hiperexcitabilidad de las vías neuronales asociadas a la tos; y eso es lo que hace el gefapixant, dado que bloquea un receptor involucrado en el reflejo de la tos.
Según el nuevo trabajo, gefapixant sería capaz de reducir la frecuencia de la tos incluso en individuos que la sufran desde hace más de 15 años. Para llegar a dicha conclusión, los investigadores de la Universidad de Manchester, dirigidos por la profesora Jacky Smith, analizó el caso de 253 personas durante 12 semanas.
Ya en estudios anteriores se comprobó que gefapixant reduciría la frecuencia de la tos si se administra a dosis de 600 mg diarios durante al menos dos semanas; e incluso a dosis de 50 mg al día podría reducir la tos si se administra dos veces al día en algunos casos.
En este nuevo trabajo se analizaron hasta tres dosis diferentes del fármaco, y sus potenciales efectos secundarios. Todos los participantes, con una edad promedio de 60 años y siendo el 75% mujeres, sufrían tos inexplicable o intratable, con una media de duración de 14 años y medio. El 70% de ellos jamás había fumado.
Se dividió a todos los participantes en un grupo control por un lado, y en tres grupos con diferentes dosis de gefapixant administradas cada 12 horas cada día: 7.5 mg, 20 mg o 50 mg.
Un tratamiento seguro y efectivo a bajas dosis
Durante el estudio los pacientes fueron apuntando los diferentes niveles de gravedad de su tos, incluyendo el número de veces que tosían al día; incluso se midió realmente las veces que tosían mediante un dispositivo de grabación que funcionaba las 24 horas. Así mismo también fueron visitados en tres ocasiones, completando un cuestionario de tos en todas ellas, junto a otras seis visitas donde clasificaron la gravedad de su tos desde "no toser" hasta "la peor tos posible".
De media, todos los pacientes tosían entre 24 y 29 veces por hora. Sin embargo, tras las 12 semanas de tratamiento, hubo mejoras en todos los casos:
- El grupo placebo redujo sus episodios a 18 toses por hora. Similar a los grupos de 7.5 mg y 20 mg.
- El grupo que tomó dosis de 50 mg mejoró hasta un 37% más que el resto, tosiendo 11 veces por hora.
Por su parte, se tuvieron en cuenta efectos secundarios, destacando cambios en el sentido del gusto (una queja que ocurrió en un 48% de los casos que recibieron dosis de 50 mg, y entre un 10% y un 33% de los casos en aquellos con dosis de 7.5 mg y 20 mg respectivamente). De hecho, hasta 10 pacientes del grupo de 50 mg llegaron a suspender su tratamiento por culpa de este efecto adverso conocido como disgeusia.
Así mismo, solo hubo un efecto adverso grave entre todos los participantes, un caso de hipotermia en uno de los participantes, aunque se sospecha que no estaba relacionado con la toma del fármaco.
Finalmente, los autores también han tenido en cuenta una limitación llamativa en su estudio, y es la potencia del efecto placebo: de media, la frecuencia de la tos se redujo de 28 toses cada hora hasta 18 sin tomar fármaco alguno.
De momento los autores sugieren que la dosis de 50 mg sí sería significativa como tratamiento médico, aunque las dosis de 7.5 mg y 20 mg no tendría un efecto estadísticamente significativo. Aún así, ya se está programando un futuro ensayo clínico en fase 3 para confirmar los resultados en grupos más grandes de pacientes.