Nada hay de bueno en la aparición de las nuevas variantes del Sars-CoV-2 pero, si hubiera que señalar algo positivo dentro del horror, es que han puesto sobre la mesa la importancia de la secuenciación genómica de virus para el control de las pandemias de enfermedades infecciosas, algo sobre lo que sabe mucho el investigador Iñaki Comas (Valencia, 1979), uno de los líderes del consorcio SeqCovid-Spain, el grupo que ha secuenciado hasta el 95% de las muestras de coronavirus en España y que, entre otros hallazgos, descubrió que la variante de coronavirus que inició la segunda ola de Europa se originó en nuestro país.
Charlamos con el investigador, director de la Unidad de Genómica de la Tuberculosis en el Instituto de Biomedicina de Valencia, el mismo día que el Ministerio de Sanidad ha aprobado un protocolo para integrar en su área la vigilancia genómica del virus, una noticia que investigadores como Comas reciben con alegría.
Justo hoy ha anunciado el Ministerio de Sanidad que se ha aprobado un protocolo de Integración de la Secuenciación Genómica en la Vigilancia del SARS-CoV-2. Usted es uno de los mayores expertos en secuenciación genómica del SARS-CoV-2, ¿cree que hacía falta algo así? ¿Cómo estábamos en lo que respecta a secuenciación del coronavirus y cómo vamos a estar?
Creo que es esencial. Cuando iniciamos el consorcio SeqCovid-Spain hace un año, uno de nuestros objetivos era visibilizar la necesidad de hacer esto porque ahora lo vemos muy normal, pero hace un año nadie en el mundo había pocos países que lo tuvieran integrado en su sistema sanitario, estaba todo en el nicho de la investigación, los que investigamos en este tipo de cosas sabíamos de su potencial para el control de pandemias de infecciosas, pero hasta ahora nunca se había aplicado de una manera específica en tiempo real.
Muy pocos países estaban preparados porque muy pocos lo tenían integrado; uno de los pocos era Reino Unido que ni siquiera lo tenía cien por cien integrado, pero es verdad que lleva diez años apostando por la secuenciación genómica como un elemento más en el estudio de las epidemias de diferentes patógenos que hay en el Reino Unido y esto es lo que ha hecho que ellos se pudieran poner en marcha muy rápido, porque las estructuras ya existían, los grupos de investigación, además que era una mezcla muy buena entre grupos de investigación y Sanidad.
En España no existía como tal una red así y nosotros montamos una, pero es una red que se basa en el voluntarismo y algo como la vigilancia genómica yo creo que debe salirse del proyecto de investigación porque no debe depender de un investigador o de un consorcio de investigación, debe de depender directamente de Sanidad.
Yo creo que se ha visualizado durante este año la potencialidad que tenía esto, la potencia que tiene como una herramienta más en el control epidemiológico de enfermedades infecciosas y con las nuevas variantes particularmente. Esto hace diez años no lo veíamos, hubiéramos tenido las nuevas variantes y nadie se hubiera enterado de nada. Como mucho a posteriori.
Ahora se ha visto sobre todo la potencialidad que tiene en su uso en tiempo real y eso es lo que el protocolo está buscando. Si hay una variante nueva, poder seguirla y saber su cambio en frecuencia, si es más común en el norte que en el sur, por ejemplo.
¿Qué porcentaje de muestras de coronavirus se secuencian en España y cómo quedamos en comparación con otros países?
En la primera ola antes del confinamiento, secuenciamos el 14%, después el 1% hasta mayo y ahora estaremos por el 0,5% aunque secuenciamos más muestras. El problema es que no lo hacemos en tiempo real, hay cosas que sí, pero muchos de los casos que vemos hoy los secuenciaremos dentro de un mes, así que estimar el porcentaje es difícil, pero por debajo del 1%.
No es tan simple, si bien la secuenciación es más barata y más fácil y se pueden hacer más muestras, requiere mucho trabajo y la logística decoordinar todos los hospitales las muestras etc... tampoco es fácil. No había una infraestructura previa para todo eso, ha habido que montarlo de la nada. Aún así en la primera ola fuimos el segundo país de Europa y ahora somos los terceros, por detrás de Reino Unido y Dinamarca.
