El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, conocido por sus siglas ECDC, ha emitido unas recomendaciones para la donación de sangre, órganos y otros tejidos tras la vacunación contra la Covid-19. Es la primera vez que lo hace teniendo en cuenta los datos sobre reacciones adversas que han ido surgiendo conforme la vacunación se ha ido extendiendo por Europa: hasta el momento, solo disponía de los datos sacados de los ensayos clínicos de las vacunas.
Es decir, son las primeras recomendaciones europeas que tienen en cuenta los –muy infrecuentes– casos de trombos asociados a una bajada de los niveles de plaquetas, síndrome conocido como TTS. Una vez revisada la incidencia, el ECDC concluye que "es improbable que los individuos asintomáticos en fases tempranas de TTS donen sangre y plasma, sugiriendo que el riesgo de hemorragia en el lugar de la punción o trombocitopenia [bajada del número de plaquetas] postransfusión con trasferencia pasiva de anticuerpos plaquetarios es muy bajo".
Por tanto, no recomienda medidas de seguridad adicionales en la donación de sangre y plasma que estén relacionadas en evitar estos efectos adversos. En España, la espera para donar sangre tras la vacunación es de 48 horas si no se ha tenido ninguna sospecha de reacción adversa, y siete días si se ha tenido, que se extienden excepcionalmente a 14 días si la persona vacunada ha tenido fiebre.
Esto es así porque las vacunas actuales con la Covid-19 no contienen elementos vivos, es decir, o se basan en moléculas, como las de ARN mensajero, o en vectores virales que no tienen posibilidad de replicación, como las de Janssen o AstraZeneca. En el caso de que fueran de virus debilitados, debería esperarse cuatro semanas antes de la donación. No obstante, la Organización Mundial de la Salud sugirió un periodo de espera de 7 días para poder donar en las vacunas actuales contra la Covid-19.
Recomendaciones para la donación de órganos
La mayoría de los efectos secundarios reportados se basan en síntomas del tipo gripe (fiebre, dolor de cabeza, malestar general) o dolor en el sitio de aplicación, y ocurren en los siete días siguientes a la vacunación. La posibilidad de TTS incluye varios riesgos en la donación, como la hemorragia en el lugar de la punción, la transferencia de anticuerpos plaquetarios que pueda conducir a trombocitopenia en el receptor o, en el caso del trasplante de órgenos, el riesgo de transmitir linfocitos pasajeros que puedan disparar la trombocitopenia en la persona que lo recibe.
El ECDC también ha emitido, por tanto, recomendaciones específicas para la donación de órganos, células y tejidos de personas que han muerto tras ser vacunadas por la Covid-19, señalando que un control rutinario de sangre detectará la trombocitopenia. "Los individuos con bajos niveles de plaquetas no serán elegibles para la donación de órganos, células y tejidos", indica y señala que, hasta que haya más información del riesgo de transferencia de TTS por linfocitos pasajeros, "la decisión de aceptar un donante muerto vacunado con vacunas de vector viral no replicativo dos o tres semanas antes de la donación debe tomarse con precaución".
El centro europeo también resuelve que se preste especial atención a los donantes de médula que han sido vacunados recientemente, ya que el uso de factores de crecimiento para movilizar las células madre hematopoyéticas "puede causar un estado transicional hipercoagulable en algunos donantes". Por eso se recomienda un periodo de espera para la estimulación de estos componentes tras la vacunación.
Hasta la fecha, en la Unión Europea se han administrado más de 150 millones de dosis de vacunas contra la Covid-19, y se han detectado más de 350.000 casos de sospechas de reacciones adversas, la gran mayoría tienen lugar los dos primeros días después de la vacunación (y casi todas, dentro de los siete primeros) y no revisten de seriedad. Reacciones alérgicas y de anafilaxia son sumamente raras y ocurren repentinamente tras la vacunación.
El número de eventos trombóticos y tromboembólicos tras la vacunación es de 269, la mayoría fueron de carácter grave y 45 de ellos resultaron fatales. Aunque no se ha determinado su patogénesis, los análisis de laboratorio han encontrado altos niveles de anticuerpo para el factor plaquetario 4.