Parece mentira que hace poco más de dos meses España estuviera en riesgo bajo de Covid-19 y el principal temor fuera una gripe especialmente fuerte o la posible pérdida de inmunidad frente a los virus respiratorios habituales. El SARS-CoV-2 avisó, primero con pequeños pasitos, más tarde con saltos de atleta: estaba tocado pero no hundido.
El 46% de los españoles piden más restricciones, según el barómetro del CIS. Sin embargo, Pedro Sánchez hizo una comparecencia extraordinaria este domingo sin anunciar ningún tipo de nueva medida, relegando cualquier decisión a la conferencia de presidentes de este miércoles.
Los pasos dados hasta ahora por las administraciones ante el aumento de los contagios -salvando las medidas anunciadas este lunes por la tarde por Cataluña- son tímidos y, según los especialistas en salud pública, claramente insuficientes. "Probablemente, ya llegamos tarde", comenta Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, Sespas.
"En algunos territorios sí estamos actuando tarde ya, más con una nueva variante que puede impactar en la presión asistencial" y que, de hecho, ya lo está haciendo en atención primaria, con centros de salud colapsados, "lo que perjudica el control de la pandemia".
Sespas ha emitido un posicionamiento este lunes en que pide, entre otras cosas, algo tan sencillo como que medidas ya conocidas se apliquen en los niveles de riesgo más altos: reducción de aforos, cierre de interiores, límites al ocio nocturno… Medidas que han demostrado efectividad pero que, hasta el momento, nadie se ha atrevido a retomar.
Los datos reportados por el Ministerio de Sanidad este lunes han sido un baño de agua fría para los pocos que todavía piensan que las navidades se pueden salvar. La incidencia acumulada ha crecido 100 puntos durante el fin de semana, con Navarra y País Vasco por encima de 1.000, y Aragón y La Rioja a punto de alcanzar la simbólica cifra. Solo Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura se mantienen por debajo de 500, el límite para pasar al riesgo muy alto. La franja de edad de los 20 a 29 años ha superado en incidencia a la de los niños, que durante toda la sexta ola era la más afectada: 854,26 frente a 776,74.
Ya son 7.501 las personas ingresadas por Covid, con las hospitalizaciones en las últimas 24 horas doblando el número de altas. El 6,03% de las camas hospitalarias están ocupadas por pacientes contagiados, mientras que las UCI superan la barrera del 15%, la frontera que separa el riesgo medio del alto en este indicador.
En este último parámetro son cinco territorios los que tienen el 20% o más de las camas ocupadas con personas con Covid: Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Melilla y País Vasco.
A pesar de estas cifras disparadas, el principal debate del último mes ha sido la aplicación o no del pasaporte Covid para poder acceder a los interiores de bares, restaurantes y discotecas, una medida que ya ha quedado obsoleta: la transmisión de la variante ómicron escapa a la acción de las vacunas, aunque parece que mantienen cierta protección frente a enfermedad grave.
Fiarlo todo a la vacunación
Todavía hay un puñado de territorios que no levantaron completamente los aforos: Baleares mantiene el 60% en ocio nocturno; Cataluña, al 80%; Canarias puede reducirlos hasta el 40% en el máximo nivel de alerta; Murcia, hasta el 30%. Sin embargo, "he visto aforos en ciertos sitios que son casi superiores a lo que estábamos acostumbrados antes de la pandemia", comenta Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología.
El principal error cometido por las administraciones, según los expertos consultados por EL ESPAÑOL, ha sido fiar el control de la pandemia a un único factor: la vacunación. "Cualquier actuación que se base en una única medida no nos sirve", apunta.
Cuando veas al vecino cortarse la barba hay que poner la propia en remojo, indica el refranero español. En Europa ya están aplicando la navaja: Países Bajos ha anunciado un confinamiento estricto hasta el 14 de enero, Bélgica ha decretado el cierre de la hostelería a las 23 horas, Reino Unido ha planteado volver a cerrar el interior de los bares y Portugal ya avisó de que después de Navidad impondría el cierre de bares y discotecas durante una semana.
Esta última medida no convence a Zurriaga. "No es técnicamente recomendable", señala, por no decir palabras mayores. Sí le convence más, dadas las características de la variante ómicron, la imposición de cuarentenas a los contactos estrechos de personas contagiadas, como anunció Cataluña la semana pasada. "Son medidas que no me parecen problemáticas".
Los epidemiólogos consultados se inclinan por reducir los aforos de hostelería y ocio nocturno, así como los de eventos deportivos y conciertos, como principal medida para evitar que la sexta ola se desmadre, aunque no optan por pedir limitación de horarios o, directamente, el cierre. De momento.
"Las medidas más efectivas para frenar los contagios son las dirigidas a diminuir las interacciones entre personas no convivientes", señala Jonay Ojeda. Y Juan Antonio Sanz, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria, remata: "Si dentro de 15 días vemos que los contagios siguen subiendo, habrá que avanzar un escalón más, y la siguiente medida de restricción sería el cierre de interiores".
Según este experto, los contagios seguirán subiendo en estas fechas "incluso haciendo ahora algo", así como también lo harán las hospitalizaciones. No obstante, considera que es pronto para tomar medidas como las de Países Bajos, ya que la presión hospitalaria es mayor allí. En España, por ahora, estamos dentro del riesgo medio en este indicador.
Reino Unido y Dinamarca, precisamente los dos países con mayor número de casos de la variante ómicron, tienen disparados los contagios: ambos están marcando ahora mismo récords de toda la pandemia. Bélgica y Países Bajos parecen haber disminuido en ese frenesí; sin embargo, su número de nuevos ingresos hospitalarios sigue siendo, como mínimo, tres veces superior a las cifras españolas.
En España la situación es bastante dispar: con una transmisión muy alta generalizada en casi todo el territorio, hay dos Españas en riesgo: la mitad norte más la Comunidad Valenciana están en riesgo alto (excepto en Galicia y Cantabria), mientras que el sur resiste en riesgo bajo, salvo Murcia.
Por eso, Óscar Zurriaga considera que las medidas que deben aplicarse tienen que tener en cuenta la realidad de cada territorio. "Probablemente, para todo el territorio español no sea necesario hacerlo". Otras medidas en las que las competencias pueden ser nacionales, como el fomento del teletrabajo, tampoco generarían un considerable impacto si tenemos en cuenta que muchos trabajadores se encontrarán de vacaciones en los próximos días.
Los reveses judiciales de los últimos meses, deslegitimando el estado de alarma, los confinamientos y los toques de queda, tampoco ayudan a la situación, consideran los expertos, que reclaman avanzar jurídicamente en este aspecto, así como en la agencia nacional de salud pública, para garantizar una mayor efectividad en el futuro. Para otras pandemias, sí, pero sin descartar que a esta le quede todavía cuerda para rato. O, como lamenta Juan Antonio Sanz, "con la Covid no me atrevo a hacer predicciones, porque se ha saltado todas".