El exdirector de Sistemas de Salud de la OMS, Rafael Bengoa, considera que se están dando los factores para una cuarta ola después de Semana Santa, menos intensa que la de Navidad pero mayor que la 'olita' que anticipó Fernando Simón. En declaraciones a RNE, el también exasesor de Barack Obama y exconsejero vasco de Sanidad prevé que, debido al ritmo de vacunación, el "control" de la pandemia de Covid-19 no llegará hasta final de año.
"Hemos tenido la mala suerte de que el repunte de casos coincida con la Semana Santa, que será probablemente un evento supercontagiador, aunque no como en Navidad", explica. "Con lo que tenemos que tener cuidado es con la transmisión exterior. Es decir, lo peor es estar en espacios cerrados -eso está comprendido por todo el mundo, y por eso es mejor evitarlos-, pero las variantes son muy infecciosas y probablemente haya también muchos contagios en espacios exteriores".
Por ese mismo motivo, el experto considera "correcta" la polémica nueva norma que obliga a llevar mascarilla en la playa y otros espacios abiertos en la que estaba permitido quitársela, como en la montaña. "Empezamos a ver por los rastreos en otros países que hay personas que se han infectado en el exterior. Esto puede deberse a que la variante inglesa y otras son más transmisibles, y por lo tanto es razonable imponer la mascarilla" al aire libre.
Sobre la intensidad de la 'cuarta ola' que llegará tras la pandemia, valora: "Creo que no va a ser la 'olita' anunciada, aunque tampoco va a ser un tsunami. Es evidente que, hasta que no acceleremos el proceso de vacunación, la evolución de la pandemia va a depender de nuestro comportamiento. Y este mes es vital". En ese sentido, aboga por proporcionar la primera dosis al mayor número de personas posibles: "Sube bastante la protección. Lo que tenemos que hacer ahora es garantizar esa primera dosis a todos, sobre todo a las personas vulnerables".
"En general, estamos siendo demasiado laxos en toda España", lamenta el experto. "Lo que las Comunidades Autónomas deben hacer es reforzar lo que se ha decidido en todo el país, y nosotros como individuos probablemente tendremos que reforzar lo que se ha decidido en nuestra propia autonomía. Hay que acordarse de todo daño colateral. Cada vez que tenemos una ola de estas, la gente con diálisis renal, cáncer o pendiente de operaciones ve como todo se vuelve a retrasar. Hay otras víctimas que no se ven en la tele, las no-Covid".
La inmunidad de rebaño, prevé, no llegará hasta octubre. "Hay que saber que tendremos esa inmunización, pero seguiremos teniendo un 25% de personas potencialmente vulnerables. El virus encontrará muchas dificultades para transmitirse y buscar víctimas, pero durante unos meses más tendremos que seguir manteniendo medias de salud pública: mascarillas -igual no todo el tiempo-, distanciamiento social en parte... es importante que no aparezcan nuevas variantes, por eso hay que vacunar rápidamente".
"Las epidemias no se acaban con un Big Bang. Se van parando despacio. La contagiosidad del virus se irá atenuando pero también dependerá de si hay que volver a vacunar el año que viene a todos los vacunados este año. Hay incógnitas que nos hacen pensar que esto va para largo, pero que nos hacen pensar que esto estará controlado para final de año. Y si no vacunamos al resto del mundo como estamos vacunando nosotros, puede surgir una nueva variante que nos complique la vida", concluye.