El parto de pesadilla de Lorena: una sentencia "ejemplar" por negligencia tras la parálisis de su hijo
El Servicio Extremeño de Salud ha sido obligado a pagar una indemnización de casi un millón de euros por el manejo inadecuado de un parto.
8 agosto, 2021 00:34Noticias relacionadas
Lorena se puso de parto un 22 de mayo de 2017, pero su embarazo no terminó tal y como ella esperaba: su hijo padeció una parálisis cerebral que, todavía hoy, le impide sostenerse de pie y comer por sí mismo. Ahora, tras demostrarse que el manejo de este parto no se realizó conforme a la evidencia científica actual y que hubo signos evidentes de que el bebé sufrió durante el proceso, el Servicio Extremeño de Salud (SES) indemnizará a Lorena y a su hijo con más de 970.000 euros.
"Esta sentencia ha sido ejemplar", explica Francisca Fernández Guillén, abogada especializada en negligencias médicas y representante de la madre. "Considero que es una llamada de atención para que quien tenga que tomar medidas, las tome. La atención al parto en el SES es un fracaso, en mi opinión. Existen más demandas contra el servicio de mujeres que han sufrido daños durante el parto, pero este caso ha sido la guinda de un largo proceso".
El parto fue atendido en el Hospital de Llerena-Zafra, en Badajoz, y poco tiempo después de que la madre ingresara en el Servicio de Urgencias ya existían indicios de pérdida de bienestar en el bebé: tanto el líquido amniótico meconial como el registro cardiotocográfico eran patológicos. Durante las horas siguientes la frecuencia cardíaca del bebé fue empeorando hasta que desembocó en un descenso severo y sostenido.
Una negligencia grave
"En estas condiciones de sospecha clara y evidente de sufrimiento fetal lo que estaría indicado es hacer un pH fetal, que es una prueba que sirve para saber si realmente es necesario finalizar la gestación con cesárea urgente o si se puede esperar. En el caso de no haber material para realizar este pH y ante estos hallazgos de sufrimiento en el bebé debe ser finalizada urgentemente la gestación mediante cesárea", explica una especialista con conocimiento del caso.
Sin embargo, esto no fue lo que sucedió y se produjo una mala praxis. "La inspección reconoció que hubo problemas de organización: además de no aplicarse el protocolo, se fue la luz, no funcionaba el interfono y no conseguían localizar al cirujano", cuenta Fernández Guillén. En ese momento es cuando llega una profesional de Ginecología y se decide hacer un parto instrumental con ventosa que "según el informe, se realiza de forma contundente y reiterada, por lo que el bebé presentó un cefalohematoma parietooccipital —la zona media y posterior de la cabeza—", explica la especialista médica.
Cuando por fin se decide realizar una cesárea de urgencia, ya era tarde: el niño había pasado demasiado tiempo sin oxígeno. Ese mismo día ingresan al recién nacido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Neonatos del Hospital Materno Infantil de Badajoz donde se registra que el bebé padeció una asfixia severa al nacer, una hemorragia subdural y otra subaracnoidea y un traumatismo en la vejiga y la uretra. A lo largo del primer año fueron manifestándose los indicios de parálisis cerebral.
"Es un niño precioso que tiene una discapacidad muy elevada y que debe comer a través de un botón gástrico, un accesorio para que le llegue la comida directamente al estómago porque no puede deglutir", resume Fernández Guillén. La abogada celebra que el juzgado encargado del caso reconociera todas sus peticiones y la indemnización final, que "más las costas hace que la suma se acerque al millón de euros". Pero, además, explica que, aunque ha habido que demandar, "el servicio ha dicho que no va a recurrir la sentencia, que aceptan el error".
Lorena cuenta a EL ESPAÑOL que para ella el dinero de la indemnización es lo de menos: "Hubiera preferido que no me dieran ningún dinero y que mi hijo estuviera sano. Espero que mi caso anime a otras mujeres que también han sufrido a denunciar porque la ginecóloga responsable sigue trabajando en el hospital y haciendo daño". La madre destaca que durante el embarazo fue atendida en el mismo hospital por otro personal de manera satisfactoria y pide que se tomen medidas contra los responsables de la negligencia que ha cambiado su vida para siempre.
El parto en España
Aunque el caso de Lorena y su hijo es uno de los más graves, Francisca Fernández Guillén reconoce que trabaja en más casos contra el SES por motivos de atención perinatal. Ciertas tasas con respecto a la atención en el parto de este servicio preocupan por ir en contra de las recomendaciones de las instituciones internacionales de salud. Una de ellas es que Extremadura es una de las autonomías que más cesáreas practica: mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no supongan más del 10% o el 15% de los partos, en el año 2020 constituyeron el 30,5% en la comunidad autónoma.
"Las altas tasas de cesáreas en Extremadura y los datos negativos en la calidad demuestran que muchas de estas intervenciones son innecesarias y subrayan un fracaso en la atención perinatal", destaca la abogada. La tasa de cesáreas en toda España es algo menor, pero tampoco cumple con las recomendaciones de la OMS: según los últimos datos, el 21,8% de los partos atendidos en el Sistema Nacional de Salud (SNS) se produjeron por cesárea. Es decir, siete puntos por encima del porcentaje recomendado por la OMS.
De hecho, Fernández Guillén también ha llevado un caso contra el SES por el desgarro vaginal de una clienta fruto de una episiotomía, que consiste en hacer una incisión en el tejido entre la vagina y el ano para facilitar la salida del bebé. "La evidencia científica lleva unos cuarenta años diciendo que no se deben hacer porque no tienen los beneficios que se les atribuía y sí muchos perjuicios. Sin embargo, se hacen a mansalva por rutina aunque es una práctica superada". La experta denuncia que, además, en muchas ocasiones se mantiene a la mujer en la ignorancia de lo que está pasando, no son advertidas de los riesgos y no tienen poder de decisión.
Cambios necesarios
En estos casos que van más allá de la mala praxis, se habla de violencia obstétrica. Un concepto que el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom) ha rechazado porque, según expone, "no se ajusta a la realidad de la asistencia al embarazo, parto y posparto en nuestro país y criminaliza las actuaciones de profesionales que trabajan bajo los principios del rigor científico y la ética médica". Sin embargo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó a España el año pasado a indemnizar a otra cliente de Fernández Guillén por violencia obstétrica al ser sometida a procedimientos innecesarios y sin consentimiento.
Tras la resolución de este caso, la ONU aprovechó para pedir a España que ofreciera formación a sanitarios y a jueces y que visibilizara este tipo de violencia a través de estudios y políticas públicas, tal y como recogía El País. "Sobre este tema no se habla, sólo nos cuentan películas de que ahora las mujeres tienen mucha suerte y que los partos están muy bien porque tenemos epidural y antes morían muchas mujeres. España está a la vanguardia en otras especialidades médicas, como la Cardiología. Sin embargo, en Ginecología Obstetricia hay que cambiar muchas cosas", sentencia la abogada.
En este sentido, la experta recuerda que el Ministerio de Sanidad realizó en el año 2008 la Estrategia de Atención al parto normal que, según Fernández Guillén "es muy buena, pero nunca ha llegado a implementarse".