Palparse el cuello al realizar una actividad habitual, como asearse o vestirse, y encontrar bultos sólidos al tacto puede ser una experiencia angustiosa para muchos. ¿Qué son, y cómo pueden afectar a la salud? La preocupación es natural, al tratarse de una zona delicada de la que dependen funciones básicas como hablar y nutrirnos, por no mencionar la más apremiante, respirar.
Lo cierto es que la aparición de bultos es relativamente frecuente, especialmente con la edad, y pueden responder a diversas causas, muchas de las cuales son benignas. Puede tratarse de quistes, del mismo modo que aparecen bajo la piel en otras partes del cuerpo, o responder a una inflamación de los ganglios que sea sintomática de una infección a tratar a nivel general.
Si los notamos en la base del cuello, es decir, en el área de la tiroides, puede que se trate de nódulos tiroideos, sólidos o llenos de líquido. "Son muy frecuentes en la población general. Afortunadamente, la inmensa mayoría de los casos son benignos, y no requieren absolutamente ningún tipo de tratamiento o cirugía. Normalmente se descubren de forma casual, al hacer alguna exploración o prueba de tipo radiológica", explica el Dr. Manuel Gargallo, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, y coordinador Unidad de Nódulo Tiroideo.
Algunos de estos nódulos, sin suponer riesgo en un primer momento, pueden crecer lo suficiente como para hacerse visibles o dificultar la respiración y/o la deglución. Para determinarlo, el especialista debe realizar un estudio para confirmar esa benignidad y descartar la posibilidad de cáncer de tiroides. En el caso del abordaje quirúrgico para extirparlo, el proceso puede prolongarse con numerosas consultas y la realización de pruebas. La espera, valora el Dr. Gargallo, conlleva para el paciente "incertidumbre, preocupación y angustia" hasta conocer su diagnóstico final.
Por eso, la Unidad que coordina en el centro madrileño está "formada por profesionales especialmente dedicados a esta patología y con gran experiencia en su manejo, que ofrece una asistencia integrada y de alta resolución". De este modo, " permite que los pacientes puedan ser derivados directamente desde Atención Primaria, sin necesidad de ninguna consulta intermedia ni exploración o ecografía previa", afirma el especialista.
Valoración integral
"En la consulta de esta unidad, un experto en patología nodular realiza la valoración integral del nódulo del paciente, que incluye no solo la historia y exploración clínica, sino también la realización de una ecografía tiroidea completa", explica Gargallo. Al finalizar la consulta, y con todos los datos recabados por el mismo especialista, tendrá una "visión global" que le permite ofrecer un diagnóstico al paciente y orientar la actitud terapéutica a seguir hasta el alta.
Así, añade, se puede confirmar "si estamos ante un nódulo absolutamente benigno sin ningún tipo de riesgo, dando por tanto el alta al paciente; si, por el contrario, es recomendable hacer alguna valoración sucesiva, caso en el que se cita una revisión posterior en la consulta de la unidad; o incluso si está indicada una punción aspiración por algún dato de sospecha, citando entonces para su realización, también dentro de la misma unidad, unos días más tarde".
En menos de una semana el paciente tiene los resultados de la punción. Si estos son benignos, se le cita para revisiones con ecografía; mientras que, si evidencian algún dato de sospecha, se le deriva directamente al Servicio de Cirugía para su intervención.
Equipo cualificado y alta tecnología
La Unidad de Nódulo Tiroideo de la Fundación Jiménez Díaz destacan la eficacia y agilidad en el abordaje de la patología nodular que se consigue con la cualificación del equipo médico,, de gran reconocimiento y proyección nacional, que coordina el Dr. Gargallo. Pero también con el equipamiento de alta tecnología con el que está dotada, entre el que destaca un ecógrafo de última generación con una sonda lineal matricial multifrecuencia (6-15 mHz) de 50mm de ancho de visión.
"Con este ecógrafo se puede realizar elastografía por ondas de corte (SWE) en los nódulos tiroideos, lo que nos permite determinar la rigidez del nódulo, tanto con mediciones cuantitativas como con un elastograma con código cromático en 2D", apunta el coordinador de la unidad, subrayando que "esta novedosa tecnología ayuda a establecer la benignidad o malignidad del nódulo".
Esta dinámica de trabajo ha hecho posible que los pacientes, con un máximo de dos consultas presenciales, tengan una evaluación completa de sus nódulos tiroideos y de cualquier problema relacionado con ellos, así como del tratamiento o la actitud terapéutica a seguir. Todo ello dentro de la misma unidad y siendo atendido por un único especialista que le atiende desde el inicio del proceso hasta el alta. "No solamente conseguimos una asistencia de gran calidad, sino también ágil, dentro de un concepto de eficiencia asistencial", concluye Gargallo.
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