La primera ola del coronavirus forzó a los profesionales sanitarios a una toma continua de decisiones basadas en criterios cambiantes. Este continuo desafío ha demostrado, entre otras cosas, cómo el intercambio de información en tiempo real podría salvar miles de vidas, incrementando la eficiencia en los procesos y agilizando la toma de decisiones.
Conocer de forma inmediata la disponibilidad de camas UCI o de respiradores en un hospital determinado, así como poder acceder al conocimiento más actualizado sobre el virus, se convirtió en una herramienta fundamental para la lucha contra la pandemia.
Es la inteligencia artificial y el análisis de datos los que han sido clave en la evolución de la gestión hospitalaria, que puede permitir una toma de decisiones rápida e informada. Su utilidad hoy en día es innegable, tanto en momentos de emergencia sanitaria como en el día a día de cualquier centro sanitario. La ingente cantidad de información que manejan a diario los centros hospitalarios (estado de las camas, evolución de los pacientes críticos, patologías, notas…) resulta muy difícil de gestionar sin una automatización de los procesos. Además, aparte de la gestión hospitalaria como tal, toda esta serie de datos influye de manera determinante en la toma de decisiones médicas.
Soporte a los sanitarios en primera línea
Una de las aplicaciones más innovadoras de la inteligencia artificial en los centros hospitalarios son los centros de mando, una tecnología desarrollada por GE Healthcare que sirve para integrar los diferentes datos en un único sistema, simplificar los procesos y reducir duplicidades a nivel operativo. “Los centros de mando son en realidad un centro neurálgico de operaciones similar a un centro de control aéreo, que permite dar soporte al personal sanitario en primera línea y mejorar la planificación”, explica Arantxa Pascual, Chief Marketing Officer de General Electric Healthcare España y Portugal, compañía que desarrolla este tipo de soluciones, denominadas Command Center.
Durante la primera ola de la pandemia, este tipo de herramientas se utilizó con éxito en diferentes hospitales para gestionar su capacidad en tiempo real, incluyendo la carga de pacientes, la ocupación de camas UCI, las salas de presión negativa, los respiradores, así como la identificación de los riesgos de infección.
En el reciente webinar Lecciones aprendidas: Cómo la pandemia de la Covid-19 puede ayudar a trazar el futuro de la atención médica, John Couris, CEO del Hospital General de Tampa (Estados Unidos), ofrecía un ejemplo de este apoyo en la inteligencia artificial a la lucha contra la pandemia. Se refería a la puesta en marcha de una red virtual, capitaneada por el hospital, que conectó 51 hospitales para compartir información en tiempo real sobre la capacidad de cada uno para admitir más enfermos de COVID-19, la ocupación de las UCI y la disponibilidad de respiradores, creando un sistema transparente y participativo entre todos los centros.
Otra de las ventajas que aportaron estos sistemas fue el incremento de las posibilidades de atención remota a los pacientes y de teletrabajo para los sanitarios. En el mismo webinar mencionado, John Beaman, director de negocios de la Red de Sanidad Adventista, compartía el ejemplo, también en Estados Unidos, de la red de Hospitales Adventistas que pasó durante la pandemia de un 20% a un 80% de atención remota a pacientes, adelantando entre cinco y diez años sus previsiones al respecto.
No aprender de los errores, sino anticiparlos
Con los avances tecnológicos disponibles en esta nueva era digital que estamos viviendo, la posibilidad de anticipar un error o un fallo técnico es ahora una realidad. Entre las diversas soluciones que proporcionan los centros de mando, una de ellas que resulta fundamental es su capacidad de proporcionar a los profesionales de la salud la información sobre todos los recursos sanitarios disponibles para cada paciente. De este modo, el sistema puede detectar y corregir errores en el momento, e incluso prevenirlos.
“Estos sistemas podrían compararse con la labor de un entrenador deportivo que está asesorando a su equipo durante la competición, en lugar de esperar al final del juego para ver qué ha fallado”, explica Arantxa Pascual. Esto es posible porque los centros combinan datos de múltiples sistemas de inteligencia artificial e integran los datos de los diferentes equipos y departamentos del hospital. Así, la información procedente de diferentes fuentes se convierte en datos integrados que aportan valor en tiempo real. La información permite actuar de forma más precisa, productiva y personalizada, además de mejorar los problemas y cuellos de botella que se generan en la gestión hospitalaria.
Aprender de las experiencias de otros
Son diversas las ventajas que trae esta tecnología a la sanidad que resultan en mayor eficiencia en el desarrollo de las diferentes tareas y se apuesta también por una cooperación entre redes hospitalarias para aprender buenas prácticas y mejorar procesos. El intercambio de datos y experiencias entre centros hospitalarios supone una fuente de información muy útil, especialmente en momentos críticos. Al poner en disposición la red de centros de mando de GE Healthcare (denominada “ecosistema”) que incluye más de 200 hospitales en Europa, Norteamérica y Oriente Medio, se da paso a un intercambio global de los procesos.
Este ecosistema proporciona actualizaciones periódicas que tienen en cuenta las innovaciones y los progresos de cada miembro. Además, fomenta el aprendizaje y la colaboración de los miembros a través de foros de mejores prácticas y visitas a los sitios de otros miembros. Las aplicaciones también se construyen de manera colaborativa, basándose en las experiencias de los diferentes centros hospitalarios, como la aplicación sobre deterioro del paciente, que se inspiró en la información proporcionada por los hospitales universitarios de Humber River en Canadá y Bradford en Inglaterra.
Además del apoyo a las decisiones médicas, el Command Center aporta importantes ventajas tanto económicas como organizativas al hospital. Entre ellas se encuentran la reducción del coste por paciente atendido, una utilización más equilibrada de las UCI, el aumento del volumen de actividad quirúrgica, y el incremento de las admisiones. Estos beneficios revierten, además, en el paciente de manera directa, ya que se puede reducir su estancia media en el centro y el tiempo de espera antes de ser intervenidos.
En definitiva, trabajar con un Command Center es hacerlo en un entorno que conecta, que rompe barreras, es ver la gestión de un hospital desde un punto de vista horizontal con capacidad de tomar decisiones ágiles en tiempo real. Sin duda, es un cambio en la gestión, pero sobre todo una trasformación organizativa gracias a esta plataforma única de conocimiento compartido.