En el verano parecía más bien un capricho de las farmacéuticas. En el otoño, tras la quinta ola, se aceptó que las personas mayores se verían beneficiadas por una dosis de refuerzo. En la recta final del año y por obra y gracia de ómicron, evidencia científica, instituciones y opinión pública parecen inclinarse hacia lo inevitable: todos acabaremos recibiendo una tercera dosis de las vacunas Covid.
Los primeros estudios sobre el efecto de las vacunas actuales frente a la nueva cepa –que, según la OMS, ya está presente en la mayoría de países del mundo– mostraron un notable escape inmunitario. De hecho, los primeros individuos contagiados reportados en los países europeos eran, por lo general, personas vacunadas, que pasaron la enfermedad de forma leve.
Ante esta realidad, las grandes agencias de salud pública se han mostrado más proclives a llevar esta dosis de refuerzo a toda la población. Así, ya a finales de noviembre, la directora del Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) señaló la necesidad de que todos los mayores de 40 años fueron inoculados a los seis meses de recibir la segunda dosis. Y el Ministerio de Sanidad español, tal y como contó en noviembre este periódico, recogió el guante al anunciar que inocularía una dosis adicional de la vacuna a toda la población en 2022.
En Reino Unido se ha abierto la cita para que las personas mayores de 30 años reciban su dosis de refuerzo, y en Estados Unidos los CDC (el equivalente norteamericano al ECDC) indican que los mayores de 18 deben recibir la tercera inyección, que acaba de abrirse también a personas de 16 y 17 años.
En España solo los mayores de 60 años la están recibiendo, aparte de las personas inmunosuprimidas, que, stricto sensu, no la tienen como un refuerzo sino como parte de una pauta ampliada ya que no logran llegar a unos niveles de anticuerpos significativos con solo dos dosis. Trabajadores sanitarios y sociosanitarios también pueden inocularse una vacuna adicional.
Con todo, ya hay comunidades, como Galicia, que han anunciado que los individuos entre 50 y 59 años también la recibirán. La Ponencia de Vacunas, el órgano asesor de la Comisión de Salud Pública, estudia este miércoles ampliar el refuerzo a los mayores de 40 años. Los expertos consideran que tarde o temprano todos los adultos tendrán que recibirla y apremian a las administraciones a adelantar todo lo posible las inyecciones.
"Es necesario un booster para aumentar los anticuerpos neutralizantes", sentencia José Tuells, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública y director de la cátedra Balmis de Vacunología de la Universidad de Alicante.
Puntualiza: "No tiene que ver con la variante ómicron sino con el decaimiento de los anticuerpos con el paso del tiempo. Los estudios demuestran que los anticuerpos neutralizantes decaen pasados ocho o diez meses de la segunda dosis y es necesaria una tercera".
Tuells considera necesario finalizar la vacunación de refuerzo en los mayores de 60 años antes de navidades, si hace falta, priorizando sobre otros grupos como los niños y niñas entre 5 y 11 años, que recibirán su primera dosis a partir de este miércoles. "El impacto epidemiológico será menor si se vacunan antes los mayores".
Más contenido se muestra José Luis Barranco, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria, que reconoce que "con el tema de ómicron hay una incertidumbre importante".
Más allá de la evidencia de escape vacunal que ha comenzado a tomar forma, recuerda que la protección frente a la Covid no la ofrecen solamente los anticuerpos, "si bien, lógicamente, un alto nivel de los mismos me va a poder decir que tengo cierto poder de protección frente a ómicron".
También se muestra favorable a extender el refuerzo a todos los adultos el epidemiólogo Joan Caylá, que ve razonable la estrategia seguida en España de ir vacunando a los mayores e ir ampliando, según la edad. "La recomendación ahora es vacunar a los niños e ir bajando los grupos de edad, tenemos que atacar ambos frentes simultáneamente".
Tercera dosis frente a ómicron
Las investigaciones que revelan el efecto de la tercera dosis en la variante ómicron comienzan a salir. Esta semana han sido publicadas dos –previamente a su revisión por expertos independientes– que muestran, en laboratorio, la capacidad para multiplicar los niveles de anticuerpos que tiene el booster y, si bien el efecto es menor en ómicron que en delta, es suficiente para plantear la necesidad de un refuerzo en cualquier edad.
El primero de ellos, realizado por investigadores australianos, ha evaluado muestras serológicas de varias personas tras uno, tres y seis meses después de recibir la segunda dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, así como un mes después del refuerzo con la misma vacuna.
Los resultados son claros: mientras que dos dosis no son suficientes para levantar el número de anticuerpos en el caso de ómicron, el refuerzo lo consigue de forma notable, aunque no a los mismos niveles que frente a la variante original y la delta. No obstante, la reducción, señalan los autores, no es estadísticamente significativa.
El segundo trabajo, realizado por técnicos del Ministerio de Sanidad de Israel (donde la vacunación de refuerzo está más adelantada), revela que la eficiencia en la neutralización del virus frente a la variante original y la delta se reduce a los cinco meses, mientras que frente a ómicron es cero, pero tras el refuerzo esta actividad neutralizante aumenta de forma más que notable y, si bien no alcanza el nivel de delta, sí llega al de la variante beta, que fue predominante en Sudáfrica en la primera parte del año.
Los expertos consultados por EL ESPAÑOL recuerdan la necesidad de no dejar atrás a los países con bajas coberturas vacunales, pues en ellos es donde la probabilidad de aparición de variantes que propicien el escape vacunal, como ómicron, es mayor.
"En ningún caso debemos quitar las primeras y segundas dosis a los países que estén lejos de completar su primovacunación", comenta José Luis Barranco. Caylá recuerda que África, continente donde el nivel de inmunización es menor, está cerca y que hasta los países del norte tienen una cobertura bastante por debajo de las europeas.
El preventivista también señala que estamos lejos de poder afirmar con rotundidad que ómicron se va a imponer a delta en Europa y en España, aunque el aumento de casos en países como Reino Unido y Dinamarca haga prever esa tendencia. "Si es más transmisible que delta y comienza a transmitirse de forma comunitaria y aprovechando las fechas en las que estamos, acabará ocurriendo".