La viróloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Margarita del Val, ha advertido de que aún no se sabe si las personas vacunadas, "si se exponen al virus, se infectan y son contagiosas sin síntomas", por este motivo ha recomendado mantener las medidas de prevención contra la Covid-19.
La investigadora ha sido la protagonista este martes del acto de clausura del programa de actos conmemorativos del 125º aniversario de la fundación de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB), con una videoconferencia titulada 'Inmunidad al SARS-CoV-2 y las vacunas'.
Del Val ha recordado que el sistema inmunitario tiene que neutralizar al coronavirus con los anticuerpos y además tiene que destruir las células infectadas, "que son auténticas fábricas de nuevos virus en nuestro organismo, con la inmunidad celular".
Para la experta, "la respuesta inmunitaria es amplia, reconoce muchos epítopos de proteínas del virus (la porción de una macromolécula que es reconocida por el sistema inmunitario), y parece bastante duradera". Sin embargo, advirtió de que, "con la edad avanzada, su intensidad es menor".
Otro de los aspectos puestos de manifiesto por la viróloga e investigadora fue que "el sistema inmunitario se entrena y se refuerza al exponerse al coronavirus o a partes del mismo, como las que llevan las vacunas con muy diversas tecnologías", recordando a su vez que "la infección tiene riesgo de mortalidad" y que "las vacunas son muy seguras", insistiendo en que "merece la pena vacunarse".
Con respecto a la infección natural "ésta confiere una cierta protección frente a los síntomas. Las vacunas también, un 95 % las dos de RNA mensajero", en referencia a las de Pfizer y Moderna, y recordando que "con la segunda dosis, el refuerzo de anticuerpos neutralizantes es muy potente".
"Sin embargo", puntualizó del Val, "todavía no sabemos si las personas vacunadas, si se exponen al virus, se infectan y son contagiosas sin síntomas. Por eso nos quedan por lo menos varios meses de mantener todas las medidas de contención, también los vacunados".
"Los síntomas leves se producen por la acción directa del virus en nuestras células, sobre todo en la mucosa nasofaríngea y pulmonar. Los síntomas graves se dan cuando la persona tiene unas patologías previas con procesos inflamatorios; entonces, ante la presencia del virus, la respuesta inflamatoria persiste y ello provoca patologías en muchos órganos. Como son mecanismos distintos, las vacunas no tenían por qué proteger en ambas situaciones", explicaba en una entrevista anterior.
"Ahora se ha empezado a ver que sí protegen de síntomas graves. La de Pfizer cuenta con muy pocos casos graves, pero la protección es rotunda, de más del 90%, similar a la de síntomas leves. Moderna tiene más casos graves porque adoptó una estrategia distinta al reclutar a los voluntarios, seleccionando a personas de alto riesgo de exposición, sanitarios, trabajadores esenciales, etc. Dentro de estos grupos ha habido más personas que se han infectado y, por tanto, más casos graves, y los datos son muy convincentes".
"Respecto a los fallecimientos, solo ha habido uno, así que decir que protegen de la muerte es muy prematuro. La duda principal es el largo plazo: ¿Cuánto va a durar la protección? De momento, a quien me pregunta si da el consentimiento para que vacunen a su padre o su madre, le digo: ‘Adelante’", concluía.