El pasado lunes pedíamos tiempo y aún necesitamos un poco más para saber exactamente qué está pasando en todo el país y poder ubicarnos de cara a las navidades.
Las medidas que se anunciaron hace dos semanas eran ya de por sí bastante ambiciosas pero contaban con una reducción progresiva de la incidencia que en muchas comunidades no se está dando en absoluto.
Tal vez eso debería hacernos replantearnos determinadas cosas, pero parece ya tarde para eso: salvo verdadera catástrofe en forma de crecimiento exponencial o avalancha de ingresos, es de entender que seguiremos pudiendo reunirnos en grupos de diez en Navidad y que la movilidad será ilimitada gracias a la controvertida figura del “allegado”.
Si miramos a Madrid con especial celo no es porque la situación en el resto del país esté mucho mejor y esto sea una cuestión puramente madrileña sino porque Madrid es un centro de comunicaciones importantísimo.
Una alta incidencia en Madrid a la hora de permitir la movilidad navideña no supone solo el riesgo de que los contagios suban en la comunidad sino que esos contagios se vayan esparciendo por todo el país.
Madrileños por el mundo hay muchos, sin duda, pero españoles de otras comunidades que viven o estudian en Madrid y vuelven a sus hogares a ver sus familias hay muchos más. El riesgo es evidente y a estas alturas, parece que inevitable.
No quedan lejos los tiempos en los que Madrid era junto a Galicia la comunidad autónoma con menor incidencia a 14 días de toda la península, con solo el archipiélago canario y el balear aún por debajo.
Poco a poco, la situación ha ido cambiando. Canarias supera ya ampliamente los 100 casos por 100.000 habitantes y Baleares es directamente la comunidad con incidencia más alta de todo el país tanto tomando una semana de plazo como tomando dos.
En cuanto a Madrid, los datos de Sanidad de este martes, la colocan solo por detrás de Baleares, País Vasco y Castilla La Mancha, con 237,21 casos por 100.000 habitantes. Lo peor, sin duda, es que ya es la segunda que mayor incidencia semanal presenta, con 133,99 casos por 100.000 habitantes y una clara tendencia al alza después de haber entrado en meseta en este parámetro ya a principios de mes.
Otro problema grave es que los datos de Sanidad difieren mucho de los que da la Comunidad de Madrid en sus informes diarios, sin que sepamos muy bien por qué si se supone que la fuente es la misma.
El informe diario de la consejería añade 2.093 casos al acumulado de la Comunidad, si bien solo 1.275 pertenecen a este mes y los otros 818 se van diseminando en fechas anteriores, llegando a fechar tres casos en marzo a estas alturas de la película.
Que el 40% de los casos acumulados el día 15 de un mes no pertenezcan siquiera a ese mes es extraño. No digo que intencionado ni apelo a extrañas conspiraciones, simplemente señalo algo que sinceramente llama la atención. Son prácticamente los mismos que ya se han podido registrar con fecha del lunes: 826.
Por su parte, el ministerio registra un incremento total de 2.004 casos, pero fecha 1.522 el lunes, es decir, casi el doble. Estas discrepancias son inadmisibles pues con estos datos se toman y se justifican las medidas de las que depende de la vida de la gente, que no sabe a qué atenerse.
Incluso siguiendo los números de la Comunidad, los 2.093 casos “nuevos” son la cifra más alta para un martes desde el 27 de octubre, cuando se añadieron 2.248 al acumulado.
Los mencionados 826 de ayer lunes son también la cifra más alta de inicio desde el 26 de octubre, cuando ya se habían fechado 1.254 a las 24 horas (actualmente, el recuento va por 2.047, para hacerse una idea).
Todo esto hay que tomarlo con mucha prudencia porque el desajuste de los cuatro días festivos del puente de la Constitución puede provocar acumulaciones en la notificación, algo de lo que ya hemos hablado varias veces. Lo que en principio no debería presentar retraso ni discrepancia pues son datos que vienen directamente del día a día de los hospitales es el número de nuevos ingresos diarios y la prevalencia hospitalaria. Ahí, Madrid también está en zona de vigilancia.
Este lunes se notificaron 181 nuevas hospitalizaciones, la segunda cifra más alta en las últimas cuatro semanas tras el pasado sábado, cuando se añadieron 185 ingresos al acumulado.
Lo más preocupante son los 32 nuevos traslados a UCI, la cifra más alta desde el 5 de noviembre, cuando fueron 33.
Si las cifras de contagios te remiten a dos meses atrás y las de nuevos hospitalizados a prácticamente un mes o incluso más en el caso de las UCI es que tienes un problema serio.
Por su parte, la ocupación de los hospitales sigue lejos de los momentos críticos de principios de octubre, pero también se observa una ligera tendencia al alza: en Madrid hay 1.652 ingresados en hospitales según la Comunidad (1.689 según los datos del ministerio), de los cuales 306 están en la UCI.
Hace una semana, siguiendo los datos de la consejería regional para no volvernos locos, eran 1.560 y 294. Hablamos de una subida del 5,89% tras semanas y semanas de bajadas.
En resumen, aún es pronto para hablar de cómo ha afectado el puente a la situación madrileña y española en general. Ya antes del puente había una tendencia a la estabilización que apuntaba a un posible y ligero repunte.
De momento, no estamos viendo nada excesivamente sorprendente. Habrá que estar atentos a los próximos días para comprobar que ese repunte no se dispara más de lo necesario. Entonces podríamos hablar de las consecuencias nefastas de la relajación durante el puente, del inicio de una tercera ola o de mayores restricciones de cara a la inminente Navidad… aunque para cuando se quieran poner todos de acuerdo estamos ya con el postre.
El precedente estadounidense con Acción de Gracias no es demasiado halagüeño. Entrar en fiestas y reuniones familiares con una incidencia a 7 días superior a 100 es peligrosísimo. Si es un peligro que queremos correr o no, tendremos que decidirlo individualmente.