Ahora se va a integrar y en el protocolo nuevo creo que se habla de secuenciar entre el 1% y un 2% de las muestras, yo creo que es un primer germen que veremos a ver cuánta resolución nos da y que supongo que se irá ampliando, los ingleses están en un 10%. Hay que tener en cuenta que en los países más grandes o geográficamente más complicados o con divisiones administrativas más complejas como España todo es más complicado.
Usted ha comentado que las variaciones de este coronavirus han sido bastantes desde que se detectó por primera vez, ¿por qué las tres variantes actuales -surafricana, británica y brasileña- están causando más ruido y más preocupación?, ¿el resto de variantes hasta ahora no tenía diferencias significativas con las anteriores?
No es ruído. Son variantes de preocupación, no hay que caer en el alarmismo pero son preocupantes. Y son diferentes, ¿en qué sentido? Tiene un número de mutaciones inusual, las otras que habíamos visto hasta ahora no tenían tantas mutaciones acumuladas y esas tres en concreto llevan un número alto. Y son mutaciones que caen en una región del virus que es muy importante, que además es en la que se basa la vacuna, básicamente es en lo que se basa la interacción entre el coronavirus y nosotros, la proteína S. Y estas mutaciones ya se sabía individualmente que podrían tener algún impacto sobre la biología del virus, ¿Qué es lo que hemos visto? Que lo que tienen son múltiples mutaciones en la proteína S y combinaciones. Hasta ahora habíamos visto una o dos, estamos hablando de que vemos juntas en el mismo virus varias mutaciones en la proteína S y algunas de esas mutaciones además sabemos que son preocupantes, que es lo que hace que al final haya preocupación. Con algunas hay más datos, por ejemplo sabemos bastante de la epidemiología de la inglesa, que tiene una mayor transmisibilidad.
El pasado viernes, el asesor científico de Boris Johnson le dijo que la variante británica era más mortal que la predominante anteriormente, aunque no se ha publicado todavía este extremo. ¿Hasta qué punto podemos fiarnos?
Los científicos que asesoran a Johnson han sacado un informe muy completo. Tienen varios grupos de trabajo que trabajan con los datos en paralelo y de diferentes maneras para ver si llegan a las misma conclusión. Y varios de esos grupos llegaron a esa asociación. Hay alguno que no, lo cual significa que empieza a haber evidencia pero que no está cien por cien claro.
Yo lo que creo es que no es fácil porque estamos hablando de un efecto que de momento no parece muy grande y que lo que necesitamos es esperar a que haya un número mayor de casos para poder testarlo fehacientemente. Hay que darse cuenta de que con las estadísticas de mortalidad hay muchos factores que confunden porque cuando tiendes a cargar los hospitales con muchos casos, hay muertes que no se deben directamente a si es una cepa, sino simplemente a que la calidad del cuidado ha bajado para cada paciente, que no se puede tratar individualmente como se hacía antes y todos esos factores todavía lo están estudiando.
Por mucho que finalmente lo fuera, estamos un poco atados de pies y manos, ya que las maneras hasta la fecha de prevención de la transmisión de la Covid-19 son las mismas, con independencia de la variante que sea. ¿Cree que habría que cambiar algo ante la aparición de cepas más contagiosas?
No podemos cambiar nada, la receta es la misma, puedes tener más o menos ingredientes pero la receta es la misma. ¿Qué es lo que no se está diciendo aquí? Pues que probablemente hasta que las vacunas nos ayuden a nivel poblacional con la transmisión vamos a tener que convivir con decisiones más restrictivas, es decir, que no se puede abrir la mano tanto como en verano u otros momentos. Lo que supone variantes con transmisibilidad es que sea más difícil conseguir aplanar la curva y la única manera de lograrlo es manteniendo unas medias de restricción más importantes, sobre todo en cuanto al número de contactos, cuantos menos mejor.
Alguien podría preguntarse entonces por qué es tan importante detectarlas...
El mensaje va se dirige sobre todo a la toma de decisiones políticas. Hay que evitar la tentación de relajar las medidas cuando empecemos a bajar la curva porque lo que va a hacer esta cepa es expandirse en cuanto tenga la oportunidad. Probablemente no vayamos a poder evitar que la cepa domine a medio, corto o largo plazo, lo que podemos hacer es ralentizar su expansión dependiendo de las medidas que haya y después esperar a que llegue una vacuna y que a nivel poblacional nos permita aplanar la curva más fácilmente.
