El envejecimiento es un gran factor de riesgo para la aparición de enfermedades. En el caso de los hombres, sobre todo a partir de los 50 años, la próstata es un órgano frecuentemente afectado por diversas patologías. Una de ellas es la hiperplasia benigna de próstata, que provoca el crecimiento anormal de este órgano, causando al paciente dificultades y molestias a la hora de miccionar.
“La parte de la glándula masculina que rodea la uretra crece de tal manera que interfiere en la vida cotidiana, mermando la calidad de vida al provocar problemas miccionales; como dificultad para iniciar la micción, sensación de vaciado incompleto, orinar con mayor frecuencia, tanto de día como de noche o, en fases más avanzadas, incluso incontinencia con pérdidas urinarias", explica el doctor Francisco Antuña Calle, urólogo en el Hospital Quirónsalud Málaga.
La hiperplasia benigna de próstata es una enfermedad que padecen el 60% de los varones mayores de 60 años y que alcanza hasta el 90% en los mayores de 75. Su alta incidencia en este grupo de edad hace que los especialistas recomienden revisiones anuales a partir de los 50 años, pero insisten también en la importancia de saber reconocer los síntomas, como podría ser el aumento de la frecuencia urinaria, para evitar el desarrollo de la enfermedad.
Por suerte, su tratamiento es relativamente sencillo. Existen fármacos para controlar el crecimiento de la próstata y, cuando éstos son insuficientes para que el paciente tenga una buena calidad de vida, se recurre a una intervención quirúrgica. Destacan las cirugías con láser por ser mínimamente invasivas y las que presentan mayores beneficios para el paciente.
Un láser de última generación
El láser Holmio (HoLEP) es en la actualidad la técnica con láser más innovadora para tratar de corregir la hiperplasia benigna de próstata y evitar las posibles complicaciones de una cirugía convencional, como el sangrado o las infecciones. El doctor José Ángel Gómez Pascual, urólogo en el Hospital Quirónsalud Málaga, explica que “es un láser superior a los anteriormente conocidos por su capacidad de corte y coagulación, que permite extraer el tejido crecido de la próstata intacto en su totalidad".
Se trata de una técnica complicada y que debe ser llevada a cabo por expertos cirujanos, pero la ventaja de este láser es que permite tratar próstatas de cualquier tamaño, incluso hasta 200 gramos” (una próstata sana pesa entre 20 y 30 gramos), y que otras técnicas como el láser verde y la cirugía abierta no pueden alcanzar. La reducción del tejido prostático es del 80%, mientras que las técnicas tradicionales solo alcanzan alrededor de un 30%. De esta manera, la glándula prostática queda vacía, formada únicamente por la cápsula. “Hay que recordar que la cápsula prostática sólo se extirpa cuando existe un cáncer de próstata”, específica el doctor Gómez.
Todo el procedimiento se hace a través de la uretra, siendo mínimamente invasivo para el paciente. La intervención dura entre 40 y 90 minutos, dependiendo del tamaño de la próstata, “y con ella se evitan posibles complicaciones quirúrgicas asociadas a la cirugía abierta convencional, como un mayor dolor postquirúrgico, una posible infección de herida o una mala cicatrización”.
Según explica el doctor Antuña, también es frecuente “que los pacientes que van a ser sometidos a un procedimiento quirúrgico para tratar la hiperplasia benigna de próstata presenten piedras en la vejiga”. Pero otra de las utilidades del láser de holmio es su función como litotriptor (la pulverización de cálculos con ondas de choque), por lo que “durante la realización de HoLEP es posible la fragmentación y extracción simultánea de las piedras presentes en la vejiga".
El especialista también hace hincapié en otro de los beneficios de esta moderna técnica: la recuperación del paciente. El tiempo medio de ingreso es de 48 horas, frente a los cinco días que se necesitan en una cirugía abierta. "Más del 97% de nuestros pacientes operados, se marchan de alta sin sonda a las 48 horas de la cirugía. Además, el sangrado es mínimo al no perder sangre respecto a la cirugía abierta, haciendo que la transfusión de sangre sea algún caso excepcional, todo lo contrario que con la cirugía abierta", subraya el doctor Antuña. Los resultados a largo plazo son, también, mejores. Según un estudio realizado por la Asociación Europea de Urología, solo un 1,4% de los pacientes intervenidos con el láser Holmio tienen que recurrir a una reintervención, mientras que en los pacientes operados con técnicas tradicionales esta cifra aumenta al 10%.
Como paso final, cuenta el doctor Gómez, el tejido extraído en la intervención es analizado posteriormente por patólogos para averiguar el origen de la hiperplasia. Aunque “en muy pocos casos el material analizado puede ser tumoral, es importante que este detalle no pase desapercibido”, insiste. La detección precoz es siempre el mejor tratamiento.
Cabe destacar también la "elevada inversión en equipamiento, en fibras y la difícil ejecución de la técnica, llevada a cabo por cirujanos urólogos experimentados", como lo son los doctores Antuña y Gómez, que han alcanzado las 500 cirugías con esta avanzada técnica. El Hospital Quirónsalud Málaga ha sido un centro pionero en Andalucía en incorporar el láser Holmio a su servicio de Urología, con el que ha obtenido grandes resultados hasta el momento.