Desde que hizo su aparición, a finales de abril, no ha dejado de acaparar titulares. La variante Delta, que se originó en la India, generó alarmas desde el primer momento, impulsada por el espectacular aumento de casos que se vivió en dicho país, pero también en Reino Unido y Portugal.
En nuestro país, su presencia no ha dejado de aumentar, y la última información del Ministerio de Sanidad indica que el 43% de las muestras secuenciadas a principios de julio ya pertenecían a esta cepa. Su penetración es muy distinta según la comunidad, oscilando entre el 19,7% y el 85,7%.
Todo parece concluir que la Delta, cuya nomenclatura técnica es B.1.617.2, acabará imponiéndose en España y sustituirá a la variante Alfa o B.1.1.7, la predominante en los últimos meses. En cambio, las otras dos cepas consideradas de mayor impacto, Beta (sudafricana) y Gamma (brasileña), tienen una presencia mucho menor de lo que se podía haber esperado. La segunda de ellas, de hecho, ha comenzado a reducir su incidencia pese a que tiene más presencia en Europa, especialmente Italia, mientras que la Beta ha aumentado ligeramente y mantiene una fuerte presencia en Castilla y León.
Estas cuatro variantes, las más preocupantes en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, son probablemente más contagiosas que la original y han generado preocupación por la posibilidad de que escapen a las vacunas de la Covid-19, pues estas se desarrollaron a partir de una distinta.
Con todo, los sueros aprobados han mostrado su fortaleza. Alfa no parece escapar a la inmunidad que generan, y Delta solo lo hace cuando el individuo se ha inoculado una única dosis. Beta y Gamma, en cambio, han ofrecido muchas más dudas en este sentido. En Sudáfrica se llegó a suspender la vacunación con AstraZeneca por su baja eficacia en la cepa local, y Chile, a pesar de una alta tasa de vacunación que sorprendió al mundo en primavera, vivió un infierno de nuevos casos impulsado, probablemente, por la fuerte presencia de la variante brasileña.
Cómo se expande una variante
El temor que generaron estas dos variantes, que se han extendido por Sudamérica y por el cono sur de África, parece haberse disipado en la Península Ibérica. Esto se debe en parte a las conexiones con otros países. Sin ir más lejos, Portugal y Reino Unido son el primer y el tercer país en casos importados en las últimas cuatro semanas. Y están copados por la variante Delta. No obstante, también se ha detectado un buen número de casos procedentes de ciudadanos mexicanos y colombianos, países donde Gamma, si bien no es mayoritaria, cuenta con una presencia mayor que en España.
Según Álvaro Torres Lana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, hay tres factores que influyen en la expansión de una variante: primero, "la capacidad de rastreo, aislar precozmente el caso e identificar también precozmente a sus contactos y establecer cuarentenas".
Segundo, "el establecimiento y cumplimiento de las medidas no farmacológicas", como pueden ser la ventilación en interiores, el mantenimiento de la distancia social, el uso de mascarillas y la higiene de manos. Y, por último, la cobertura vacunal. "Hay factores que dependen del sistema sanitario, otros que dependen de la propia sociedad y otros factores que dependen del propio virus y de su capacidad de difusión.
Torres Lana no duda de que la variante Delta se imponga en nuestro país en breve, tal y como predijo –para todo el continente– el Centro Europeo para el Control de Enfermedades. "Incluso en territorios aislados, como islas pequeñas, acaba entrando a través de viajeros procedentes de algún territorio con mayor impregnación o bien porque los isleños viajan a esos lugares".
Estos factores, en principio, no implicarían una ventaja de la variante Delta sobre el resto. Sin embargo, hay algo más que ayuda a comprender la evolución de las diferentes familias del SARS-CoV-2 en nuestro país.
"Los datos procedentes del Reino Unido muestran una mayor capacidad de difusión", afirma el preventivista. "La tasa de ataque secundario de la variante Alfa es del 8% y de la Delta el 11,4%, casi un 40% superior".
Según el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, esta tasa expresa el número de casos de una enfermedad que aparecen dentro del periodo de incubación entre los contactos susceptibles. Esto es, que de un evento particular, como puede ser una boda, salgan un número concreto de casos dentro del plazo de incubación del virus, que ahora está establecido en un máximo de 12 días para el 95% de los casos de Covid.
Esta tasa varía según el tipo y duración de la exposición, el ambiente cerrado o abierto, las relaciones entre las personas y sus conctactos, la cantidad de virus viable en condiciones de ser transmitido mediante secreciones respiratorias, la ausencia de medidas de prevención, etc.
'Tormenta perfecta' de contagios
"Por experiencia", continúa Torres Lana, "estamos asistiendo a una tasa de ataque secundario ligeramente mayor e incluso más rápida entre los contactos estrechos, sobre todo en ámbito cerrados: campamentos, gimnasios, centros de menores y de mayores". Y sentencia: "Beta no tenía esa capacidad y tampoco Gamma. Los brotes que he trabajado con estas variantes solían tener un inicio con un vínculo del extranjero y han acabado por cerrarse sin dar lugar a grandes líneas de difusión locales".
La casualidad ha hecho que una variante que se expande fácilmente en eventos sociales haya coincidido en el tiempo con el fin del curso escolar, los viajes organizados de estudiantes y una mayor socialización que acompaña al buen tiempo. El resultado ha sido una 'tormenta perfecta' de contagios.
Los números del coronavirus siguen confundiéndonos. Los datos más actualizados del Ministerio de Sanidad indican que la tasa de ataque secundario del SARS-CoV-2, sin especificar a qué tipo de variante pertenece, puede oscilar entre el 0,7% y el 75%. Otros indicadores, como los números básicos y efectivos de reproducción (las personas que se contagian a partir de un caso y las personas que se han contagiado a partir de todos los casos observados) ofrecen unos rangos de variación similares, que permiten llegar a pocas conclusiones.
La realidad nos dice, en cambio, que la variante Delta está ahí fuera, que la incidencia acumulada sigue creciendo y que, si nos descuidamos, esta quinta ola será mucho menos benigna de lo que la cobertura vacunal nos invita a pensar.
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