Los responsables sanitarios de la comunidad de Madrid no se cansan de repetir que las nuevas variantes entran "por el aeropuerto", pero ahora mismo hay exigencia de PCR o test de antígenos por ejemplo para venir desde Reino Unido. ¿Cree que estas variables se pueden escapar con más facilidad de las pruebas de infección activa? ¿Habría que cambiar algo en este sentido? ¿Qué opina del cierre de fronteras?
Con las otras variantes ya se vio. Si realmente quieres evitar que entre una nueva variante lo que necesitas son cuarentenas; el problema es que a ti cuando te hacen el test eres negativa, pero eres negativa ese día a esa hora, al día siguiente puedes ser positiva perfectamente, el test solo te da una foto estática del momento en el que te lo has hecho por eso se pide justo antes de viajar. ¿Qué es lo que hacen algunos países? Hacen cuarentenas. Aún así se han visto casos, porque los sistemas no son perfectos y hay quien no las hace. De todas formas, hay que darse cuenta de que muchas de estas alertas de nuevas variantes, por muy rápido que vayamos van un poco tarde, ya hay gente que ha viajado. Necesitas un tiempo para ver el efecto. Yo creo que las cuarentenas tienen más sentido, siempre que se asegure que la gente las haga.
La gran preocupación ahora mismo es si las vacunas protegerán frente a estas variantes. Estudios preliminares sugieren que sí, o al menos las de RNA mensajero con las que se han hecho pruebas. ¿Le preocupa este extremo?
Es verdad que son estudios preliminares, pero por lo que sabemos de otros virus que mutan más que éste, creemos que de momento las vacunas no están en peligro. Yo siempre hago esta analogía: es como si le das un libro a diez personas y les pides que lo transcriban y cada una de estas personas transcribe el libro pero con faltas de ortografía. A ti te dan luego el libro y tú eres capaz de leerlo todavía. Entiendes el sentido, el significado... digamos que la vacuna nos permite leer bien estas variantes. Es verdad que igual se pierde un poco de eficacia individual, que va a costar un poco más pero aún así probablemente funcione.
De todas formas, por eso es tan importante la vigilancia genómica, porque cuando se desplieguen las vacunas habrá que estar atentos a que no aparezcan variantes que sí sean capaces de escaparse del efecto de la vacuna, esto hay que tenerlo monitorizado; lo importante es que lo podamos detectar y los protocolos de vigilancia genómica van en ese sentido.
Por otra parte es importante también, para tranquilizar a la población, transmitir que las vacunas de RNA mensajero se actualizan muy rápido, es algo importante, si hay que cambiar algo en ellas se cambiará, el problema es decidir qué cambias. Pero diseñarlas las diseñan muy rápido y probablemente no tendrían que pasar ensayos clínicos, aunque lo tendrían que decidir las agencias reguladoras.
También es importante destacar que hay todo un portfolio de candidatos a vacunas que están en ensayos clínicos y que atacan diferentes mecanismos, que no sólo se basan en la proteína S, por eso hay que apoyar el desarrollo de nuevas vacunas. Cuando la gente dice, ¿qué necesidad hay? Pues la hay, porque necesitamos vacunas2.0, que sean mejores, más eficaces y que puedan funcionar con diferentes variantes y que nos quedemos estancados sólo en las de RNA, no vaya a ser que se nos queden inútiles. Es importante tenerlas en la recámara como un arsenal.
Últimamente se ha informado sobre una nueva variante aparecida en Los Ángeles. ¿Esto va a ser así todo el tiempo?, ¿Qué supone?, ¿Ve alguna posibilidad de que el virus mute y realmente se haga indestructible frente a las vacunas y frente a todo?
La gente no se da cuenta de que la capacidad de tener una vacuna con la eficacia actual que sea capaz de neutralizar al virus y que se ha obtenido en un año es un éxito total, que nunca había pasado antes. La tuberculosis no tiene vacuna eficaz, el VIH tampoco, hay muchas otras que nos está costando mucho más. La gente tiene que tener un poco de optimismo, porque tenemos mucho conocimiento sobre los coronavirus y en principio sus vacunas son un poco más fáciles que para otros patógenos. No va a llegar nunca a aparecer una variante que sea indestructible, pero es importante en paralelo encontrar antivirales, para que si un día nos aparece una variante que resista a las vacunas tengamos diferentes armas más allá de éstas.