Que el pasado invierno fue una excepción y este no va a ser igual ya lo estamos comprobando. Pasado un mes del comienzo de la temporada de gripe, la red de centros centinela de atención primaria han detectado 214 casos semanales de infecciones respiratorias por cada 100.000 habitantes. De ellos, cada vez menos son de Covid.
"Hoy he visto un [caso de Covid], pero la semana pasada no vi ninguno y la anterior solo uno", comenta a EL ESPAÑOL Aurora García Lerín, que dirige uno de esos centros de salud centinela en Madrid. "Se ve mucho Covid pero menos que antes".
Todas las semanas, su centro envía muestras de las PCR realizadas al hospital de forma protocolaria, que realiza una batería de tests diagnósticos de diversos virus respiratorios. "Ahí aparecen como unos cinco o seis virus diferentes".
Los organismos de vigilancia de enfermedades a nivel europeo y estadounidense (ECDC y CDC, respectivamente), ya avisaron en los últimos meses que era más que probable que este otoño-invierno regresara la gripe, el virus respiratorio sincitial y otros (rinovirus, coronavirus no SARS-CoV-2) que habían estado ausentes la temporada pasada, 'copada' por este omnipresente invitado.
De las muestras analizadas en la última semana por la red de vigilancia epidemiológica de la gripe, solo una de cada cuatro se corresponden al ya-no-tan-nuevo coronavirus. En el último mes, algo menos de un tercio de las muestras recogidas le pertenecen.
Mismos síntomas, distinta infección
La estrategia de detección precoz, vigilancia y control de la Covid-19 establece que se hará un test Covid a toda persona sospechosa de infección, esto es, "cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire".
En la práctica, esto supone que, en un periodo de incidencia reducida como el actual, la mayoría de tests saldrá negativo. De hecho, en la semana del 20 de septiembre se dio el porcentaje más bajo de positividad (la relación entre resultados positivos y el total de tests Covid realizados) en los últimos 15 meses (poco más del 2%), si bien ha ido creciendo poco a poco desde entonces.
Esa necesidad de hacer tests a todos aquellos que lleguen a consulta con síntomas respiratorios ha sido criticada por algunos médicos de atención primaria, que temen un nuevo colapso en los centros de salud por el aluvión de personas que vendrán con síntomas respiratorios y no serán Covid ya que se perderá mucho tiempo en testar simples catarros en gente sin factores de riesgo.
Porque, hoy por hoy, resulta imposible diferenciar a ojo de buen cubero la Covid de otras infecciones respiratorias. Los síntomas más frecuentes de la enfermedad son la fiebre, los escalofríos, la tos persistente, la pérdida de apetito y la mialgia o dolor muscular. Otras sintomatologías cuya presencia varía de una a otra infección (estornudos, falta de olfato, etc.) permiten discernir qué tipo de virus es, pero no descartar opciones.
"Síntomas exclusivos de una infección respiratoria son difícil de establecer", comenta Juan Antonio Sanz Salanova, médico preventivista del Hospital de Laredo (Cantabria) y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria.
"Hay síntomas que nos ponen en alerta: fiebre alta, tos seca, dificultad respiratoria… Otros síntomas, como la falta de gusto o de olfato, se han hecho típicos y no son comunes a la gripe o el virus respiratorio sincitial". Al mismo tiempo, un catarro con rinorrea, estornudos, sin tos ni fiebre "puede orientar a un proceso catarral" no Covid.
En su hospital están realizando pruebas diagnósticas que permiten establecer qué tipo de virus tiene toda persona que acude a urgencias con un cuadro sintomático de infección respiratoria, sin discernir si puede ser más indicativo de una gripe, una Covid o un simple resfriado.
"Estos tests requieren técnicas de laboratorio, no es fácil hacerlos en primaria", señala, y apunta que este año se está viendo circular otros tipos de virus: "Al retirarse el SARS-CoV-2, ese vacío epidemiológico lo vuelven a ocupar los viejos inquilinos", achacando la reducción en la positividad de los tests "no tanto por los virus que están viniendo como porque la Covid ha cesado de circular".
Qué hacer si tengo síntomas
José María Molero, portavoz de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), explica que tanto la Covid como la gripe son enfermedades de las vías respiratorias bajas y que se caracterizan por la fiebre o escalofríos, malestar general o tos. Las alteraciones de olfato y gusto hacen que "sumando todos ellos van aumentando la probabilidad de que sea Covid".
En cambio, el resto de virus respiratorios suelen producir una infección respiratoria alta. "Es el típico virus catarral por congestión nasal, estornudos, un poquito de dolor de cabeza, algunas décimas de fiebre… Es raro que haya mucha fiebre o malestar general en estos". El dolor de garganta es más típico de estas, pero también puede presentarse en Covid.
Diferenciar Covid y gripe es un reto mayor. "Lo que las diferencia es su evolución: tienden a la curación espontánea pero, cuando se complican en neumonía, sus características radiológicas son diferentes, pero no en la clínica".
Molero, García Lerín y Sanz Salanova coinciden que, ante la aparición de síntomas de infección respiratoria, lo que tiene que hacer cualquier persona es llamar a su centro de salud. "Si podemos cribarlo telefónicamente, se hará; si no, le daremos una cita para que acuda a consulta", indica García Lerín. Mientras tanto, que tome medidas de precaución como llevar mascarilla "siempre, incluso en exteriores", ventilar la casa, etc. "No se puede hacer como antes, que se les recomendaba quedarse en casa simplemente, tienen que avisar llamando al centro de salud".
Una vez en el centro, la médica de familia indica que, pese a lo establecido por la estrategia de detección precoz, el facultativo es libre para decidir hacer la prueba o no, pero que la hacen en todos los casos para evitar que se les pase cualquier infección de coronavirus, "aunque tengas claro que puede ser una infección banal".
Molero explica que "aunque parezca que puede ser un catarro y probablemente lo sea, estamos en una fase en la que hay que detectar los posibles casos cuya sintomatología no se diferencia de lo que puede ser un resfriado normal".
Esta nueva fase es de "vigilancia", por lo que, aunque la mayoría de casos que lleguen no sean Covid, es importante tener controlados a los que siguen surgiendo. Además, hay que tener en cuenta que las vacunas reducen la transmisión pero no la cortan "y hay un 5% de vacunados que puede desarrollar enfermedad grave", si bien, en general, la sintomatología Covid que están viendo ahora es más leve.
En cambio, otros facultativos creen que se puede cribar más a las personas a las que hacer el test, como Isabel Jimeno, coordinadora del grupo de trabajo de vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). "No vale solo con que le duela la garganta un poco; a esos tienes que hacerles una valoración clínica y decidir".
De la misma forma, aunque no se le realice el test se le aconseja seguir las medidas de prevención habituales. Igualmente, dependerá "de la situación epidemiológica y personal, no puedes tener a todo el mundo encerrado en casa durante 10 días". Si el invierno siempre implica un esfuerzo doble en los servicios de atención primaria, hay que saberlo combinar con el reto de la convivencia de varias infecciones.
¿Temen los médicos que la primaria colapse este invierno por el esfuerzo realizado en realizar tests a todo aquel que viene con tos, congestión o dolor de cabeza? Nadie lo duda, pero "va a ser con o sin avalancha de infecciones respiratorias, porque siempre estamos bajo mínimos", comenta de manera fatalista Aurora García Lerín.
"Tenemos que reorganizarnos y la gente debe entender que las cosas van a ir más lentas. El colapso va a llegar con gripe o sin gripe, vamos a ir más lentos este invierno y tenemos que entenderlo". Ya están ustedes avisados.