Cuando se mezcla la lucha política con un cambio de criterio estadístico, el caos está servido. A la pelea en la que llevan enzarzados la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad desde hace más de dos semanas, hay que añadir el hecho de que la capital haya decidido utilizar el test de antígenos (adquirieron cinco millones de unidades) como test primario de detección y cribado.
Da la sensación de que eso ha provocado un pequeño terremoto en las cifras que resulta muy difícil explicar desde fuera y un poco desconcertante, justo lo último que necesitas en tu política de comunicación en medio de una pandemia.
Hagamos un breve recuento: el lunes se publica que la incidencia acumulada de Madrid está por debajo de 600 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Inmediatamente, Fernando Simón y Salvador Illa, en una decisión inaudita, salen en rueda de prensa a cuestionar los datos.
No dicen directamente que son falsos, pero sí arrojan una sombra de duda sobre ellos: probablemente haya atrasos, “artefactos” estadísticos, etc. En la Comunidad se indignan, pero es cierto que algo parece fallar: la bajada en la última semana de casos PCR es de un 42%. Esa cifra puede cuadrar tras un confinamiento severo parecido al de marzo-abril, pero es improbable cerrando bares a las once.
El caso es que el martes todo cambia. Ministerio y Consejería llegan al acuerdo de auditar las cifras conjuntamente y el primer resultado que tenemos de dicha conexión es que se dan tres cifras oficiales distintas: el consejero Ruiz-Escudero sale en rueda de prensa a mantener que la incidencia acumulada está en torno a los 590 casos por 100.000 habitantes… mientras el PDF de Sanidad habla de 710,27 y el análisis de los últimos 14 días según el informe diario de la propia comunidad da poco más de 500.
Nadie se explica nada, aunque todo parece indicar que hay un problema con la notificación de positivos por antígenos. De hecho, esta semana los casos en Madrid están sufriendo un retraso muy ligero y parten de cifras iniciales muy altas, lo que invita a pensar en que ahora sí se están recogiendo… pero quizá la semana pasada aún no, de ahí la bajada tan brutal.
Y en esas llega el miércoles y nos encontramos con que la incidencia vuelve a bajar a 591, prácticamente en los niveles del lunes y no solo eso: en el PDF de ayer, se modificaba el reparto de casos por día tanto en el gráfico de la Comunidad como en el del país.
Lo que era un pico de casi 7.000 casos detectados el viernes 18 de septiembre se convertía en poco más de 4.000 y se repartían el resto entre los días posteriores. Lo mismo pasaba, ya digo, a nivel nacional: el pico de 18.000 pasaba a ser de 14.000 y el resto de los días se rellenaban con casos que daban una imagen más compacta.
¿Por qué se hizo eso si a las 24 horas se iba a volver a rectificar? Imposible saberlo. Es un misterio y una pésima noticia que los datos se vayan cambiando de un día a otro sin una explicación clara.
El PDF de Sanidad de hoy vuelve a enseñarnos el pico de 18.000 correspondiente al viernes 18 a nivel nacional y vuelve a quitar los casos repartidos en los últimos 14 días en Madrid para ubicarlos en la semana del 12 al 18 de septiembre, donde estaban desde el principio.
La situación roza el escándalo y posiblemente la explicación sea más técnica que política pero es difícil de entender, sobre todo cuando los análisis mediáticos y políticos se hacen a partir de esa cifra de incidencia acumulada.
Esa es la mala noticia. La buena es que los retrasos en las notificaciones se suavizan mucho. Y es una noticia excelente, por cierto. El hecho de que los tests de antígenos den resultados válidos en apenas unas horas hace que ya no haya que esperar una semana o dos para conocer un resultado y pasarlo a la serie histórica.
Esos retrasos estaban provocando que (no solo en Madrid) muchos positivos quedaran fuera de la incidencia de 14 días al no estar fechados en ese margen de tiempo sino antes. De hecho, ese es el problema que parecía solucionarse con el reajuste fallido de ayer.
Lo que cabe esperar ahora es que las comunidades puedan conocer y transmitir cuántos positivos hay cada día con el menor decalaje posible. Eso va a provocar, obviamente, una subida de las incidencias porque se escaparán menos casos.
Dicha subida no se puede ver aún porque, ya digo, los tejemanejes con los datos de Madrid alteran todo análisis posible y hacen que ambos indicadores se desplomen de un día a otro, pero debería apreciarse pronto y no nos puede pillar desprevenidos: si vemos una subida constante en la incidencia y en los casos recientes, probablemente no se trate de un repunte de contagios sino de una comunicación mejor y más eficiente.
¿Cómo lo sabremos con seguridad? Bueno, bastará con mirar los valores objetivos por excelencia: la positividad y el número de ingresos hospitalarios. El problema es que no tenemos aún datos de positividad de antígenos y necesitamos esa información cuanto antes.
Lo que vemos de los PCR es una tendencia a la baja que nos alegra, pero no nos resulta útil del todo. En cuanto a los ingresos hospitalarios, en Madrid se han rozado los 350 diarios y en España los 1.300. Son cifras más bajas que las de hace dos semanas, cuando se salió todo un poco de madre… pero siguen siendo altas.
De momento, tiramos gracias al elevado número de altas… y al de fallecidos. Seguimos en torno a los 35-40 fallecidos diarios en Madrid y en algún punto cercano a los 125-150 en España. Ojalá pudiéramos dar la cifra exacta, pero la exactitud, como ha quedado demostrado, no es el punto fuerte de nuestro sistema de comunicación de datos.