El anuncio de del registro de la vacuna rusa, la primera inmunizacion frente a la Covid-19 registrada como tal, coincidió prácticamente en el tiempo con el de la aprobación en China de la primera patente de una vacuna contra la misma enfermedad, que se anunció apenas seis días después.
Así, es fácil caer en hablar de la vacuna china y la rusa casi como si fueran la misma cosa, dos productos de países con problemas históricos de transparencia informativa que, además, se han adelantado a otras vacunas de las que nos han informado sucesivamente durante los últimos meses.
Pero no, ni es correcto hablar de las vacunas china y rusa, como si sólo se estuviera desarrollando una inmunización frente a la Covid en dichos países, ni es recomendable verlas como un todo y, sobre todo, como una alternativa a las vacunas estadounidenses, inglesas y, si todo va bien en un futuro, incluso españolas.
La vacuna rusa
La mal llamada vacuna rusa es el único prototipo de inmunización desarrollado por este país que se ha publicitado, pero no sabemos si hay más en estudio. Como explicaba en este artículo de The Conversation, el Instituto de Investigación Gamaleya anunció que había registrado una vacuna en colaboración con el Ministerio de Sanidad ruso, el ente regulador local que determina qué medicamentos se pueden usar en Rusia.
Esta vacuna se denomina Sputnik V, y el instituto ha afirmado que su uso está restringido a casos de emergencia. En circunstancias normales, la aprobación de este uso de emergencia significa que la vacuna solo se le puede administrar a personas que poseen un gran riesgo de contagio, tales como los trabajadores sanitarios, pero no al conjunto de la población.
Con anterioridad a este anuncio, el instituto ya había registrado la vacuna para la realización de ensayos correspondientes a las fases I y II (evaluación de la seguridad del medicamento y de la respuesta inmune que genera en humanos), que en un principio se realizaron en un grupo de solo 38 personas. Altos cargos del Gobierno ruso afirmaron que esta vacuna generó una poderosa respuesta inmune en dicho grupo, y que no trajo consigo "complicaciones serias".
No es algo demasiado sorprendente en la medida en que, según los datos publicados de ensayos en humanos de otras vacunas similares, en estos casos también se generaron respuestas inmunes poderosas y tampoco hubo complicaciones.
Sin embargo, los datos sobre los ensayos de la Sputnik V no han sido publicados, y dado que no se han realizado los ensayos de fase III (que requieren miles de voluntarios para demostrar la eficacia y detectar efectos secundarios poco habituales), no hay datos que respalden que la vacuna realmente protegería frente al virus. Ojo, esto no quiere decir que se trate de una mala vacuna, sino que su eficacia no ha sido demostrada en una publicación relevante por lo que, ahora mismo, cuesta más fiarse del anuncio del Gobierno ruso.
El instituto anunció que los ensayos de fase III de la Sputnik V empezarían el 12 de agosto en Rusia y en muchos otros países. Sin embargo, muchos científicos (entre los cuales hay investigadores rusos) expresaron su preocupación por la posibilidad de que la vacuna empiece a suministrarse a la población civil a gran escala, lo que normalmente no ocurre con medicamentos autorizados para ser usados en caso de emergencia.
La vacuna china
Al hablar de la vacuna china, nos referimos en realidad al prototipo de inmunización desarrollado por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, que comenzó a usarse a finales de junio en el Ejército chino después de que un equipo dirigido por el investigador Chen Wei descubriera un anticuerpo monoclonal neutralizante altamente eficiente.
CanSino anunció a finales de mayo que su producto cumplía con las expectativas, pero lo hizo de forma muy diferente que el presidente Vladimir Putin. Publicaron los resultados de su ensayos en fase I en la revista médica The Lancet.
Según esta investigación, la vacuna china es segura, bien tolerada y capaz de generar una respuesta inmune contra el SARS-CoV-2 en humanos. El ensayo abierto en 108 adultos sanos demostró resultados prometedores después de 28 días y se anunció que los resultados finales se evaluarían en seis meses.
Así, en el momento actual, faltan por publicarse los resultados de los ensayos en fase II y en fase III. Estos últimos comenzará en breve en Arabia Saudí, ya que no había casos suficientes en China para probar allí la vacuna.
¿Uso en España?
Como recordó en una reciente comparecencia el director del Centro para la Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, cada país regula de una manera la utilización de un producto farmacéutico.
En España, es la Agencia Europea del Medicamento la encargada de dar luz verde a las vacunas y dará igual lo que diga China o Rusia, que ninguna inmunización se venderá en España si no cuenta con el permiso de las autoridades sanitarias, por muchos que los países hayan llegado a acuerdos con empresas locales para su distribución, como ha sucedido con Sputnik V y la empresa gallega Iberatlantic Global Corporation.
Tampoco está de más recordar que lo que la ciencia está buscando no es una vacuna frente al nuevo coronavirus, sino la mejor. Todos los expertos coinciden en que habrá varias en el mercado y que probablemente incluso una vez aprobadas vayan evolucionando para mejorar la respuesta inmune que generan.