Intuir nuestro futuro en países extranjeros no tiene por qué ser algo necesariamente malo. A veces, te dan pésimas noticias… y a veces, excelentes. Por ejemplo, Israel, con un 58% de su población ya totalmente vacunada, ha notificado esta semana once defunciones relacionadas con el coronavirus. Lejos quedan las 102 de las que se informó el 20 de enero.
Algo similar ha sucedido en Reino Unido, con un 53% de la población que ha recibido ya como mínimo una dosis de la vacuna y que ha visto como su número de muertes semanales pasaba de las 8.678 que se registraron del 18 al 24 de enero a las 67 de la pasada semana.
Este descenso drástico de la mortalidad según avanza el porcentaje de vacunas administradas se repite del mismo modo en prácticamente todos los países. Estados Unidos ha conseguido vacunar con al menos una dosis a más de 150 millones de personas, lo que supone aproximadamente el 45% de su población.
En la última semana ha notificado 4.528 muertes totales, una media de 647 por día. Es seis veces menos la cantidad de muertos que se vio en la segunda semana de enero. ¿Cuándo se empezó a ver el cambio claro en la tendencia? A partir del 23 de febrero, es decir, con solo el 13% de primeras dosis administradas.
España llegó a ese porcentaje hace ya unos cuantos días, en concreto, el 6 de abril. ¿Hemos visto un descenso similar en nuestras estadísticas? Afortunadamente, sí. Según los datos del Ministerio, la pasada semana fue la que menos muertos añadió al acumulado desde el 11 de septiembre. Si tomamos como referencia los datos de las comunidades autónomas, las noticias son aún mejores: los últimos datos consolidados nos remiten directamente a agosto y se aprecia antes la clara tendencia a la baja.
Esto, en un contexto, como sucede precisamente en Reino Unido, Estados Unidos o Israel, de descenso de casos, sería comprensible… Lo realmente positivo del caso español es que este número de fallecidos viene tras el repunte en casos que vivimos desde mediados de marzo hasta la última semana de abril.
La tasa de mortalidad por caso, que llegó a estar en el 12,2% en mayo de 2020 y ya bajó del 3% durante la segunda ola de octubre-noviembre, está según el último informe ministerial en el 2,21%, algo muy llamativo teniendo en cuenta que el total acumulado cada vez es mayor y las variaciones, por tanto, han de ser necesariamente escasas.
Sabemos que la razón de este descenso en la mortalidad tiene que ver con el descenso de la incidencia en los mayores de 60 años y a su vez, este descenso de la incidencia viene provocado por el avance del proceso de vacunación masiva. A lo largo del fin de semana se han administrado 782.492 dosis nuevas, lo que deja en 6.221.476 el número de españoles con la pauta completa. Si ponemos la lupa en el grupo de edad mencionado, el 80,7% de los mayores de 60 años ya tiene algún tipo de inmunidad gracias a las vacunas mientras el 40,1% ha recibido la pauta completa.
El camino a los cero muertos diarios aún será duro, pero la meta no puede estar muy lejos. No deja de ser un objetivo que ya hemos conseguido antes: del 1 al 18 de junio, el Ministerio notificó la muerte de nueve personas por efecto de la Covid-19. Es cierto que aquellos datos no eran los más fiables del mundo pero, en fin, eran los que teníamos. Si nos vamos de nuevo a los datos de las comunidades autonómicas, según las cifras recogidas por el usuario de Twitter, @homosensatus, nos encontramos con que la mejor semana de toda la pandemia fue la del 13 al 19 de julio, con 44 notificaciones, es decir, poco más de 6 por día.
El asunto es que esa semana terminó con una incidencia acumulada de 17,64 casos por 100.000 habitantes y teníamos recientes varias semanas por debajo de 10, es decir, en torno a los 2.500-3.000 casos detectados. Pese a que los datos de este lunes son excelentes y confirman una esperada tendencia a la baja en todo el país, lo cierto es que la media diaria de los últimos siete días sigue estando en torno a los 5.500 positivos. Hay el doble de contagios ahora mismo en un solo día que los que había en toda una semana el verano pasado.
Si conseguimos controlar el esperable repunte de junio o lo paramos de raíz con medidas de contención y una cierta responsabilidad individual -lo segundo suele tener que ver con lo primero y tiene sentido que así sea-, es probable que los muertos diarios bajen a cifras insignificantes.
Para julio y agosto, la incidencia debería de estar controlada y más del 50% de la población totalmente vacunada. Es decir, pongamos que en agosto ya estemos como está Israel ahora, con su muerto o dos muertos al día. Obviamente, España tiene una población mucho mayor, pero incluso si multiplicamos por cuatro, estaríamos hablando de cuatro a ocho muertos diarios.
Mejor referencia aún sería Gran Bretaña. Al ritmo actual, lo normal es que alcancemos el 50% de la población vacunada (23,5 millones de primeras dosis) en menos de dos meses, es decir, justo a principios de julio. Si ellos han bajado a menos de 10 muertos diarios, es probable que nosotros aspiremos a cifras parecidas.
Vamos con algo de retraso, pero vamos en línea recta. El objetivo está ahí y lo importante es que esta vez se sostenga en el tiempo. Parece que viviremos un verano con pocas muertes Covid. Buena falta nos hace esta tregua.
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