Cero defunciones por Covid-19. Ése es el objetivo. No ya cero defunciones por un error estadístico o un retraso en notificación, sino cero muertes reales. Hay que recordar que empezamos el año con una tercera ola que se llevaba cada día a más de quinientas personas. Este mismo año, no hace falta irse atrás a las chapuzas de 2020.
Saber exactamente cuántos fallecimientos hay en un día por una enfermedad es una tarea casi imposible a tiempo real. Sé que está bien para abrir informativos y sirve sin duda para hacerse una idea pero todo dato exige un criterio de interpretación, y para monitorizar cuánto de lejos estamos de nuestro objetivo vamos a utilizar los datos del ministerio de Sanidad.
Ahora bien, los vamos a utilizar de una manera razonable. Sabemos que no están actualizados y que los retrasos o las acumulaciones son constantes. Lo único de lo que, en rigor, podríamos fiarnos es de las muertes que ya están fechadas, es decir, que sabemos que se produjeron tal o cuál día. El problema ahí es que esto no es un videojuego. Se tarda un tiempo en completar todos los trámites burocráticos y colocar cada fallecido en el día que corresponde.
Por ello, de los catorce días con datos de defunciones recientes que da el Ministerio vamos a eliminar los últimos siete. Vamos a dar por consolidada la semana anterior a la actual en cada momento. Probablemente, algún caso quede aún por registrar, pero se entiende que son datos fiables a un 90-95%, es decir, nos sirven para ver tendencias.
Así ha evolucionado semanalmente, siguiendo este criterio, el número de muertos en España desde que alcanzamos el 100% de vacunados mayores de 80 años con al menos una dosis (25 de abril):
Como se puede ver, la bajada desde esa primera semana de referencia hasta la última es del 73,24%. Insisto en que hablamos de datos orientativos pero no definitivos, puede que alguna semana esté infrarrepresentada o al revés. De hecho, parece que en la semana del 1 al 7 de junio hay un extraño aumento de fallecidos que puede ser casual o producto de algún fallo de notificación.
En cualquier caso, está claro que el objetivo de cero muertos cada vez está más cerca. Dentro de esos últimos siete días que consideramos consolidados -del 8 al 14 de junio- vemos que hay un día (el viernes 11) en el que solo hubo siete fallecidos, muy cerca del objetivo marcado cuando empezamos con la vacunación masiva.
Los demás indicadores también nos dan buenas noticias. La incidencia acumulada a 14 días baja de 92,46 a 92,25, con Andalucía como única región por encima de los 150 casos por 100.000 habitantes y solo otras tres más -Navarra, La Rioja y País Vasco- por encima de los 100. No hay indicio de que la tendencia vaya a cambiar a corto plazo pues la incidencia a 7 días, aunque pase de 42,13 a 42,97, se mantiene bastante por debajo de la mitad de la de 14, que es como debe estar cuando todo va bien.
Solo nos puede preocupar ligeramente, sin saber si es algo circunstancial, el hecho de que esta regla no se cumpla en Canarias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Melilla, Murcia, La Rioja y Cantabria, donde ayer hubo claramente una acumulación burocrática de casos que disparó las incidencias.
De todos modos, la incidencia ahora mismo nos da una imagen algo imprecisa de la realidad, pues la mayoría de casos se dan entre gente joven que no presenta síntomas o estos son muy leves. Es mucho mejor centrarse en el número de ingresos hospitalarios y el total de hospitalizados.
Si la semana pasada -de lunes a viernes- se contabilizaron 1.600 nuevos ingresos en todo el país, la mejor cifra de la serie histórica que empieza el 20 de agosto, en los dos días de la nueva semana, se han notificado 529, es decir, vamos en progresión de bajar aún más el número de nuevas hospitalizaciones.
Esto produce a su vez, como es lógico y se puede apreciar en el cuadro superior, un desplome del número de hospitalizados, que queda en 2.691, de los cuales 728 están en la UCI. Recordemos que la semana pasada eran 3.251 y 899 respectivamente.
Sin duda, la situación en España es envidiable, lo que no quiere decir que haya que obviar la expansión de la variante Delta o “cepa india”. Fernando Simón cifró el pasado lunes en un 1%, pero al reconocer un retraso de dos o tres semanas y teniendo en cuenta la alta transmisibilidad de esta mutación, probablemente supere ya ampliamente el 5%.
Eso implica que en unas tres o cuatro semanas, siguiendo el ejemplo de Reino Unido y con los cálculos de Francesc Pujol en la mano, sea no solo predominante sino casi exclusiva en España como lo es en Gran Bretaña ahora mismo.
Y es que la evolución de Reino Unido sigue preocupando. No es alarmismo, no es tremendismo, es preocupación. Cuando la llamada “variante británica” se desató en las islas, España y Portugal fueron de los primeros países continentales en sufrir sus efectos y los que peor lo pasaron.
Hay una conexión entre países que nos hace ser prudentes, sobre todo teniendo en cuenta que Portugal también está sufriendo un aumento de casos que le ha hecho doblar la incidencia de contagios en tres semanas. Pensar que eso puede suceder en España no es un disparate ni son ganas de fastidiar, de hecho, diríamos que es lo más probable.
Por eso mismo, es importante tener todos los datos en la mano para ver cómo está afectando este rebrote en Reino Unido. Sabemos que los casos se han cuadruplicado en las últimas cuatro semanas, lo cual es una barbaridad… aunque también es cierto que partían de una base muy baja, lo cual hace cualquier incremento porcentual más llamativo.
¿Se traslada eso a ingresos hospitalarios? Desgraciadamente, sí, aunque no de la misma manera, por supuesto. Según los datos que da la NHS inglesa y que solo afectan a Inglaterra -no hay datos colectivos de hospitalización-, la última semana de mayo se produjeron 605 nuevos ingresos en hospitales, mientras que en los últimos siete días consolidados (14-20 junio) han sido 1.286, es decir, más del doble en tres semanas.
¿Cuál es la buena noticia? Bueno, de entrada, siguen siendo menos ingresos de los que vemos en España, probablemente producto de que la vacunación va más avanzada allí y que, aunque es cierto que puede haber algunos problemas de resistencia sobre todo en aquellos que solo se han puesto una dosis, la protección ante la cepa india sigue siendo altísima, como prueba el hecho de que apenas haya aumentado el número de muertes en Reino Unido.
Lleva semanas estancado en una media que ronda las once diarias, aunque es cierto que llegamos a estar en seis semanales. Es de suponer que en España pasará algo parecido: bajaremos hasta casi el nivel de cero muertes y quizá entonces suframos un pequeño repunte en absoluto comparable a lo que hemos visto con anterioridad. No hay motivos ahora mismo para pensar en un escenario peor, tampoco, como ya sabemos, para caer en la complacencia.