La vacuna de AstraZeneca sigue dando que hablar. Pese a que Emer Cooke, directora de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aseguró el pasado 18 de marzo que los pinchazos de la compañía farmacéutica de Reino Unido eran "efectivos y seguros", y que "sus beneficios superan a los posibles riesgos", lo cierto es que el organismo no había podido descartar definitivamente el vínculo entre los (poquísimos) episodios tromboembólicos que se han reportado desde distintos países y la administración del fármaco. Este mismo martes, el culebrón de AstraZeneca ha dado un nuevo giro después de que Marco Cavaleri, jefe de estrategia de vacunas de la EMA, haya reconocido que sí existe tal vínculo aunque "aún no se conoce qué provoca esta reacción". "Los casos son extremadamente raros y la relación riesgo-beneficio siempre está a favor de las vacunas", ha dicho Cavaleri.
En España, la Consejería de Salud del Principado de Asturias informó ayer de que se está estudiando el caso de una mujer de 55 años que ha sido diagnosticada de una trombosis cerebral de senos venosos tras haber recibido la vacuna de AstraZeneca contra la Covid-19. ¿Qué es lo que está ocurriendo con estas vacunas? ¿Es realmente un motivo para la alarma? ¿Por qué se ha informado de más casos de trombosis con las vacunas de AstraZeneca y no con las de Pfizer o Moderna?
Lo cierto es que el enunciado de la última pregunta no es del todo correcto, tal y como matiza Joan Carles Reverter, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH). "El número de trombosis totales es equivalente tanto en el caso de Pfizer como en el de Moderna o en el de AstraZeneca. Sí es cierto que llama la atención un tipo de trombosis muy rara, conocida como trombosis cerebral de los senos venosos, que sólo se ha relacionado con la vacuna de AstraZeneca", explica el especialista.
Por el momento, según apunta Reverter, lo único que se puede establecer es una asociación temporal entre la administración del fármaco y la aparición de estos trombos, pero no una relación de causa-efecto. Aun así, la principal hipótesis que podría explicar este rarísimo fenómeno la articuló la semana pasada un grupo de investigadores dirigido por el hematólogo Andreas Greinacher, de la Universidad de Greifswald (Alemania), que publicó un trabajo científico (pendiente de revisión) en el respositorio Research Square.
Según explican los investigadores, los episodios de trombos en los senos venosos, que han sido bautizados con el nombre de "síndrome de trombocitopenia inmunitaria protrombótica inducida por la vacuna" (Vipit), ocurren tras "una combinación inusual de síntomas" entre los que se encuentran coágulos sanguíneos generalizados y un recuento bajo de plaquetas. "Se asemeja a un efecto secundario poco común de la heparina, un anticoagulante llamado trombocitopenia inducida por heparina (HIT)", explican los autores en un artículo de la revista Science.
Una reacción cruzada
"Estos trombos están asociados a plaquetas bajas y puede tener un origen autoinmune. Es decir, que tras la administración de la vacuna algunos de los anticuerpos que se producen por nuestro organismo producen una 'reacción cruzada' que desencadena los trombos", apuntaba hace unos días Miguel Marcos, médico internista en el Hospital Universitario de Salamanca y profesor titular de la Universidad de Salamanca. Teniendo en cuenta que el estudio ha analizado 9 casos, esta hipótesis es, según el presidente de la SETH, "la mejor aproximación" al trastorno que se ha hecho hasta la fecha, aunque sus resultados aún son "prematuros" como para extraer conclusiones sólidas.
¿Se sabe si hay algún factor de riesgo que predisponga a sufrir este tipo de trombos? Por el momento, la mayoría de casos que se han reportado han ocurrido en sujetos menores de 65 años, sobre todo en mujeres. Sin embargo, tampoco se pueden extraer conclusiones sólidas ya que la vacuna de AstraZeneca se ha utilizado principalmente para inmunizar a personas jóvenes. "De momento, los exámenes no identificaron factores de riesgo específicos para esos hechos muy aislados, como la edad, el sexo o un historia médico que incluya problemas de coágulos sanguíneos", indicó la EMA en su informe.
Reverter sí apunta a dos principales hipótesis que podrían explicar por qué esta patología ha ocurrido en mayor medida entre las mujeres. "La primera podría ser que haya mayor predisposición en este grupo de población. La segunda es que se hayan vacunado a más mujeres que a hombres porque los dos grupos poblaciones que han recibido este fármaco son sanitarios y docentes, y en estas profesiones el porcentaje es más alto", advierte Reverter.
En cualquier caso, el presidente de la SETH recuerda que el riesgo de sufrir una trombosis cerebral de senos venosos es bajísima: una entre un millón. De hecho, en el Reino Unido, el país que ha utilizado en mayor medida la vacuna de AstraZeneca sólo se han reportado 30 casos por 18,1 millones de dosis inyectadas. "El riesgo de sufrir una complicación de este tipo por la vacuna está por debajo de los riesgos asumidos con la mayor parte de complicaciones graves que se dan con otros fármacos. No hay que tener miedo", finaliza Reverter.