La desinformación de principios del siglo XX atribuyó a España el origen de la última pandemia mundial de gripe que causó más de 40 millones de muertes. La prensa española era la que informaba de las víctimas y, a ojos del mundo, el país era todo un hervidero de virus, infectados y fallecimientos. Ahora, China, un siglo después, apunta con el dedo a países como España y el fantasma de la mal llamada gripe española vuelve a aparecer. Pero esta vez, bajo el nombre de Covid-19.
Las primeras informaciones sobre la pandemia situaron el posible origen del virus en la ciudad china de Wuhan. El doctor Li Wenliang se encontraba trabajando en un hospital cuando decidió alertar a sus compañeros: un extraño brote estaba causando multitud de ingresos. Todos los pacientes tenían síntomas similares al SARS, un virus que causó una epidemia en 2003 y llegó a acabar con la vida de casi 800 personas. Era 30 de diciembre de 2019, y muchos aún no conocíamos la magnitud de lo que se avecinaba. Pronto, Wuhan se acabaría convirtiendo en el epicentro de la pandemia.
La ciencia trataba de buscar respuestas a un ritmo acelerado mientras el coronavirus ganaba terreno. En medio de la incertidumbre y el miedo, comenzaban a llegar noticias de que los primeros afectados por el patógeno parecían estar vinculados al mercado de Huanan (Wuhan). El mismo que el pasado enero un grupo internacional de científicos visitó para tratar de buscar respuestas sobre el verdadero origen del virus que ha cambiado la vida a más de medio mundo.
Esta misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejaba grandes incógnitas un año después del inicio de la pandemia. Vacíos que China ha tratado de llenar con declaraciones como las de este viernes, en las que avisa de que el país está volcado en una investigación para tratar de averiguar cuál es el país cero del Sars-Cov-2. Inciden en que los primeros brotes de Covid-19 se pudieron haber producido en otros países, entre ellos España, Italia y Francia, y lo hace después de que Estados Unidos aireara la teoría de que el virus podría haber surgido del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, y no del mercado asiático de comida como se pensaba en un principio.
Una hipótesis que no cuadra del todo con las conclusiones del informe de la OMS tras su visita a Wuhan entre enero y febrero de este año. En él participó un equipo de científicos formado por 17 expertos chinos, 17 de otros diez países -entre ellos Alemania,Estados Unidos o Rusia-, así como de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la OMS. Los resultados no aclararon la gran pregunta (dónde se originó el coronavirus), pero apuntaron a la idea de que la Covid-19 surgiera de un accidente en un laboratorio como la menos probable.
Como recoge Efe, Ma Zhaxou, el viceministro de Exteriores chino, acusó abiertamente a Estados Unidos en rueda de prensa virtual de "anteponer sus intereses políticos a la ciencia". Además, a pesar de del descontento del director general de la OMS, Tedros Adhanom, por la poca transparencia y cooperación china en la misión internacional, Zhaxou pidió respetar las conclusiones del informe y aseguró buscar explicaciones fuera de sus fronteras, empezando por aquellos países en los que "residan murciélagos de herradura y pangolines". De esta manera, China vuelve a recuperar la teoría de que el virus pudo llegar al mercado de Huanan "a través de la cadena de frío de los alimentos congelados".
La sombra de la 'gripe española'
Tres meses después de que Joe Biden, diera 90 días a los servicios de Inteligencia de su país para que elaboraran un informe sobre el origen de la pandemia, la prensa oficialista china marca terreno y coloca en la diana a países como España. Asegura que este país, además de otros como Francia o Italia, pudieron albergar al paciente cero de la Covid-19.
Lo cierto es que no es la primera vez que la prensa juega un papel fundamental en una pandemia. Los ecos de la mal llamada gripe española vuelven a resonar. Fue la última gran enfermedad que sumió al mundo en la desesperación y que se cobró la vida de millones de personas entre 1918 y 1919. Pero su nombre poco tiene que ver con su origen.
Aquellos años, la mayoría de países del continente europeo se encontraban, de una u otra forma, en guerra y la censura era una de las armas de las que disponían para tratar de controlar las informaciones bélicas que se publicaban en los periódicos. Mientras, la fiebre española se cobraba miles de vidas en Europa de las que no se informaba. No podían permitir que las bajas que estaba provocando el virus desplomase la moral de sus combatientes, así que tomaron la estrategia de "lo que no se cuenta, no existe".
A su vez, las negativas consecuencias del Desastre de Annual, la guerra en la que España fue incapaz de imponerse a las tribus rifeñas en el norte de África, alejó al país de las alianzas que se forjaron años más tarde en Europa. La pésima situación en la que se encontraba España no le convertía en un apoyo valioso con el que contar en un conflicto bélico a gran escala, pero sí se erigió después en el adalid informativo europeo cuando la gripe comenzó a sumar muertes al reguero de destrucción que ya acumulaba el continente.
La prensa española era la que informaba de la mayoría de víctimas. Hasta 300.000 muertes por gripe se contabilizaron en una España que rondaba las 20 millones de personas y millones de infectados. Entre ellos, el propio rey Alfonso XIII, que acabó recuperándose. Cifras escalofriantes que, a ojos del mundo, adquirieron apellido español.
No obstante, la realidad fue bien distinta. Entre las hipótesis que cobran más fuerza se encuentra la de un cocinero de una instalación militar de Fort Riley, en el estado de Kansas (EEUU). Un lugar donde se encontraba entrenando una tropa de combatientes que posteriormente embarcó hacia Europa para luchar en el bando de los aliados durante la Gran Guerra. Se cree que, una vez en el Viejo Continente, con ellos desembarcó otro incómodo tripulante: el virus de la gripe.
Hoy, la pandemia del coronavirus sigue planteando incógnitas sobre su paciente cero. Pero lo que está claro es que solo la ciencia y las sucesivas investigaciones de expertos podrán llegar a dilucidar dónde se originó el Sars-Cov-2, cuándo y cómo. Respuestas que una vez que se obtengan -si se consigue-, permitirán al mundo protegerse y prepararse ante futuros escenarios de pandemia que pongan en riesgo la salud pública global.